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Angelin Preljocaj presentó su versión del cuento de los hermanos Grimm

El poder de la danza revivió a una desfallecida Blanca Nieves
 
Periódico La Jornada
Sábado 5 de mayo de 2012, p. 4

La fuerza de un romántico beso es insuficiente, comparada con el potente poder de la danza, capaz de revivir el bello y joven cuerpo de una princesa, hechizado por una malvada, narcisista y sensual madrastra.

Dicha idea se hace presente en el montaje de Blanca Nieves, coreografía del reconocido creador francés Angelin Preljocaj, que se presentó la noche del jueves en el Teatro de la Ciudad, en el contexto de la edición 28 del fmx-Festival de México.

La versión del cuento de los hermanos Grimm, puesto en escena por el Ballet Preljocaj, está llena de lúdico candor e inquietante sensualidad lo que se combina con el vestuario de Jean Paul Gaultier, diseñador de alta costura, considerado l’e enfant terrible de la moda francesa; a lo que se suma la impactante, fantástica y misteriosa escenografía del reconocido artista Thierry Leproust y la portentosa música de Gustav Mahler.

Todo ello arroja como resultado una coreografía romántica de asombrosa belleza, pero también oscura y cruel, accesible a niños, jóvenes y adultos.

Fiel a la narrativa y esenciales acontecimientos de ese cuento, la versión de Angelin Preljocaj imagina a la inocente Blanca Nieves y a la malvada y celosa reina madrastra, como dos mujeres hermosas y sensuales.

Mientras que la composición coreográfica para el talentoso cuerpo de baile, integrado por 23 bailarines y una niña, que acompañan a los personajes protagonistas es de una filigrana armoniosa de movimientos, en los que se combina el regocijo, la pasión, la técnica y el virtuosismo.

Bailar, condena a una malvada

Varias fueron las escenas que impactaron a los espectadores en el Teatro de la Ciudad, para apreciar el trabajo de Angelin Preljocaj, uno de los coreógrafos más reconocidos internacionalmente, cuyas obras son consideradas un tesoro del arte mundial.

Entre esa escenas figuraron el cortejo y juego de seducción entre Blanca Nieves y el príncipe, en el que ambos personajes entre juguetones y fugaces contactos se van enamorando hasta ser interrumpidos, con truenos, por la terrible, autoritaria y sensual madrastra, siempre acompañada por un par de negros felinos.

Foto
Escena de Blanca Nieves, en versión de Angelin Preljocaj, que se presentó en el Teatro de la Ciudad Esperanza IrisFoto Yazmín Ortega Cortés

En la versión de Preljocaj, es enorme y oscuro como un abismo, el espejo mágico al que recurre la bella madrastra, quien luego de ciertos pases y movimientos, también mágicos, se enterará a través del espejo que Blanca Nieves sigue viva y ha sido encontrada en medio del bosque por siete asombrados y curiosos mineros, lo que escénicamente causa gran impacto, pues resulta un sitio misterioso y amenazador.

También genera emoción la coreografía y la danza aérea que realizan los siete mineros-bailarines sobre las paredes de una tétrica e imponente mina que ocupa el fondo del escenario.

Una escena cruel ocurre cuando la madrastra se transforma en una anciana, quien luego de ser auxiliada por Blanca Nieves, la fuerza a comer una manzana envenenada, cayendo la princesa en un sueño mortal.

Memorable es la escena cuando el príncipe, al encontrarla desfallecida, no la revive con un romántico beso, sino con el poder de la danza.

En un baile con el cuerpo de ella sin vida –en el que se reconoce el talento de ambos bailarines–, se expresa el dolor y el profundo amor de los jóvenes amantes hasta que el príncipe, al ver que sus afanes son infructuosos, cae resignado.

Sin embargo, como todo cuento de hadas, el milagro se produce. Por el poder de la danza, Blanca Nieves, poco a poco se recobra de su sueño mortal. Y será también, por ese mismo poder de la danza, que la malvada reina será castigada. Su condena: usar un par de zapatos que la harán bailar de manera locuaz hasta desfallecer.

Blanca Nieves, en la versión del francés Angelin Preljocaj, se presentó en el Teatro de la Ciudad con un reparto encabezado por los bailarines Nagisa Shiri, Fabricio Clemente, Patrizia Telleschi, Nuriya Nagimova y Sergi Amoros Aparicio.