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Ningún país aislado podrá afrontar las crisis financieras, ecológicas, sanitarias o de seguridad, dice

Abordar conjuntamente los temas globales, única manera de proteger la soberanía: Paul Martin

El G-20 adquiere un papel creciente como catalizador de soluciones en el ámbito internacional

 
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de febrero de 2012, p. 25

En un mundo sin fronteras, la única manera de proteger la soberanía es compartir y cerrar las brechas en los temas globales que enfrentan las naciones, porque ningún país aislado podrá lidiar con el eventual contagio de las crisis financieras, del cambio climático, las pandemias o el crimen trasnacional, advirtió el ex primer ministro de Canadá Paul Martin.

Impulsor del G-20 –conjunto de 19 países y la Comunidad Europea, que representan 90 por ciento del producto interno mundial–, Martin sostuvo en entrevista con La Jornada que el contagio en un mundo multipolar es un reto cada vez mayor, porque ya no hay una sola superpotencia que pueda forjar un consenso, ya no hay una sola superpotencia que pueda llevar al mundo en la dirección que considere adecuada. La mayor parte de la responsabilidad que tenían las superpotencias como catalizadores, ahora recae en el G-20, pero la implementación de lo que decida el G-20 recaerá sobre las instituciones mundiales.

Reunido con algunos de los representantes de institutos de investigación de México, Estados Unidos, Canadá, Australia, España, Corea del Sur, Alemania, Turquía, Singapur, Rusia, Japón, China, Brasil e India en un encuentro denominado Think-tanks 20, preparatorio para la cumbre del G-20 a realizarse en el mes de junio, el ex primer ministro canadiense subrayó que en la medida en que se avance en este sentido, países como México y otras economías emergentes se verán beneficiados.

–Con la reciente experiencia de la crisis económica en Grecia, derivada a su vez de la crisis económica en Estados Unidos, ¿puede el G-20 proveer de una alerta temprana para evitar que esto se repita?

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El ex primer ministro canadiense Paul Martin, durante la entrevista, ayer en la Secretaría de Relaciones ExterioresFoto José Carlo González

–Yo considero que la respuesta a esa pregunta es que sí, como debe hacerlo en temas como seguridad alimentaria e infraestructura, cambio climático y arquitectura financiera mundial. Sin embargo, los cambios profundos en el G-20 no sucederán de manera inmediata, sino después de varias cumbres. Y es importante tener eso en mente.

–Sin embargo, hay expectativas en sectores del país por los eventuales resultados de la cumbre de Los Cabos.

–Como mencioné, en un mundo cada vez más interdependiente el papel del G-20 es buscar que la globalización funcione, no solamente para responder a la crisis, sino también como una meta de largo plazo. No es inusual que después de una cumbre, la prensa y los comentaristas comiencen a criticar los resultados porque los líderes no resolvieron de inmediato lo que era el tema del mes. Creo que al final el G-20 será juzgado en cuanto a su éxito o fracaso, si logra que las instituciones mundiales funcionen.

En entrevista por separado, Colin Bradford, director asociado de economía global y desarrollo del Instituto Brookings, de Estados Unidos, aceptó que no debe esperarse un milagro como resultado de la cumbre de Los Cabos, pero diariamente los líderes y ministros de los países que integran el G-20 están en comunicación para prevenir que se propaguen crisis como la de Grecia y de otros países europeos. Eso es parte de los beneficios directos que pueden tener países como México, contener los problemas y minimizar su impacto, pero no es algo que se dé de manera inmediata. No hay milagros, hay que trabajar juntos, esa es la clave, insistió.