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El entrenamiento es de precisión, no les enseñamos a matar a todo lo que se mueve: general brigadier Pedro Ortiz

Enfocan militares adiestramiento a salvaguardar a la población civil

La capacitación se basa en las necesidades actuales de seguridad de la gente, dice el coronel Víctor Madrigal

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Imagen en San Miguel de los Jagüeyes, estado de México, como parte del taller que imparte la Sedena a reporteros asignados a las actividades de esa dependenciaFoto Roberto García Ortiz
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En San Miguel de los Jagüeyes, estado de México, como parte del taller que imparte la Sedena a reporteros asignados a las actividades de esa dependencia, se efectuó un simulacro en el que se escenificó una emboscada de narcotraficantes a un grupo de militares que realizaban actividades de patrullajeFoto Roberto García Ortiz
Enviado
Periódico La Jornada
Lunes 19 de marzo de 2012, p. 13

San Miguel de los Jagüeyes, Mex. Las condiciones de inseguridad y violencia que vive el país han llevado a los soldados mexicanos a enfocar su adiestramiento diario en tareas de salvaguarda de la población civil.

En el Campo Militar 37 C se encuentra la Escuela Militar de Infantería, donde soldados, clases y oficiales reciben adiestramiento en el manejo de todo tipo de armas de uso exclusivo del Ejército, combate de grupos criminales en zonas urbanas y capacitación en materia de derecho internacional, ayuda humanitaria y derechos humanos.

Durante un recorrido que La Jornada hizo por este lugar, como parte de las tareas del primer taller práctico para reporteros que cubren las actividades de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el coronel Víctor Madrigal, integrante del 81 batallón de infantería, con sede en este mismo campo militar, aseguró que el entrenamiento se basa en las necesidades de seguridad de la población civil y por ello el personal militar recibe capacitación adecuada.

Los militares reciben entrenamiento con fuego real en este enorme predio, en el que lo mismo hay campos para práctica de tiro que espacios adaptados para simular un pequeño poblado mexicano.

A cielo abierto, en pleno campo, se entrena a las clases militares en técnicas de planeación para las operaciones, intervención de inmuebles, rescate de rehenes o secuestrados, reaccionar a las agresiones y hacer frente a una emboscada.

En todos los casos se pasa por entrenamiento con movimientos físicos reales e ingresos a inmuebles; el curso básico es de ocho semanas, en las que se somete a una prueba de resistencia física a los reclutas, y se les brinda la capacitación en diferentes etapas.

En todos los casos hay supuestos delincuentes y personal de seguridad (militares vestidos de civil), y se hacen simulaciones desde la planeación hasta el contrataque, lo que permite a los equipos pensar cómo garantizar la seguridad de la población civil y neutralizar a los criminales, ya sea por captura o, en caso extremo, por abatimiento.

Por su parte, el comandante del 81 batallón de infantería, general brigadier Pedro Ortiz Martínez, aseguró que en esto sí somos muy selectivos; no les enseñamos a los soldados a matar a todo lo que se mueve, es preferible que haya un delincuente vivo y no un inocente muerto.

Explicó que todo el entrenamiento de los soldados es de precisión; se les enseña a cuidarse en parejas, avanzar confiando la vida propia en el compañero y, sobre todo, cuidando siempre los derechos humanos del enemigo, de los delincuentes y de la población civil.

El entrenamiento en este campo es con fuego real. Para ello se montan escenarios diversos en condiciones diferentes, de día o de noche, en donde solamente se pone al bando del Ejército y no a los delincuentes. Se usan dianas o siluetas dibujadas en papel, que tienen movimientos reales.

Estas siluetas lo mismo pueden ser de vehículos que de personas (agresores, delincuentes o civiles inocentes), y se debe distinguir entre cada uno para saber cómo actuar ante cada situación.

También existe una parte teórica de la capacitación: en primer lugar, el conocimiento del derecho internacional humanitario, que se integra por 10 módulos en los que se conocen los protocolos, símbolos, reglas y trato a los prisioneros de guerra, así como el cuidado de las obras culturales y arqueológicas de los pueblos, como parte del derecho internacional.

El curso de capacitación en esta Escuela de Infantería tiene un programa con enfoque mayor en acciones de combate urbano y operaciones en contra del crimen organizado, con el fin de estar en condiciones de hacer frente a las situaciones de riesgo que pueden presentarse en cualquier comunidad.

Adiestramiento canino

En este campo de San Miguel de los Jagüeyes, el Ejército cuenta con 970 canes adiestrados para la detección de drogas y explosivos.

Aquí se encuentra también el Centro de Producción Canina de la Sedena. Su capacidad de producción es de 240 perros al año.

Actualmente, en este campo militar se entrenan 185 ejemplares de las razas pastor belga malinés y pastor alemán.

En los años recientes, el Ejército ha incrementado de manera acelerada el número de perros utilizados para el combate a la delincuencia organizada.

Desde su nacimiento, los binomios son capacitados para soportar alturas, posiciones incómodas y su acercamiento con el ser humano. Al año y medio comienzan su adiestramiento contra el narcotráfico o el crimen organizado.

Los canes son entrenados en distintas capacidades y destrezas para los trabajos de guardia y protección, búsqueda y rescate, búsqueda y detección de enervantes y explosivos, y rastreo.

La producción, manutención, atención médica y adiestramiento del perro, desde el nacimiento hasta los 18 meses, cuesta unos 16 mil pesos.