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Corrupción trasnacional
Congelada en el Senado, una iniciativa contra prácticas monopólicas y depredatorias

Mayoristas apremian a reformar la Ley Federal de Competencia Económica

Los cambios frenarían el poder ilegítimo de firmas como Wal-Mart, aseguran

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Proveedores se quejan de que la trasnacional les impone preciosFoto José Núñez
 
Periódico La Jornada
Jueves 26 de abril de 2012, p. 2

Desde hace dos años está detenida en el Senado una iniciativa para reformar la Ley Federal de Competencia Económica (LFCE), la cual, entre otros puntos, busca fortalecer los procesos de investigación contra empresas que incurran en prácticas monopólicas y que serviría para frenar las acciones depredatorias de las cadenas de autoservicio, principalmente de Wal-Mart, que ofrece precios bajos a sus clientes a costa de sus proveedores y de comerciantes en pequeño.

Así lo aseguró Alfredo Neme Martínez, director para América de la Unión Mundial de Mercados Mayoristas, al quejarse de la falta de sensibilidad de los legisladores federales hacia el comercio en pequeño por negarse a incluir en la iniciativa una prohibición expresa de que las cadenas de supermercados vendan productos por debajo del precio de producción, lo cual representa una competencia desleal que afecta al mercado interno.

Esa prohibición, agregó Neme, existía antes, pero gobierno federal e integrantes del Congreso la han ido borrando.

Los legisladores argumentan que no se puede determinar un costo, lo cual es absurdo, cuando la propia Secretaría de Hacienda lo determina para fijar los impuestos, así que ¿cómo un senador puede decir esa barbaridad?, cuestionó en entrevista.

La petición de que se restablezca dicha prohibición proviene de sectores y cámaras industriales que van desde panaderos, tortilleros, productores de aceite, jabones y alimentos en conserva hasta locatarios de mercados públicos, centrales de abasto y comerciantes en pequeño y mayoristas. Se trata de proveedores a los que Wal-Mart impone precios bajos, bajo amenaza de que si no los acatan les retrasan los pagos o de plano los eliminan de su lista de abastecedores.

Los principales afectados, detalló, son los productores de alimentos frescos, sección en la cual los supermercados en general aplican sus ofertas más llamativas. No obstante, señaló, dado que la población sólo surte 15 por ciento de los alimentos que consume, quienes compran en una tienda de autoservicio pagan un sobreprecio en cualquier otra mercancía que adquieran, con lo que queda invalidado el ahorro que obtuvieron en frutas o verduras.

Neme Martínez consideró que si bien Wal-Mart aplica en todo el mundo las mismas prácticas comerciales y laborales, México es la mayor joya de su corona por las ganancias que le reporta y el número de sucursales que ha logrado abrir aquí en los últimos años y que han devorado los pequeños negocios especializados y de diversos giros.

De cada cinco tiendas inauguradas por Wal-Mart en el mundo, cuatro están asentadas en México, advirtió, y 60 por ciento de lo que factura la trasnacional aquí es trasladado a sus proveedores, por lo que son éstos los que pagan su publicidad, ofertas y la construcción de nuevas sucursales.

El también ex dirigente de la Confederación Nacional de Agrupaciones de Comerciantes de Centros de Abasto manifestó que aunque los esfuerzos de diversas cámaras industriales y de comerciantes en pequeño del país están enfocados actualmente a lograr cambios a la LFCE antes de que concluya el actual periodo ordinario de sesiones –el dictamen de comisiones fue publicado ayer en la Gaceta del Senado–, también prepararán una denuncia ante la Comisión Federal de Competencia contra Wal-Mart por su dominio en el mercado mexicano.

Neme Martínez se quejó de que ha sido tan intenso el cabildeo sobre las reformas a la LFCE por parte de los supermercados, con Wal-Mart a la cabeza, que prácticamente han dejado relegadas entre los legisladores las opiniones de otros actores económicos.

Las grandes cadenas, aseveró, nos tienen copados completamente y aunque vamos con los legisladores nos dicen que no hay mucha presión social (para impulsar la ley), por lo que expresó su temor de que, en caso de ser aprobada la reforma, no incluya las peticiones de los pequeños comerciantes.

Puntualizó que la reforma servirá para detener el poder monopólico y monopsódico (poder para imponer precios a sus proveedores) de las grandes cadenas comerciales como ha quedado claro ante el reciente escándalo suscitado por Wal-Mart por actos de corrupción en nuestro país.