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Ver día anteriorMartes 3 de abril de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Evaluación integral para transformar la educación
L

a llamada evaluación universal, que en realidad es una medición estandarizada a los docentes, está siendo juzgada y rechazada por su origen, sus objetivos, sus resultados previsibles y los métodos antidemocráticos de imponerla. Es parcial, restrictiva, limitativa y fragmentaria del desarrollo profesional; le importan los resultados y no la riqueza que suponen los procesos de educación.

Se cosifica la profesión docente, al tener un fin utilitarista e instrumental gerencial, reduciendo el papel del maestro a simple operario de las políticas educativas neocoloniales. Se impone un modelo de evaluación, donde el currículo se adapta a los resultados y no al proceso de enseñanza-aprendizaje e inhibe la posibilidad de innovar otros procesos y avanzar en una dirección transformadora.

En estos pasados 25 años más exámenes no han mejorado la educación; por el contrario, ha aumentado el deterioro de la educación y anulado el derecho a la educación para todos.

Son otros los factores que inciden, como: el mejoramiento de la infraestructura y equipamiento, valorización y capacitación docente, igualdad e inclusión educativa, currículo adecuado, evaluación incluyente y democrática, metodologías emancipadoras y una propuesta educativa integral y multifactorial.

Para ello, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) propone una evaluación para transformar la educación sustentada en un enfoque integral, holístico y humanista, centrada en el proceso de enseñanza-aprendizaje, que tiene como meta lograr en el educando una concepción científica del mundo y de la vida. Los fines que persigue son de diagnóstico, retroalimentación y mejoramiento de la educación; con las siguientes características:

Integral, plena de todas las dimensiones del ser humano, que tome en cuenta los factores de contexto y los elementos de formación del alumno y del docente en lo cognoscitivo, sicomotriz y valorativo.

Sistemática a partir del ordenamiento y jerarquización de la evaluación con una visión de conjunto de hechos, conceptos y contenidos educativos con fundamentos científicos.

Científica, que incluya los conocimientos y avances teóricos, conceptuales y metodológicos.

Pedagógica, basada en los planes y programas de estudio y en el proceso de enseñanza-aprendizaje, entendida como parte del proceso educativo y no como fin central y único.

Incluyente, donde participen los sujetos educativos en el proceso de evaluación, desde su elaboración hasta su registro y toma de decisiones para la transformación educativa.

Contextualizada, que tome en cuenta las condiciones y factores que inciden en los resultados, diferencias étnicas, culturales, regionales, lingüísticas y de sectores con especificidades.

Formativa, que influya en la formación de valores y toma de conciencia crítica, analítica, reflexiva y transformadora del contexto social; que incida en la conformación del juicio moral y en la construcción de ciudadanía participativa, e influya en el proceso de desarrollo de la personalidad, potencie la independencia, las relaciones interpersonales y la metacognición.

Continua y permanente, aunque no exhaustiva ligada al alumno y al docente.

Transdisciplinaria al abarcar diferentes disciplinas del saber humano.

Multifactorial al intervenir diferentes esferas de la vida humana, como escuela, familia, comunidad, medios de comunicación;

Metaevaluación que implica la discusión de las dimensiones políticas, sociales y pedagógicas de las evaluaciones estandarizadas, las cuales han desplazado lo pedagógico.

La evaluación alternativa permite valorar cualitativa y cuantitativamente cambios producidos en el proceso de enseñanza-aprendizaje; constituye en sí misma una vía para el crecimiento individual y grupal. Se debe definir una propuesta pedagógica desde las escuelas, con docentes, alumnos y padres de familia, donde se discuta y defina la escuela que queremos, la escuela por la que luchamos.

Se necesita construir un modelo de formación docente reflexivo-crítico-transformador y de investigación-acción para transformar su práctica, a través de la sistematización, experimentación, innovación e interés pedagógico al valorizar y dinamizar el desempeño de los docentes como agentes de cambio a partir de un crecimiento intersubjetivo compartido, que se apropie de su materia de trabajo, la educación, y se valore profesional y socialmente su experiencia y preparación. Para alcanzar estas aspiraciones se debe definir un modelo educativo sustentado en el artículo tercero constitucional, destacando la educación pública como base de identidad nacional y movilidad social.

En 2007, la sociedad argentina, después de una serie de debates en foros educativos y asambleas de escuela, logró modificar la Ley de Educación Nacional, en el capítulo tercero sobre Información y Evaluación del Sistema Educativo, pudo incluir en el artículo 95: Son objeto de información y evaluación las principales variables de funcionamiento del sistema, tales como cobertura, repetición, deserción, egreso, promoción, sobreedad, origen socioeconómico, inversiones y costos, los procesos y logros de aprendizaje, los proyectos y programas educativos, la formación y la práctica de docentes, directivos y supervisores, las unidades escolares, los contextos socioculturales del aprendizaje y los propios métodos de evaluación.

Queda demostrado que el sistema educativo mexicano debe ser sometido a escrutinio y rendición de cuentas a partir de la información y evaluación de todos sus factores, dado que los malos resultados de evaluaciones estandarizadas requieren de un análisis complejo, holístico y multifactorial y no partir de un análisis reduccionista y fragmentario de culpar sólo a los docentes de los malos resultados. Si de verdad se quiere mejorar la educación, ésto sólo será posible con la participación de los maestros, padres y estudiantes, de lo contrario, la evaluación universal será una simulación y un rotundo fracaso como la Alianza por la Calidad de la Educación.

* Profesora normalista de la Sección 9 SNTE-CNTE.