jornada


letraese

Número 187
Jueves 2 de Febrero
de 2012



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate

Huéspedes incómodos

Comezón, enrojecimiento y descamación de la piel no suelen ser motivos de alarma, pero sí representan una tentación para automedicarse. Los hongos, agentes que por lo general producen estos síntomas, no son todos iguales, por lo que es importante consultar a un especialista que diagnostique y dé el tratamiento correcto.

Gerardo Suárez López

De las infecciones por hongos, las superficiales son las más frecuentes. Tan sólo en el Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, del Instituto Mexicano del Seguro Social, 7 de cada 10 consultas dermatológicas consisten en la atención de hongos en la piel.
El jefe del Laboratorio de Investigación en Dermatología y Micología de ese hospital, Luis Javier Méndez Tovar, describió que las infecciones de la piel por hongos pueden contagiarse y dejar secuelas como pequeñas lesiones, además de alteraciones o pérdida de uñas. Las repercusiones sólo se manifiestan en piel, cabello y uñas, porque contienen queratina, sin la cual estos microorganismos no pueden sobrevivir.
“Sólo si los hongos rompieran la piel, podrían provocar una infección más grande, pues abren la puerta a virus y bacterias que sí pueden invadir tejidos subcutáneos o diseminarse en el organismo”. Ante esta posibilidad, el especialista advirtió que personas diabéticas con pie de atleta corren más riesgos de contraer infecciones bacterianas a partir de lesiones fúngicas.

Pie de atleta
Los dermatofitos generan más infecciones superficiales que cualquier otro hongo. Son causantes del pie de atleta o dermatofitosis, motivo de 25 por ciento de las consultas generales de Dermatología en el CMN Siglo XXI.
Pueden vivir en uñas, cabello y cualquier parte de la piel, pero por las condiciones de humedad y sudoración que genera el uso cotidiano de calzado sin ventilación, el foco inicial de las infecciones suele aparecer en los pies. Luego, al rascarse la zona infectada y tocar otras partes de la piel, se pueden originar autoinfecciones.
Hay tres vías de contagio de la dermatofitosis: por contacto entre personas y compartir calzado y ropa; a través de las mascotas, que pueden transmitir un hongo llamado microsporum canis, o por pisar suelos de baños y albercas que tienen hongos.

Caspa y piedras blancas
Los hongos del género Malassezia viven comúnmente en la piel, pero su crecimiento desmedido por el uso de cremas, aceites, o por las características de la grasa natural de la piel, aunados a la exposición solar, originan la caspa o dermatitis seborreica, que origina descamación en la piel cabelluda y, a veces, lesiones en el rostro. Los hongos también provocan la pitiriasis versicolor, o aparición de manchas en la piel, sobre todo en pecho y espalda, con tonalidades rojizas, cafés o blancas.
En las zonas tropicales de México las infecciones por un hongo llamado piedra blanca son muy frecuentes. Este microorganismo crece en alimentos podridos, animales muertos, y cualquier materia orgánica en descomposición; se dispersa y al contacto con aguas y ambientes infectados, se contrae el hongo, que forma pequeñas piedras o nódulos blancos en los vellos de las axilas y en el cabello.

El mejor consejo: ir al médico
Comezón, enrojecimiento, descamación abundante de la piel, o formación de masa blanquecina entre los dedos de los pies son señales para acudir al médico, resaltó Méndez Tovar, con el fin de obtener un tratamiento adecuado, que puede durar entre 3 semanas y 8 meses.
Las infecciones se reducen al evitar compartir calzado y ropa interior, pero sobre todo al secarse por completo después del baño, con atención en plantas, dorso y dedos de los pies. “La humedad debilita la piel y así el hongo penetra con mayor facilidad”.
El especialista señaló que en la dermatofitosis los síntomas leves o casi imperceptibles interfieren en la atención médica, pues la gente puede vivir hasta 10 años con una infección “y creer que así es su piel, descamativa, enrojecida”.
Otro problema es la automedicación. El médico consideró “como un problema casi de salud pública” la venta y anuncios de antimicóticos sin receta, pues se propicia una atención equivocada. “Hay infecciones bacterianas o por virus con síntomas similares, y en otros casos, los síntomas tienen que ver con dermatitis por contacto”, como alergias e irritación debido al pegamento o colorante del interior de los zapatos.
“La detección clínica debería complementarse con un examen microscópico de laboratorio, porque a veces es difícil distinguir si un hongo causa la infección y de qué tipo. Sin el estudio, puede darse un medicamento equivocado y la respuesta terapéutica será inadecuada”, concluyó.

 

 

S U B I R