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Pese a la ventaja sobre Santorum podría lograr la nominación hasta la convención nacional

Romney gana en Illinois pero no consolida el apoyo republicano

El aspirante a la candidatura presidencial acusa a Obama de asaltar nuestras libertades

Newt Gingrich, en tercer lugar, busca el apoyo de las bases cristianas ultraconservadoras

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Simpatizantes del aspirante a la candidatura presidencial de Estados Unidos por el Partido Republicano Mitt Romney, en Schaumburg, IllinoisFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de marzo de 2012, p. 31

Nueva York, 20 de marzo. Mitt Romney logró hacer lo que necesitaba y ganó la elección primaria en el estado de Illinois, ya que si hubiera perdido ante Rick Santorum podría haber sido una herida potencialmente fatal para su campaña por la nominación como candidato presidencial del Partido Republicano, pero todavía no logra el nocaut deseado y esta pugna interna amenaza con llegar hasta la convención nacional del partido.

El mensaje del equipo de Romney es el mismo de las últimas semanas: que su eventual triunfo es inevitable dado su margen de 2 a 1 en delegados obtenidos hasta la fecha –y con su triunfo esta noche aumentó su margen– lo cual hace casi imposible que otro aspirante logre coronarse como el candidato republicano. De hecho, hoy su discurso de triunfo se enfocó en el presidente Barack Obama, a quien acusó de asaltar nuestras libertades al limitar y regular el mercado libre que es el secreto del éxito de Estados Unidos, afirmó; o sea, su mensaje diseñado para la elección general y con ello presentarse ya como el candidato que enfrentará al demócrata en noviembre.

Pero la respuesta de Santorum es que Romney, a quien llama el precandidato del establishment, no logra convencer a un amplio sector del electorado republicano y que por ello esta pugna no se decidirá hasta la convención nacional. Newt Gingrich, quien está en un lejano tercer lugar en la acumulación de delegados, amenaza con lo mismo. El cuarto precandidato, el libertario Ron Paul, goza de un margen mínimo de apoyo, pero lo suficiente para continuar promoviendo su mensaje.

Romney atrae el apoyo de los moderados y aquellos con mayor educación en zonas urbanas y suburbanas. Santorum goza de más apoyo entre evangélicos, simpatizantes del Tea Party y otros ultraconservadores.

Los cálculos matemáticos para alcanzar la meta de mil 144 delegados necesarios para obtener la nominación hacen muy improbable que Santorum logre superar a Romney en los próximos meses. Sin embargo, si llega con suficientes delegados a la convención, podría provocar una crisis que se tendría que resolver con una negociación ahí, y con ello, poner todo en duda (así como también esperar algún grave error de Romney en el camino).

A la vez, las intervenciones divinas en esta contienda por el dios de Opus Dei así como el dios mormón y el dios cristiano fundamentalista (y hasta el dios musulmán, aunque sólo por equivocación) continúan envinando esta batalla político-electoral.

Cuando llegó Santorum a Illinois el viernes pasado para un último esfuerzo por ganar el voto, apartó tiempo de su cargadísimo e intenso programa de proselitismo para reunirse con el cura C. John McCloskey, una especie de asesor político-espiritual del ex senador y otros políticos conservadores en Washington –y un integrante de Opus Dei–, reportó hoy el Washington Post en una amplia nota sobre los vínculos del precandidato con la agrupación católica conservadora.

De hecho, Santorum tiene a dos de sus hijos en una escuela dirigida por el Opus Dei, y en 2002 acudió al Vaticano para participar en la gran celebración del fundador de esa agrupación católica, el español Josemaría Escrivá. Ahí, hablando ante cardenales, obispos y más, festejó las ideas del fundador y reveló que en su gestión en el Senado, escuchaba a Escrivá diciéndole: no es verdad que hay oposición entre ser un buen católico y servir a la sociedad civil con fe, y agregó que en su lucha por defender las verdades absolutas, el bendecido Josemaría guía mi camino, reportó el Post. Aunque Opus Dei dice que Santorum no es un miembro, todo indica que es muy cercano al grupo. Su amigo McCloskey, el cura de Opus Dei, viajó con él al Vaticano en 2002 y juntos iniciaron un grupo de oración en el Senado.

Su esposa asegura que Santorum obedeció un llamado de Dios para buscar la presidencia. Santorum afirmó en un discurso en 2008 uno de los mensajes del Opus Dei en Estados Unidos, declarando que Satanás ha usado los grandes vicios de orgullo, vanidad y sensualidad para corromper las universidades, la política y hasta las iglesias cristianas en este país.

Por su lado, que Romney sea mormón continúa generando obstáculos en su ruta a la nominación, ya que las muy activas y amplias bases cristianas conservadoras de su partido no aprecian como religión legítima a lo que muchos más bien califican como culto. El bisabuelo de Romney se exilió en México al ser perseguido en Estados Unidos por practicar la poligamia que su fe permitía. Su padre, George Romney, nació en México y de hecho, si su hijo llega a su meta, será el primer candidato presidencial de un partido nacional cuyo padre nació en México. Decenas de familiares de los Romney aún viven en el norte de México. Pero aunque Romney no ha subrayado su religión al mismo grado que Santorum, no cabe duda que es un factor en el apoyo a su candidatura por sectores claves de su partido.

Newt Gingrich, ahora en un distante tercer lugar, también enfatiza sus valores religiosos conservadores al buscar el apoyo de las bases cristianas ultraconservadoras.

A la vez, entre un número sorprendente de estas mismas bases religiosas ultraconservadoras permanece la sospecha tan hábilmente promovida por ultraconservadores hace cuatro años de que Barack Obama es un musulmán clandestino.

Pero regresando a los asuntos más terrenales, a pesar del triunfo hoy de Romney, después de su arrolladora victoria en Puerto Rico el sábado pasado, y de que cuenta con más del doble de delegados que Santorum, aún no está cerca de obtener los mil 144 delegados necesarios para obtener la nominación de su partido. Peor, la próxima contienda es este sábado en Luisiana, en el sur, región donde Santorum mostró su fuerza al ganar Alabama y Misisipi la semana pasada, y eso de nuevo podrá complicar y alargar más a este proceso.

Las maneras de los dioses republicanos son misteriosas.