Opinión
Ver día anteriorViernes 2 de marzo de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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De la urbanidad política
E

l Poder Ejecutivo federal, según el artículo 80 constitucional, se deposita en un solo individuo, que ejercerá el supremo Poder Ejecutivo de la Unión y se le denomina presidente de los Estados Unidos Mexicanos, lo cual lo convierte en jefe de Estado y jefe de gobierno, pero no lo faculta como jefe de su partido, no obstante en la práctica se proclame y actúe como presidente del PAN; está en su naturaleza. Al asistir a una reunión privada de consejeros de Banamex, asumió la posición de vocero de la candidata panista y exhibió una encuesta de preferencias electorales elaborada a pedido de Los Pinos y al hacerlo contaminó la campaña electoral. Dice Josefina Vázquez Mota que el Presidente, aparte de ser un demócrata, ejerció su facultad de manifestarse libremente, no obstante que violó la ley federal electoral. Con motivo de este penoso asunto me acordé del cuento de Jorge Luis Borges El doble, que es aplicable al Presidente de la República: ¿Por qué será que nadie ha notado que el ranchero Vicente Fox y el señor Calderón son la misma persona? Ambos han asumido con desparpajo, al margen de toda consideración ética, una intromisión permanente en el ámbito electoral. El uso del aparato gubernamental por Fox ya fue señalado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en 2006, por ello el Presidente apuesta a transgredir las normas a favor del PAN. No existe sanción jurídica al respecto.

De acuerdo con las principales encuestadoras –como son GEA-ISA, Ipsos-Bimsa, Parametría y Consulta Mitofsky–, se observa que la intención del voto por la candidata panista promedia 22.8 por ciento, y Andrés Manuel López Obrador promedia 21.8 por ciento, mientras que por Peña Nieto promedian 40.2 por ciento. Con esa solvencia, el candidato priísta le sugiere a Calderón que cambie de encuestadora, pero tal vez, como oficia Rafael Cardona, la imprudencia presidencial tiene una finalidad muy clara. Se le llama inducción indirecta. Dice el mismo comentócrata que ya se sembró una idea en la siempre dúctil mente de la masa: Josefina es como una madre amorosa bajo cuyo cuidado los mexicanos progresaremos. ¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu madre? Felipe Calderón hasta antes del día 24 se dedicó abiertamente a hacer política partidaria con fines electorales. ¿Con cuáles consecuencias? Con ninguna, porque no existen los tipos jurídicos y políticos que tipifiquen las violaciones constitucionales del Presidente.

Hagamos votos por que Calderón cumpla con el mandato constitucional de actuar apegado a la ley, respetando a todos los actores políticos. Que no vaya a ser una vacilada más, que es un demócrata convencido, que respeta la autoridad electoral y que mantendrá la colaboración con el Poder Judicial y el Poder Legislativo. Y cito textual: Quiero ser enfático; respetaré el resultado de los comicios, y a quien resulte vencedor a través del voto libre de los ciudadanos.

El emperador Marco Aurelio recomendaba a los políticos leer la correspondencia entre Marco Tulio Cicerón y su hermano Quinto. El autor abandona la máscara del personaje político para mostrar todas las contradicciones del hombre de poder: sensible y vanidoso, obsesionado por la imagen pública, cálido y distante con los suyos, abatido hasta la depresión, a veces consecuente y dubitativo. Cualquier atento lector entenderá el sentido de la probidad y de la importancia de la urbanidad política. El discurso de Felipe Calderón Hinojosa el Día de la Bandera nos permite verlo de cuerpo entero. Darnos tiempo para su lectura nos permite acercarnos a un breve manual de campaña electoral, que no deja de ser útil en momentos aciagos de nuestro pobre país.