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Presentó la UNAM versión en facsímil autorizada por la Biblioteca Nacional de Francia

El Códice Vergara, censo único alrededor de cinco localidades acolhuas víctimas de encomenderos
 
Periódico La Jornada
Jueves 8 de marzo de 2012, p. 6

La interpretación del Códice Vergara evoca una máquina del tiempo que transportará a sus lectores a la organización de los pueblos originarios en los primeros años de la Nueva España.

Pocos son los manuscritos mesoamericanos que trascendieron a la dominación española y hoy, gracias a esta obra, el mundo podrá conocer cómo eran las estructuras económicas y sociales de cinco localidades acolhuas del pueblo de Tepetlaoztoc, ubicado al noroeste de Texcoco, a mediados del siglo XVI.

El documento –realizado entre los años 1543 y 1544– forma parte de la colección de manuscritos mexicanos de la Biblioteca Nacional de Francia, y por primera ocasión se autorizó su reproducción facsimilar como resultado de la colaboración entre la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México.

En la presentación del tomo, realizada la noche del martes en el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas de la UNAM, se dijo que se trata de un trabajo invaluable que muestra la capacidad matemática y organizativa de los pueblos prehispánicos.

El Códice Vergara es un documento histórico que abre una ventana al pasado, pues permite asomarse a un fragmento de la historia nacional.

Se trata de un censo único que consigna el número de personas, género, edades, vínculos familiares y estado civil de los habitantes de la localidad, así como cuántas tierras pertenecían a cada casa e inclusive cuál era la superficie y calidad del suelo de cada parcela.

Era raro que en la naciente Nueva España se hicieran registros de hogares y terrenos. Entre los pocos que existen se encuentran los códices de Santa María Asunción y el Vergara, que fueron creados casi al mismo tiempo para censar una misma zona; en el primero participaron cuatro tlacuilos (palabra derivada del náhuatl que significa el que labra en piedra) y en el segundo sólo uno, lo que le proporciona una uniformidad estética inédita para este tipo de documentos, y permite una lectura más uniforme de los glifos.

Acumulación de injusticias

Resulta sorprendente que se cuente con varios censos para Tepetlaoztoc y, más aún, que no exista uno solo para comunidades consideradas más importantes. La información con la que se cuenta revela que el censo en esta población se realizó debido a los abusos de que eran objeto los indígenas acolhuas por parte del encomendero español, Gonzalo de Salazar, quien exigía tributos desmedidos y mano de obra esclavizante.

Las injusticias se acumularon a tal grado, que las quejas de los pobladores fueron de conocimiento del juez Pedro Vázquez de Vergara, quien ordenó un registro de la población y parcelas en la zona con la finalidad de determinar, con base en éste, cuánto sensatamente podía pagar la gente de la región. De esta decisión judicial surgieron los códices Vergara y Asunción.

Los textos, análisis y observaciones de esta invaluable obra fueron redactados por Barbara J. Williams, profesora emérita de geografía y geología de la Universidad de Wisconsin, y Frederic Hicks, profesor emérito de antropología de la Universidad de Louisville, quienes señalaron que este facsimilar abarca temas que no son extraños a la vida contemporánea, pues donde quiera que haya sociedad civil y gobierno, hay registros e impuestos, injusticias, quejas y reclamos. De ahí que sean documentos comprensibles tanto para el público general como para los estudiosos de la cultura nahua.

Hicks detalló que no se trata de los códices más bonitos, porque no tienen escenas exóticas en colores, pero contienen datos muy importantes para los investigadores, por lo que agradeció a la UNAM el apoyo prestado para su publicación.

En la presentación, en la que participaron académicos de diversas instituciones de educación e investigación, se resaltó que este códice es como una fotografía de un pueblo en salud, pues inmediatamente después de realizado una peste azotó a esas comunidades y mermó a la población, por lo que la imagen vista y narrada por los tlacuilos en los grabados no volvió a ser la misma.