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A 150 años de esa gesta prevalece un grave error histórico, sostiene Venancio Aguilar

Dejar de lado el mito y hacer justicia a los héroes del 5 de mayo, pide experto

Es mentira que los indígenas zacapoaxtlas ayudaron a las tropas mexicanas encabezadas por el general Ignacio Zaragoza para combatir a los franceses, asevera el etnohistoriador

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Litografía de Constantino Escalante alusiva a la gesta del 5 de mayo de 1862, en imagen incluida en la página electrónica de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia
 
Periódico La Jornada
Sábado 5 de mayo de 2012, p. 6

A 150 años de ocurrida, un grave error histórico prevalece en torno de la famosa batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862, según el etnohistoriador Venancio Armando Aguilar Patlán, quien sostiene que la versión oficial está sustentada en un mito más que en hechos fehacientes y comprobables.

Según dice, es mentira que los indígenas zacapoaxtlas ayudaran a las tropas militares mexicanas, encabezadas por el general Ignacio Zaragoza, a vencer al ejército francés, el más poderoso del mundo en esa época, en aquel enfrentamiento armado.

Ése, explica, es un mito que nació inmediatamente después de la batalla del 5 de mayo, cuando el general Miguel Negrete relató ante distintos periódicos el desarrollo de la misma y afirmó que el primer cuerpo militar mexicano en enfrentar y rechazar el primer ataque de los franceses fue el Batallón de Zacapoaxtla.

En realidad se trató del sexto Batallón de Guardia Nacional del Estado de Puebla, el cual estaba integrado en dos terceras partes por habitantes del distrito de Tetela de Ocampo (específicamente del municipio del mismo nombre) y una tercera parte por habitantes del Distrito de Zacapoaxtla (la mitad del municipio de Xochiapulco y la otra mitad de los municipios de Zacapoaxtla y Cuetzalan), explica el investigador en entrevista.

A partir de aquel entonces, y desde hace 149 años, al hacerse cada año el recuerdo de tan memorable jornada los historiadores no han profundizado más allá de aquella información, la cual, aunque proporcionada por uno de los principales protagonistas, incurría en un error que daría también lugar a una injusticia histórica en la sierra Norte de Puebla.

Confusión histórica

Venancio Aguilar no cuestiona el hecho de que la mayoría de los 400 milicianos que integraron el mencionado batallón fuera de origen indígena. Tampoco rechaza las versiones sobre lo rudimentario del armamento que utilizaron en la batalla contra los soldados franceses, compuesto por machetes, cuchillos, palos, hondas y piedras.

‘‘Todos los indicios y la información que tenemos apunta que así fue. Pero lo más importante ahora, en este año que se conmemora el 150 aniversario de la batalla de Puebla, es dejar de lado el mito y hacer justicia a los héroes que lo merecen”, indica quien elaboró su tesis de licenciatura sobre este tema, para lo cual se basó en archivos municipales y personales de esa región poblana.

Para el historiador, resulta un grave error que hasta la fecha sea la ciudad de Zacapoaxtla la que se haya llevado los reconocimientos sociales y oficiales por las supuestas participaciones de su batallón, tanto en la batalla del 5 de mayo como durante los más de cinco años que duraron la intervención francesa y el Segundo Imperio Mexicano.

Aclara que ese poblado, habitado en aquel entonces por un importante número de españoles, era totalmente conservador e incluso a lo largo del siglo XIX fueron varias las ocasiones que trató de insubordinarse a los gobiernos de origen liberal, lo cual explica la presencia precautoria e inhibitoria en ese territorio del sexto Batallón de Guardia Nacional del Estado de Puebla, cuyo nombre contraído, Batallón de Zacapoaxtla, originaría la citada confusión histórica.

Existe abundante documentación en archivos de la sierra Norte de Puebla, la ciudad de Puebla, el Archivo General de la Nación y de la Secretaría de la Defensa Nacional que prueban fehacientemente que los habitantes de la entonces Villa de Zacapoaxtla (cabecera municipal y distrital) se negaron a participar en la defensa de la patria durante la batalla del 5 de mayo de 1862, apunta Aguilar Patlán.

Pero no sólo eso, sino que incluso durante la mayor parte de la guerra de Intervención francesa y el Segundo Imperio colaboraron con los invasores extranjeros para destruir a los patriotas de la sierra Norte de Puebla y del oriente del país, a cambio de lo cual recibieron armas, buenos sueldos, distinciones y condecoraciones por parte de los gobiernos intervencionista e imperial.

País de mitos

Las tareas de Venancio Armando Aguilar no se han limitado a esclarecer dicho episodio histórico, sino también ha buscado que los gobiernos del estado de Puebla y el dederal reivindiquen el lugar de Tetela de Ocampo y Xochiapulco en la historia de México.

Apoyado por la Asociación Civil Chicahualtepec, se logró en diciembre de 2010 que el Congreso del estado de Puebla confiriera el título de Heroica a Tetela de Ocampo, por su participación en los mencionados pasajes históricos.

Quedan todavía por resolver, indica, las solicitudes presentadas ante las secretarías de Educación Pública y Defensa Nacional para que hagan el mismo reconocimiento y se corrija la historia oficial.

En tanto, el historiador y la mencionada asociación civil han emprendida por su cuenta una campaña informativa en aquella región poblana, mediante conferencias y pláticas en las escuelas públicas de educación básica.

De igual manera, subieron a la Internet una página alusiva a esos hechos y al compromiso y la participación que Tetela de Ocampo tuvo a lo largo del siglo XIX en defensa del estado liberal en México (www.heroicateteladeocampo.com).

A todo lo anterior se suma la participación que Venancio Aguilar tuvo en el segundo Congreso que la Sociedad de Geografía y Estadística de México que se desarrolló del 30 de abril al 3 de mayo para festejar el 150 aniversario de la batalla de Puebla.

Los mitos son útiles para el estudio de las creencias de una cultura o una comunidad, pero en el terreno de la historia básicamente son mentiras, por predominar en ellos más lo imaginario que lo real, apunta Venancio Aguilar.

Desde la fundación de Tenochtitlán, México es el país de los mitos de toda especie. Tenemos, entre muchos otros, el mito del águila devorando a la serpiente sobre un nopal, el de Quetzalcóatl, el de la virgen de Guadalupe y el de los zacapoaxtlas.