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El mandatario revive los fantasmas de 2006
 
Periódico La Jornada
Domingo 26 de febrero de 2012, p. 6

La intervención del presidente Felipe Calderón en la contienda electoral “revive los fantasmas de 2006. No sólo de una guerra sucia, sino del deterioro creciente de nuestro sistema político”, afirmaron especialistas. El titular del Ejecutivo entró de lleno en una lucha descarnada y sin piedad por el poder, tras afirmar que, de acuerdo con sondeos de la Presidencia, la virtual candidata por su partido, Josefina Vázquez Mota, estaba a sólo cuatro puntos de Enrique Peña Nieto, abanderado del PRI.

En entrevista por separado, María Eugenia Valdés Vega y Telésforo Nava Vázquez, politólogos e investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señalaron que la declaración del Presidente el pasado jueves no sólo fue imprudente y un acto que violenta el marco legal. Calentó la plaza, como se dice en el mundo del narcotráfico, y habría que preguntarnos cuál fue su verdadero objetivo.

Valdés Vega, experta en procesos electorales y sistema político, afirmó que así Calderón demostró que nunca le ha importado el país. Nos mete a todos en una situación peligrosa, porque enfrentamos una regresión a un sistema político, incluso peor que el construido por el PRI. Las reglas del juego quedaron en entredicho, pues ni el Presidente de la República se molesta en cumplir la ley.

Agregó que sus declaraciones posteriores, en las que sostuvo que respetará los resultados de los comicios de 2012, no solucionan ni corrigen su error. No fue una simple ocurrencia. Nadie en su sano juicio puede creer que una reunión del Presidente de la República con 700 banqueros es un acto privado del que no trascenderá lo que ahí se diga. Peor aún es caer en una actitud cínica e irresponsable, que son las peores cualidades de un político.

Nava Vázquez afirmó que, si bien la intervención del Ejecutivo en los procesos electorales no es nada nuevo, lo vivimos durante 70 años con el PRI, constatamos que continúa la práctica en los gobiernos del PAN y del PRD. Donde encabezan las gubernaturas se quiere imponer a su sucesor, pero esto no exonera de responsabilidad a Calderón ni justifica la violación del marco legal.

Tampoco basta, enfatizó, que declare que será buen demócrata y respetará los resultados electorales, cuando en los hechos demuestra lo contrario. Es evidente que sí meterá las manos, sólo cabe esperar si lo hará de forma descarada y abierta, como parece ser la intención, o de forma más discreta. Su actitud convoca a las instituciones electorales a mantener una estricta vigilancia del proceso.