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Desde enero tienen detenidos a dos chechenos que confesaron varios planes de atentados

Servicios de seguridad de Rusia y Ucrania frustran complot para asesinar a Putin

Candidatos opositores cuestionan que se dé a conocer la noticia pocos días antes de los comicios

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Vladimir Putin, quien buscará el 4 de marzo un tercer periodo presidencial en Rusia, en una reunión de trabajo ayer en su residencia de Novo-Ogaryovo, en las afueras de MoscúFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 28 de febrero de 2012, p. 26

Moscú, 27 de febrero. Una operación conjunta de los servicios de seguridad de Rusia y Ucrania permitió desarticular un comando checheno que pretendía asesinar al primer ministro Vladimir Putin, apenas éste regrese al Kremlin para un tercer periodo presidencial tras los comicios del domingo próximo.

El Canal Uno de la televisión pública rusa lanzó la noticia, que poco después confirmaron voceros del Servicio Federal de Seguridad de Rusia, el FSB sucesor del KGB soviético, y la dependencia homóloga ucraniana.

La detención de dos individuos de origen checheno en el aeropuerto de la ciudad de Odessa, en Ucrania, ocurrió a comienzos de enero pasado, pero por alguna extraña razón se dio a conocer hasta hoy, a escasos días de la votación del 4 de marzo.

Según la versión oficial, Adam Osmayev e Ilia Pianzin, confesaron que tenían planes de realizar varios atentados en Rusia, incluido uno contra Putin, por instrucciones de Doku Umarov, líder de los separatistas e islamitas de Chechenia.

Se supone que se disponían a venir a Rusia para intentar volar, con una mina, el vehículo de Putin en Kutusovski Prospekt, la avenida que recorre todos los días entre su casa en las afueras de Moscú y su oficina.

Antes tendrían que encontrar el explosivo, enterrado en 2007 junto a la vía del tren que lleva al aeropuerto de Vnukovo, y nadie consideró necesario explicar cómo pensaban colocar la mina en la avenida más vigilada de la capital rusa, por donde, en efecto, circula todos los días el hombre más protegido de este país.

Media hora antes de que pasen la veintena de coches blindados en que viajan el primer ministro y sus guardaespaldas, se corta el tráfico en dicha avenida –día y noche vigilada con infinidad de cámaras de video– y aparecen cientos de agentes de paisano, francotiradores en los techos de muchos edificios y policías cada 15 metros.

Con esta noticia del frustrado atentado comenzó lo que el equipo de campaña de Putin denomina última etapa de movilización de todos los recursos para que la gente acuda a las urnas ante el riesgo –desde su perspectiva– de que no vayan a votar, dando por hecho su nueva elección.

Algo similar ocurrió hace cuatro años, cuando el FSB anunció que había detenido a Shajvelad Osmanov, un tayiko que tenía la intención de asesinar con un rifle con mira telescópica tanto a Putin como a su sucesor, Dimitri Medvediev. El anuncio se hizo el mismo día de la votación.

Desde 2000, el FSB ha reportado 13 intentos de asesinato contra Putin, y ha implicado casi siempre a chechenos o a jubilados trastornados.

Por eso, Guenadi Ziuganov, líder comunista y también candidato presidencial, calificó la noticia de hoy de truco que huele muy mal.

El candidato ultranacionalista Vladimir Zhirinovsky afirmó: “un ejemplo de que las cifras de sondeos, pronósticos e índices de popularidad no se corresponden con la realidad es el lanzamiento de este presunto asesinato. Así, las ancianas dirán: ‘Cómo es posible. Lo querían matar. Vamos a votar por él’. Esto es una vergüenza.”

El vocero de Putin, Dmitri Peskov, desmintió que la noticia tenga un carácter preelectoral. Que la noticia se publique justo ahora se explica sencillamente por el hecho de que los preparativos (para atentar) se produjeron no sólo en Moscú, sino también en territorio de Ucrania, explicó.

Confunden a Penderecki

En este ambiente preelectoral, el maestro Krzysztov Penderecki, afamado compositor y director de orquesta polaco, acaba de sentir en carne propia la actitud de rechazo de muchos rusos a quien consideran el artífice del ajuste de resultados en las elecciones rusas, Vladimir Churov, presidente de la Comisión Central Electoral.

El ilustre visitante, desde el palco de los zares del Teatro Bolshoi, se llevó una rechifla al término de la ópera Almas muertas de su amigo Rodión Schedrin, al tiempo que varios espectadores lo increparon con alusiones a las almas muertas que votan.

Los organizadores del festival Máscara de Oro, en cuyo marco se presentó el sábado anterior la ópera basada en la obra de Nikolai Gogol, divulgaron este lunes un escueto comunicado:

Amigos, el 25 de febrero en el Teatro Bolshoi algunos espectadores confundieron al compositor polaco Krzysztov Penderecki con el presidente de la Comisión Central Electoral de Rusia, Vladimir Churov. En realidad se parecen mucho y, a la distancia, es comprensible que los hayan confundido. No era Churov, sino Penderecki.