San Cristóbal de las Casas, Chis. 4 de mayo. Los ejidatarios de la otra campaña en San Sebastián Bachajón (municipio de Chilón) han decidido presentar las evidencias de cómo los autoridades de los tres niveles de gobierno y sus medios de comunicación manipulan la verdadera situación de represión. Consideran que los gobiernos estatal y federal libran una guerra encubierta de contrainsurgencia contra los pueblos indígenas.

Ante tantas violaciones de derechos en diferentes ámbitos contra defensores y luchadores sociales por la defensa de nuestra madre tierra, señalan que el gobierno represor controla la justicia a su antojo para su venganza contra los que se resisten a sus proyectos trasnacionales. Decenas de ejidatarios han sido encarcelados entre 2009 y 2011. Tan sólo el 3 de febrero del año pasado la policía detuvo de un tirón a 117 de ellos. La mayor parte han sido adherentes de la otra campaña, pero algunos también bases de apoyo zapatistas.

Decididos por los actos del mal gobierno, emprenden un rencuentro con nuestro pasado para ir identificando al verdadero responsable de todas las injusticias que día a día se están cometiendo en nuestro pueblo; de cómo el mal gobierno tuvo mucho que ver en cómo fue instruyendo a personas, asesorando y manipulando por proyectos, comprando conciencias para ir ganando campo en el control del territorio en cada pueblo y comunidad, para manejar a la sociedad a su antojo.

En días recientes, los ejidatarios tzeltales comenzaron a divulgar una serie de testimonios colectivos donde recapitulan su resistencia, que sigue bajo constante amenaza, y tres compañeros suyos aún en prisión. Allí presentan a San Sebastian Bachajón, ubicado en la codiciada región de Agua Azul, como un pueblo muy digno en sus tradiciones. Anteriormente el respeto que se daban unos a otros era más que esencial, venía de nuestros ancestros la creencia de nuestros abuelos mayas, en la adoración y el respeto a nuestra madre tierra: cuevas, cerros, manantiales, el culto a la siembra. En cuanto a la religión “no eran mucho las ‘sectas’ religiosas como ahora”.

Antes se regían por usos y costumbres. Ahora que existen leyes hay mucha inseguridad en los pueblos y comunidades por que la ley no esta hecha para nosotros los pobres, sino para los que tienen, los ricos latifundistas; la política de los partidos políticos fue transformando el tiempo, desintegrando el pueblo después de que nuestros antepasados hicieron su revolución.

La guerra de la Conquista parece historia. En realidad, exponen, la nueva guerra camuflada es una conquista por el control territorial de los recursos naturales, la invasión y la ambición de los políticos que quieren adueñarse de nuestra cultura y nuestro pueblo, políticos que se aferran violentamente para obtener lo que quieren, sin importar los costos humanos que dejan durante su paso en las elecciones.

Por motivos de contigüidad territorial, familiar y de simpatía política, han compartido venturas y desventuras con las comunidades zapatistas de la región, en particular las que son parte del municipio autónomo comandanta Ramona.

El ejido, organizado hasta 2007 en la agrupación independiente (y eventualmente perredista) Yomblej, en 2008 se adhirió mayoritariamente a la Sexta declaración de la selva Lacandona, para desde la otra campaña defender sus derechos territoriales, incluyendo una caseta de cobro en el acceso (casi todo a través del ejido) a las cascadas de Agua Azul en el vecino municipio de Tumbalá. La intromisión del gobierno estatal ha sido directa y del más alto nivel, así como de los partidos Verde Ecologista y PRI, que acogen en sus filas a miembros conocidos de grupos paramilitares. En la región existen planes de megaproyectos turísticos y de una autopista, y son señalados repetidamente como la verdadera causa de la persecución contra la otra campaña en San Sebastián Bachajón.