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Ver día anteriorLunes 30 de abril de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Los de entonces no somos los mismos

Este Felipe de Jesús, no tiene temor de Dios

A

sí decía una de mis cuatro abuelas reciclables, cuando alguien cometía un acto reprobable de suma gravedad, de esos que claman la atención y enojo del Altísimo. O bien, cuando se trataba de un pecador impenitente, es decir, reiterativo y pertinaz.

Pues Dn. Felipe de Jesús se hace merecidísimo acreedor, y por partida doble, a comentario semejante: por la gravedad de su última (perdón, de su más reciente), torpe, imprudente, majadera intromisión en el ámbito soberano de la nación Argentina y por su contumacia patológica para hilvanar, uno tras otro, despropósitos capitales (sí, capitales como los pecados).

Después de un larguísimo lustro, Dn. Felipe aún no logra entender la dimensión de la ilegítima apropiación que realizó en 2006 y que, según lenguas viperinas, ejerce sólo medio tiempo (lo cual, de ser verdad, evidentemente redundaría para bien de la República). Por eso, violenta sin recato la autonomía del Poder Judicial y en defensa de su alter ego (García Luna) pretende corregir, con declaraciones ignaras, prepotentes y totalmente violadoras de las normas constitucionales, el proyecto de sentencia que un ministro ponente ha elaborado con toda la independencia y libertad que la ley no sólo le otorga, sino que le exige. Al señor presidente de la Suprema Corte se le dio una oportunidad (histórica, se suele decir), de poner en su lugar, con precisión, contundencia y sobrada razón, al ilustre egresado de la Escuela Libre de Derecho, explicándole sucintamente la añosa y elemental teoría de la división de poderes.

Ya encarrerado y como el Ejecutivo le queda chico y el Judicial no lo comprende, Dn. Felipe de Jesús insiste en inmiscuirse en las funciones exclusivas del Poder Legislativo, faltándole al respeto hasta a sus propios cofrades: los reprende, denuncia, les dicta ucases. No se concreta a sustentar sus razones en la exposición de motivos de las iniciativas que promueve, ni siquiera a cabildear con inteligencia y discreción, por medio de los líderes de su bancada o de los funcionarios del ramo pertinente (algunos de ellos no muy moralmente calificados, como los ex de Trabajo y Comunicaciones y los actuales de la Función Pública y Seguridad).

Los procesos electorales lo trastornan, tal vez porque del suyo ya reclamó la autoría su antecesor. Es él y no el IFE, quien señala si una elección fue mancillada por el narco. Claro que este juicio tiene sus asegunes: gana my sister, la elección fue impecable y diamantina. Ganan los malos: apocalipsis now.

Si no tiene chance de suplir a Leonardo Valdés, se conforma con Roy Campos. Lo imagino ante los consejeros de Banamex en su rol de corredor de apuestas y pasador de tips: yo sé lo que les digo: el colorado no avanza, copete alto ya se pasmó, tengo información privilegiada de que el gallo es gallina.

Por mandato constitucional, quien ejerza el cargo de Presidente de la República es, al tiempo, jefe supremo de las tres armas que integran las fuerzas armadas, pero esto significa más, muchísimo más, que disfrazarse de halloween, con una gorra que se hunde hasta los ojos, una chaqueta XL y unas botitas adquiridas en la zapatería Blazito. Como que ser general de cinco estrellas conlleva algo más que invitar a los hijitos al desfile o a jugar paint ball o gotcha aquí, en Barranca del Muerto.

La mayoría de las críticas al vergonzoso comportamiento de Dn. Felipe de Jesús con la presidenta Cristina Fernández se ha centrado en el brutal desconocimiento ya no del protocolo diplomático, sino de las elementales reglas de respeto, civilidad y derecho de gentes (Francisco Vitoria 1483/1546). Para mí hay algo más grave todavía: las palabras de Dn. Felipe de Jesús lo exhiben al desnudo, nos muestran sus concepciones sobre cuestiones fundamentales: patria, soberanía, nación, dignidad, Estado. También sobre irracionalidad e irresponsabilidad.

Imaginemos tres escenarios. Primero: 13 de diciembre 1810. Campamento insurgente. Interior. Madrugada. Albores del movimiento independentista. Reunido el Sr. cura Dn. Miguel Hidalgo y Costilla con Allende, Chico y López Rayón, acuerdan nombrar a Pascasio Ortiz (perdón por la cita familiar), nuestro mariscal de campo y embajador de nuestro cuerpo cerca del Supremo Congreso de Estados Unidos de América, facultado para tratar, ajustar y arreglar una alianza ofensiva y defensiva y tratados de comercio útil y lucroso para ambas naciones.

De pronto López Rayón, brillantísimo abogado egresado de San Ildefonso, con voz alterada interrumpe la formal ceremonia: momento, Dn. Miguel: ¿no cree usted que este proyecto del “comercio lucroso carece de viabilidad alguna, si no cancelamos primero el Decreto de Abolición de la Esclavitud? A los descendientes de los 102 peregrinos del Mayflower (todos WASP) que les expropiaron sus aves galliformes de la familia phasianidal (vulgo: pavos), a los pobladores originarios allá por 1600, no les va a resultar gracioso. ¡Piense en las inversiones padre (de la Independencia)! ¿No estaremos dañando el comercio lucroso, por irresponsables e irracionales?

Palacio Nacional. Interior. Noche. Reunidos en torno del ya casi Benemérito están: Melchor Ocampo, Manuel Ruiz, Pedro Santacilia, Iglesias, por supuesto Matías Romero y Lerdo de Tejada. Ignacio Ramírez que, quién lo creyera, siendo el más extremista, radical e intransigente dice: “se me hace que el compañero Lerdo no se midió con su ley de nacionalización de los bienes eclesiásticos y separación de la Iglesia y el Estado, a Pío lX puede darle una furia de los mil demonios (perdón por la expresión, pero recuerden que el Nigromante, a la menor provocación negaba la existencia de Dios), y puede ordenar la cancelación de todas las indulgencias plenarias para los mexicanos, la importación del Agua de Lourdes y enviarnos algunas legiones de la Compañía de Jesús. Además recuerden que Pío lX no se anda por las ramas: como consideró que las estatuas que enriquecían los corredores del Vaticano y que mostraban (de acuerdo con la Ley de la transparencia y máxima publicidad, del Renacimiento), los atributos varoniles al descubierto eran una incitación a la lujuria (no aclaró si la de los cardenales), con un escoplo y un mazo, personalmente los convirtió en angelitos. (¿O sea?) ¿Que tal si decide realizar la primera visita de un Papa a nuestras tierras y a los liberales nos va peor que en un concierto de los hermanos Castro?

Palacio Nacional. Interior. Noche (22p.m). 18 de marzo 1938. Lázaro Cárdenas, rodeado del Ing. Mariano Moctezuma, Efraín Buenrostro, Jesús Silva Herzog. Un individuo no identificado, como suelen decir en sus enciclopedias los Casasola, con gran vehemencia dice: dense cuenta que la firma de este decreto nos puede traer funestas consecuencias. El Reino Unido romperá relaciones, los Países Bajos y los Estados Unidos decretarán un embargo comercial y, por si fuera poco, nos retirarán a todos sus técnicos. ¿Quiénes van a operar las instalaciones? ¿Quiénes tienen, sino los extranjeros, los conocimientos para sintetizar el tetraetilo de plomo necesario para graduar el octonaje de las gasolinas? Reconozcan que el Decreto es irracional e irresponsable. (Atento paréntesis para la Sra. Vázquez Mota: fueron los estudiantes de química del recién creado (por el general Cárdenas), Instituto Politécnico y los alumnos del monstruo que ensombrece los sueños de esta distinguida viuda, la UNAM, quienes encontraron las fórmulas imprescindibles para evitar el paro de la industria que, por ese irracional e irresponsable decreto nacía, con esta fecha, mexicana.

A propósito: ¿sabía usted que jamás, como en ocasión de estas declaraciones, Dn. Felipe de Jesús recibió las mayores expresiones de reconocimiento y solidaridad de los medios escritos y electrónicos...españoles?

En singular esfuerzo por hacer a esta columneta lo más incluyente y representativa posible, con regularidad transcribiré algunos comentarios de personas con las que, por diversas razones, tengo trato y que me proporcionan desde leyendas urbanas, informaciones privilegiadas y aventuradas predicciones, hasta serios escenarios de la más depurada prospectiva. Los transcribiré como simple informador. ¡Prohibido maltratar al mensajero! Como muchos de estos comentaristas realizan un peligroso trabajo encubierto, al principio describiré únicamente la caracterología de cada uno, y luego les asignaré un número para que ustedes puedan identificarlos y otorgarles o denegarles su confianza.

Habrá también otra seccioncita para recoger las ideas, las propuestas, los proyectos, las explicaciones sobre México y el mundo que formulen los mexicanos de excepción y que sería una infamia no reconocer y divulgar. Para la siguiente publicación tenemos dos ejemplos: la primera corresponde al gobernador del Banco de México, y la segunda al presidente de la BMV.

Otro apartado lo escribí hace muchos años para el periódico de mi pueblo, Vanguardia, de mi querido amigo el Gordo Castilla. Se llamaba Los porvenires del recordar. Se trataba de algunos aconteceres atrás tiempo ocurridos y que algún día llegamos a pensar trascendentes.

También habrá algunas remembranzas: tragicómicas algunas, divertidas otras, amargas las más, de estas nuestras generaciones a las que hace tan poco tiempo se les consideraba semillero de grandes esperanzas y ahora, los supervivientes, no ganamos ni la mesa directiva del honorable Asilo Mundet.

En fin, que he dejado clara la estratagema a la que recurro para que el lector tenga menos oportunidades de aburrirse, enojarse o simplemente cambiar de canal. Pero además, sobre la marcha todo cambia, porque lo nuestro es cambiar.

Lo único que no me aguanto para la próxima entrega, es la información top secret del amigo incrustado en los órganos de seguridad del Estado, que ha decidido tenernos al tanto de lo que se fragua en los círculos más íntimos del Poder. Doctor –me dice así desde que le recomendé la pomada Ultraproct, cuya fórmula contiene pivalato de fluerocortolona, y clorhidrato de cincocaína y que es del todo eficaz en esos dolores íntimos y profundos a los que, supongo, se refería el maestro Agustín Lara. ¿Sabe usted cual fue el último mensaje que Dn. Felipe de Jesús le mandó al monarca español? Se acercó y le dijo al presidente Rajoy: “presi: dígale de mi parte a nuestro Rey, que si decide llevar hasta las últimas consecuencias la bronca con esos irracionales e irresponsables argentinos, cuente con la solidaridad incondicional de los habitantes de la Nueva España. Estaremos a su lado si se avienta a denunciar este atropello ante el Tribunal Internacional de La Haiga.