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Edith González y Julio Bracho protagonizan la puesta en escena en el Centro Libanés

“Purgatorio aborda la relación de pareja, en la que el perdón es la mejor venganza”
Foto
Julio Bracho y Edith González en el estreno de la obra, dirigida por Salvador GarciniFoto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Miércoles 9 de mayo de 2012, p. 9

El perdón no es posible sin un profundo arrepentimiento dice el ensayista, narrador, profesor, periodista y dramaturgo, Ariel Dorfman, autor de Purgatorio, obra que se estrenó la semana pasada en el teatro del Centro Libanés, protagonizada por Edith González y Julio Bracho. La invitación, a esta dramática y dura reflexión sobre el punto intermedio entre la vida y la muerte, está abierta viernes, sábado y domingo.

Los celestiales sonidos del violonchelo de Ina Velasco y de la guitarra de Rolf Petersen son el contexto de esta puesta de texturas inteligentes, desencarnadas y profundas, que adentran a actos como el perdón, pero también vislumbran escenarios de muerte, vida, traición y venganza. Se trata de un enfrentamiento esencial entre un hombre y una mujer.

Tragedia

En Purgatorio, dirigida por Salvador Garcini, el amor se ha vuelto utilitario, obsesivo, hasta llegar al extremo doloroso en el que el filo del cuchillo hace brotar la sangre; la tragedia surge como emperatriz que determina nuestra vidas, llegando al extremo de matar lo que más amamos, dicen los productores.

Tres intensos actos ejecutados con magistral diálogo actoral en una aparente sala de un hospital siquiátrico: un reto para la reflexión. En la historia, una mujer no puede escapar a su destino en el más allá ni en el menos acá, es decir, su pena se arrastra en este plano que vivimos, en el que el despecho puede llevar al asesinato. El montaje muestra la sed de venganza extrema que la lleva a realizar un acto atroz. La referencia a la tragedia griega de Medea, de Eurípides, está presente.

Sin embargo, el perdón es lo que nos salva, sintetiza el texto de Dorfman (autor de La muerte y la doncella, llevada al cine por Roman Polanski, así como del clásico Para leer al pato Donald, entre gran cantidad de ensayos, obras de teatro y novelas). Todo puede ser perdonado, hasta un crimen. “Elegir amor en vez de muerte, elegir amor en vez de miedo. Por eso Purgatorio regala paz, plenitud y abundancia. Quizá por toda una eternidad, pero nada sucede sin que nuestra voluntad esté comprometida a elegir de nuevo.”

La obra es una propuesta experimental, dijo al final de la función de estreno el director Salvador Garcini, quien tiene en su trayectoria obras como Sonata de espectros, La tempestad, La celestina y Electra o las caídas de las máscaras, así como las telenovelas Dos mujeres un camino, El premio mayor, Las vías del amor y Mujer de madera, además de los largometrajes Divina confusión y Cabeza de buda.

Edith González, quien ha asegurado que la enamoró el reto actoral que implica la obra (que en Madrid fue montada por Viggo Mortensen y Carmen Elías), comentó que la puesta aborda la fallas de las relaciones de pareja, las cuales llegan a un lugar para sanar metafísicamente y en las que el perdón es la mejor venganza.

Al final de la función de estreno y con agotamiento emocional evidente, señaló: Es una obra que demanda muchísimo actoralmente; por fortuna tengo un gran compañero, en referencia al intenso y estupendo trabajo de Julio Bracho.

Purgatorio tiene funciones los viernes a las 19:30 y 21:30, los sábados a las 18:30 y 20:30 y los domingos a las 17:30 y 19:30 horas, en el teatro del Centro Libanés, ubicado en Barranca del Muerto, entre Insurgentes y Minerva, esquina con 2 de Abril, colonia Crédito Constructor.