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Reporte Económico

Pemex. Operación y resultados 2011 (2/2)

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emex ha estado bajo acoso las tres últimas décadas. Todos los gobiernos neoliberales de los 80s a la fecha, priistas y panistas, han hecho lo posible por estancarla, descapitalizarla y privatizarla; ante la fuerte oposición a esto último, la fórmula de estos gobiernos ha sido estrangular la inversión en Pemex y erosionar sus capacidades para convertir los hidrocarburos en negocio de particulares. Así, refinación, distribución, petroquímica, y ahora hasta la exploración y la extracción han venido privatizándose en forma tan sigilosa como ilegal.

Pero este despojo social de riqueza, patrimonio y seguridad energética ya ni siquiera será sigiloso si los neoliberales siguen en el poder. Los candidatos del PRI-Verde, del PAN, y hasta del PANAL anuncian a voz en cuello la franca apertura del petróleo y la energía a la inversión trasnacional; esto es, prometen repetir el error (que sobre advertencia no es tal) que en su momento cometieron los gobiernos neoliberales de Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia, Perú, Venezuela, Rusia y otros países al privatizar sus hidrocarburos, sólo para perder mucho y tener que revertirla años después.

Los mexicanos tenemos toda una historia al respecto, y por ello hay una oposición decidida a que el mejor y más estratégico negocio de la Nación sea dilapi-dado y convertido en usufructo privado. Hoy los argentinos de-ben saber que en este país los entendemos y millones nos solidarizamos –apenados por nuestro gobierno– con esta revocación de acceso y concesiones a una trasnacional incumplida, rapaz y disfuncional.

Las Finanzas de Pemex

En nuestro caso los depredadores no son gratuitos; la rentabilidad de Pemex (y del petróleo) es abrumadora. El costo de producción en México de un barril de crudo fue en 2010 (último dato disponible) de 5.22 dólares y su precio de venta (exportación) en 2011 de 101 dólares.

Así, en 2011 por ventas ing-resaron a Pemex 1 billón 558 mil millones de pesos (Gráfico 4), el 10.9% del PIB. De éstos, 781 mil millones, la mitad, cubrieron el (creciente) costo de ventas; 96 mil millones los gastos generales, y 103 mil millones ingresaron como saldo de otros ingresos/gastos: Todo ello arrojó una utilidad antes de impuestos (aun con la ineficiencia, corrupción, robos y despilfarro) de 785 mil millones de pesos. Sobre ellos se fue Hacienda y le cobró impuestos, derechos, y aprovechamientos por 876 mil millones, de modo que la empresa más rentable del país terminó con una pérdida neta de -91 mil millones de pesos.

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Estos resultados se presentan esquemáticamente en el gráfico 5. ¿Qué empresa privada dejaría estas ganancias al país?

Sin embargo, por aberrante que parezca este esquema impo-sitivo, con la actual estructura administrativa de Pemex no lo es tanto (dejarle libres cuantiosos recursos elevaría el despilfarro y la rapiña), lo grave es que de ese excedente no se le asignen vía presupuesto suficientes fondos para expansión y cumplimiento de sus funciones y objetivos. Aquí radica el desmantelamiento de Pemex y la privatización de los hidrocarburos.

El balance general consolidado 2011 de Pemex indica que la empresa cuenta con 1 billón 533 mil millones de pesos en activos, y una contraparte de 1 billón 727 millones en pasivos, con un capital contable negativo de -194 mil millones (Gráfico 6). Llama la atención en Otros pasivos a largo plazo sin costo el rubro de Beneficios a los empleados por 731 mil millones de pesos, adeudo que en lo esencial corresponde a compromisos laborales (pensiones particularmente) de Pemex con su personal, sin existir, según se ve, reservas para su cobertura como legalmente corresponde.

Reservas de hidrocarburos

Las reservas probadas (1P) se ubicaron el 1º de enero en 13 mil 810 millones de barriles de petróleo crudo equivalente. De éstos, 10 mil 025 eran de crudo y 3 mil 785 millones de líquidos de gas (Gráfico 7).

La dramática caída de las re-servas probadas que por muchos años presentó Pemex por una insuficiente exploración, parece al fin estar tocando piso al haberse alcanzado en 2011 una tasa de restitución de 101.1%, esto es, que en el año las reservas probadas aumentaron al mismo ritmo (1.1% más) que la extracción. Esta es una buena noticia pues la vida promedio de las reservas probadas ha caído a sólo 10 años de abastecimiento (Gráfico 8).

Es preciso, sin embargo, ele-var sustancialmente esta tasa de restitución, disminuir las expor-taciones de crudo (y la extrac- ción correspondiente), y aumentar las reservas probadas, hasta un umbral de seguridad de al menos 25 años, así como remontar el atraso en el desarrollo interno de energías alternativas limpias. (Saúl Herrera Aguilar)

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