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En el sitio yacen los restos de un alto dignatario maya, coinciden arqueólogos

El INAH, por aprobar exploración de importante tumba de Palenque

En cuanto el consejo dé luz verde y veamos recursos planearemos la entrada, explicó Emiliano Gallaga

El reto no es la investigación, sino el mantenimiento del patrimonio, dijo

La cámara funeraria fue descubierta en 1999; su estudio se paró debido a la inestabilidad del sitio

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El año pasado se metió a la tumba una cámara diminuta, la cual bajó cinco metros para hacer un sondeoFoto Archivo
Enviada
Periódico La Jornada
Lunes 5 de marzo de 2012, p. 8

Palenque, Chiapas., 4 de marzo. El Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) está por aprobar el proyecto para continuar con la exploración y por fin abrir la tumba hallada en 1999 en el templo XX de la zona arqueológica de Palenque, en Chiapas.

Los arqueólogos responsables coinciden en que se trata del lugar donde reposan los restos de un alto dignatario maya que vivió en la época más temprana del sitio, entre 431 y 550 de nuestra era.

Se trata de la tercera tumba importante ubicada en ese sitio, luego de los descubrimientos de la cámara funeraria del rey Pakal (1952) y de la Reina Roja (1994). La hipótesis más fuerte indica que el personaje ahí enterrado es K’uk’ Bahlam I, el primer gobernante de la que fue una de las ciudades mayas más poderosas del siglo VIII.

En cuanto el Consejo de Arqueología dé luz verde, tenemos un cronograma tentativo; si todas las condiciones se dan, podemos comenzar a planear la entrada a la tumba, pero hasta que no veamos los recursos no podemos asegurar nada, explica Emiliano Gallaga, director del Centro INAH-Chiapas, en entrevista con La Jornada.

La cámara funeraria está sellada y hay pintura mural, no como la de Bonampak, sino un poco más esquemática, abstracta, añade el arqueólogo.

El especialista narra que la intrincada ubicación de la tumba y los trabajos de consolidación del basamento habían impedido hasta ahora penetrar al recinto. Pero el año pasado pudo meterse por una oquedad una cámara diminuta, la cual descendió cinco metros desde el techo de la bóveda para hacer la exploración de sondeo, información que adelantó La Jornada el pasado 24 de junio.

Las imágenes del sepulcro muestran paredes pintadas de rojo con figuras humanas delineadas en negro, además de 11 vasijas, así como una cantidad indeterminada de piezas de jade y concha, que debieron de formar parte de la ofrenda mortuoria del personaje.

“No se alcanzan a apreciar bien, no se percibe un cuerpo, pero no sabemos si el material depositado en el piso de estuco cubre una tumba al fondo. Hasta que no entremos no lo sabremos. Existen casos en los que se construyeron los templos y las tumbas, con ofrendas y todo, pero nunca se utilizaron, nunca se metió un cuerpo, por circunstancias que desconocemos.

También hay tumbas en las que ya no están los huesos; se desconoce si las condiciones climáticas los destruyeron. Hasta que no entremos sería muy aventurado decir de qué personaje se trata, afirma el arqueólogo.

En la zona arqueológica de Palenque, declarada patrimonio de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en 1987 –continúa–, casi todos los templos contienen una ofrenda o una tumba: “hay que recordar que estamos desenterrando una ciudad; tenemos un gran osario que muestra tanto personajes comunes de las casas aledañas como dignatarios.

En la tumba del templo XX tenemos varios años trabajando. Coincidimos en que se trata de un alto dignatario, pero los arqueólogos están estabilizando el edificio, pues, ¿y si nos alocamos y entramos a la tumba y se nos cae? Tenemos una gran responsabilidad.

La exploración de la cámara funeraria del templo XX es encabezada por los arqueólogos Arnoldo González y Martha Cuevas, quienes indican que los restos óseos que ahí podrían reposar corresponderían a un sagrado gobernante de Palenque, probablemente uno de los iniciadores de su dinastía.

De acuerdo con datos que ya determinaron los especialistas del INAH para este recinto, la osamenta podría pertenecer a alguno de los siguientes ajaw o señores: K’uk’ Bahlam I, el primer gobernante de la ciudad, u otro cuyo nombre no ha sido traducido, aunque algunos autores lo han llamado Ch’away. También podría tratarse de Butz’ Aj Sak Chiik, Ahkal Mo’ Naab’ I, K’an Joy Chitam I o Ahkal Mo’ Naab’ II (este último ocupó el trono en 565 dC).

La cámara funeraria de templo XX fue identificada en 1999, durante las exploraciones que encabezaron los arqueólogos Merle Greene, fallecida recientemente, y Alfonso Morales, como parte de los trabajos del Instituto de Investigación de Arte Precolombino. No obstante, durante casi una década los trabajos de investigación se interrumpieron, como explicó la arqueóloga Cuevas a La Jornada el 18 de abril de 2011, ya reiniciadas las labores.

Cualquier arqueólogo mentiría si dice que no tiene el sueño guajiro de hallar una tumba o una pieza única, pero la formación académica nos hace ser meticulosos en el registro de todo lo que hallamos, porque la pieza no es el fin, sino el medio para llegar a un conocimiento, a veces muy específico, reitera Gallaga, quien asegura que a pesar de que todos los templos de Palenque tienen en su interior una gran ofrenda o una tumba, si no tenemos una razón científica, no tiene caso exponerlas; hay que tener control de seguridad.

Sólo 15% de la majestuosidad

Se eligió investigar el templo XX, atrás de la Plaza de la Cruz, porque ahí se ubican recintos bastante grandes, de periodos tempranos. Hay que recordar, dice el especialista, “que de toda la majestuosidad de lo que fue la gran ciudad maya de Palenque, el público puede apreciar sólo 15 o 18 por ciento. Hay estructuras que están totalmente cubiertas, y no las vamos a sacar mientras no reunamos las condiciones para su preservación. Palenque es un foco de atracción de muchos intereses; si queremos abrir nuevas áreas al público debemos tener la capacidad y los recursos para tener más custodios y personal administrativo que nos permitan mantenerlas.

Las zonas arqueológicas son bastante onerosas, y los visitantes no lo ven. Por ejemplo, Palenque está en medio de la selva, y en época de lluvias el pasto crece un centímetro cada semana; si lo dejamos sin cortar, en dos o tres meses la selva nos volvería a comer el sitio. Además, se debe dar servicio a todos los turistas: en temporada alta, Palenque recibe hasta 5 mil personas diarias. Por eso nuestro gran reto no es la investigación, sino cómo vamos a conservar todo este patrimonio, concluye.