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Se acusan mutuamente de estar fuera de contacto con la realidad del electorado de EU

Romney y Obama, seguros de que la contienda presidencial será entre ellos

El republicano espera conseguir el nocaut el día 24; habrá elecciones primarias en 5 estados

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Mitt Romney, aspirante a la candidatura presidencial por el Partido Republicano, se reunió ayer con la Sociedad Americana de Editores de Noticias en Washington. A la derecha, Barack Obama, quien busca la relección, durante el desayuno de oración de Pascua celebrado ayer en el salón Este de la Casa BlancaFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 5 de abril de 2012, p. 18

Nueva York, 4 de abril. Arrancó la elección general con el triple triunfo de Mitt Romney en las primarias de esta semana y aunque casi la mitad de los delegados necesarios para determinar el candidato presidencial republicano aún están en juego, tanto Romney como Barack Obama ya determinaron que esta fase inicial ha concluido y que el juego ahora es sólo entre ellos dos.

Ambos políticos –el presunto candidato republicano y el presidente demócrata que busca la relección– estrenaron discursos dedicados al otro, o sea, ya bajo la suposición que la batalla ya es sólo entre ellos. Atacaron sus respectivas recetas económicas –ya que la economía es el punto político prioritario en esta elección– y se acusaron mutuamente de estar fuera de contacto con el electorado.

Romney, quien ya cuenta con más de la mitad de los mil 144 delegados necesarios para obtener la nominación como el candidato presidencial del Partido Republicano, por primera vez no mencionó a sus contrincantes dentro de su partido en su discurso de victoria y enfocó todo su mensaje contra el actual ocupante de la Casa Blanca.

En su mensaje diseñado ya para la elección general, caracterizó al presidente como un elitista ‘que ha impulsado políticas económicas fracasadas y como alguien que durante su presidencia ha quedado un poco fuera de contacto con la realidad. Afirmó que la opción presentada ante el electorado sería entre un presidente que favorece una sociedad cada vez más dependiente del gobierno, frente a su visión para generar la sociedad de oportunidad con base en gente libre y la libre empresa. Hoy continuó su ataque al afirmar que Obama oculta sus posiciones reales y no asume la responsabilidad de sus errores.

Por su parte, Obama, en efecto, inició su campaña de relección este martes con sus primeros discursos abiertamente electorales, y por primera vez mencionó a Romney por su nombre. Criticó a su presunto contrincante por apoyar la propuesta del presupuesto federal promovida por los republicanos, la cual, en verdad es un intento para imponer una visión radical en nuestro país, es un darwinismo social ligeramente oculto. Es antiético a toda nuestra historia como tierra de oportunidad. Subrayó que la propuesta simplemente beneficia a los más ricos y perjudicaría a todos los demás. “Al descartar justo las cosas que necesitamos crecer una economía construida para perdurar –educación y capacitación, investigación y desarrollo, nuestra infraestructura– esta es una receta para el declive”.

Obama y la Casa Blanca han reiterado que las políticas que proponen los republicanos y Romney no son más que el retorno a las mismas que llevaron a la peor recesión desde la gran depresión. Más aún, parte de la estrategia de la Casa Blanca es recordar que Romney es uno de los candidatos más ricos en tiempos recientes y, por lo tanto, muy alejado de entender las necesidades de las grandes mayorías; o sea, que está fuera de contacto con el pueblo.

Los equipos electorales de Obama y Romney ahora intensificarán su enfrentamiento a nivel nacional cuando faltan unas 19 contiendas estatales (y más de la mitad de los delegados) en el calendario, antes de que el proceso culmine con las convenciones nacionales de ambos partidos a finales del verano donde se celebran las coronaciones oficiales de sus candidatos. Técnicamente, es hasta entonces que arranca la fase de la elección general.

Sin embargo, Romney aún corre riesgos antes de ser coronado, sobre todo por su terco contrincante ultraconservador, Rick Santorum, quien sigue rechazando que el juego ya terminó. Es casi imposible (matemática y políticamente) que Santorum pueda alcanzar a Romney antes de la convención; según cálculos actuales, Romney cuenta con por lo menos 646 delegados contra los 272 de Santorum.

Cada vez más integrantes de la cúpula republicana han ejercido presión para que Santorum ceda el paso, con figuras como el ex presidente George H.W. Bush, su hijo, Jeb Bush, y el senador de Florida, Marco Rubio endosando a Romney la semana pasada y el poderoso diputado federal Paul Ryan y varios gobernadores haciendo lo mismo en los últimos días. El senador y ex candidato presidencial John McCain comentó que después de su derrota este martes, Santorum es ahora irrelevante, y advirtió que es urgente que Romney esté enfocado en la fase de la elección general para poder ganarle a Obama.

Santorum continúa rechazando las presiones de lo que llamó “el establishment y aristocracia republicanas” de su partido, de nuevo jugando su carta populista, especialmente contra el multimillonario Romney. Afirmó que es apenas el medio tiempo y que falta la segunda mitad del partido. No podemos tener diferencias tan pequeñas entre nuestro nominado y Barack Obama. Necesitamos colores claros y contrastantes para presentar ante el electorado en noviembre, insistió.

Algunos republicanos temen que si Santorum logra ganar algunos estados más y si Romney no llega a la convención con los mil 144 delegados que necesita, podría abrirse una nueva contienda en la que se tendría que negociar la coronación del candidato, algo que podría dañar aún más al ganador ante el electorado.

Santorum goza de amplio apoyo entre las filas más conservadoras del partido, las cuales siguen sospechando que Romney es uno de ellos. Todos saben aquí que para ganar las primarias se necesita conquistar por lo menos parte sustancial de las bases ultraconservadoras y cristianos fundamentalistas que han logrado dominar al partido.

Romney, quien como gobernador de Massachusetts asumió posiciones moderadas, como el impulsar una reforma de salud que fue, en muchos aspectos, el modelo para la reforma nacional impulsada por Obama, no logró convencer a estas bases durante meses, a pesar de renunciar sus posiciones anteriores sobre toda una gama de asuntos de política social –desde salud, derechos de la población gay, derechos de la mujer, los inmigrantes– para complacerlos. No ayudó a su causa que algunos de sus asesores indicaran que podrían borrar algunas de estas posiciones que han expresado durante esta fase al arrancar la contienda general que se juega sobre un tablero muy diferente.

La próxima ronda de primarias es hasta el 24 de abril, cuando se realizarán en cinco estados, y Romney busca un triunfo abrumador para ver si funciona de nocaut contra Santorum. Los otros dos contendientes republicanos, Newt Gingrich y Ron Paul, también continúan en campaña pero ya no son considerados factores en este juego.