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En México son más felices con algo agradable en sus paredes, afirma el londinense

Eine, artista de la calle, postula sin consigna en las bardas del DF

Adquirió fama porque una de sus obras cuelga en los muros de la Casa Blanca

Después de manejar por la ciudad, afirma que notó el control bajo el que están los jóvenes de la capital

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Ben Flynn, alias Eine, llegó a México hace tres semanas por invitación del artista Pedro GuevaraFoto Roberto García Ortiz
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Faith (Fe)
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En el muro que rodea el terreno que antes fue una parada de autobuses en la estación El Rosario, del Metro, Eine pintó de un lado la frase El pan de los ricos (imagen superior) y del otro es la lucha de los pobres, de manera que las personas que cruzan el puente leerán una imagen camino al trabajo y otra de regreso a casa
 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de enero de 2012, p. 8

En las casi tres semanas que lleva en México, el artista de la calle, el londinense Ben Flynn, alias Eine (1970), ha pintado frases y palabras en muros y bardas del Área Metropolitana, Distrito Federal –Xochimilco, Azcapotzalco, Tlanepantla, La Lagunilla y por la estación El Rosario del Metro–, y Cholula, Puebla. Nadie lo comisionó a hacerlo; al contrario: él financia sus gastos. Sus mensajes a veces tienen trasfondo político. Aunque el sólo hecho de pintar sin comisión ya es en sí una declaración.

Eine forma parte de un circuito internacional de grafiteros que así trabajan. Pinta grafiti desde los 14 años, y hace arte de la calle desde hace ocho. A decir del entrevistado, la manera más fácil de diferenciar el grafiti del arte de la calle, es que el primero es negativo y el segundo, positivo. Además, el arte callejero goza de un proceso de mayor reflexión, es mucho más aceptado por el público y más agradable de ver.

Acota: “Cuando éramos niños viajábamos por Europa con el número telefónico del amigo de un amigo en Munich. Al llegar lo llamábamos y nos quedábamos varios días con él. Luego, nos decía: ‘deberían ir a Dusseldorf, allí tengo dos amigos, aquí está su número’. Todo mundo se ayuda, porque todos intentamos hacer lo mismo”.

Eine vino a México en respuesta a una invitación electrónica de Pedro Guevara, artista y admirador del arte de la calle, y se alojó en un edificio en el Centro Histórico.

Sigue su viaje por el mundo, pero ya no es un artista desconocido, aunque asegura que siempre fue famoso en el medio.

Lo que realmente lo lanzó a la fama internacional fue la llamada que recibió hace unos años de Downing Street, residencia del primer ministro inglés David Cameron, quien tenía interés en adquirir una pintura de Eine para regalársela a Barack Obama en su primera reunión.

La reacción de Eine fue de “shock total”, porque no me muevo en esos círculos, incluso, me han arrestado por pintar grafiti; de allí que buscó un apodo.

Ahora, tiene un cuadro en la Casa Blanca. De formación autodidacta, pinta sobre tela, obra que exhibe y vende para pagar sus viajes.

El año pasado, Amnistía Internacional lo comisionó para diseñar el cartel con motivo de su 50 aniversario. No hace trabajo comercial, es decir, para marcas o compañías corporativas, porque siente que destila lo suyo; sin embargo, acaba de hacer la portada del nuevo disco del músico Danny Harrison, hijo de George.

A veces alguien le propone pintar su pared, pero, por lo general toca puertas y pregunta. Que alguien le permita pintar su muro, eso varía según el país, pero en México suelen ser más felices con algo agradable en sus paredes. De aquí que le llamen la atención los rótulos, porque las personas que pintaron esos letreros no estudiaron tipografía, no asistieron a una escuela de arte, como yo. Me encanta que son imperfectos, no son como nos enseñan a hacerlo. Estas son las cosas que me interesan de la tipografía, que no lo hago bien. Caminar por aquí me inspira.

Continúa: Mi interés en el grafiti tenía que ver con la forma de las letras de las palabras y cómo cambian de forma según los conceptos que se pintan. Así que cuando dejé de hacer grafiti, llevé ese interés a su elemento más básico; estudié e investigué formas y tipografía, que ahora reproduzco de modo moderno, y luego diseño mis propias formas y grafías.

En los alrededores de la estación El Rosario, del Metro, donde se construye un gran centro comercial, en un espacio que antes fue una terminal de camiones, pasa por encima un puente. De un lado, Eine pintó la frase El pan de los ricos y del otro es la lucha de los pobres, de manera que las personas que cruzan el puente leerán una imagen camino al trabajo y otra de regreso a casa.

Que Eine siempre escriba en inglés, sin importar en qué país esté, se debe a que entiende mejor la forma de las letras en su idioma nativo. Apunta que mucho de lo que pinta es determinado por el tamaño y la forma del muro: Si se trata de una pared muy larga, hago una palabra larga o una frase, y viceversa. Antes de venir aquí, el artista estuvo en San Diego, Estados Unidos, donde pintó la palabra control. Después de manejar unos días por la ciudad de México y observar lo que pasa en las calles, le dio la impresión de que los chicos están en control, y así lo pintó.

Lo de Eine es arte efímero: Casi 99 por ciento de lo que he pintado ya desapareció. En Inglaterra limpian de inmediato, la mayoría del arte de la calle se remueve en dos días; en lo personal, me parece una reacción exagerada.