A 30 años de la tragedia del Chichonal

Los zoques denuncian la traición de
los gobiernos de Chiapas


foto: RODRIGO MOYA

Con un mensaje dirigido a los pueblos originarios de América y del mundo, y en particular a sus hermanos desplazados en Guadalajara (Jalisco), así como Copainalá, Chapultenango, Rayón y Tecpatán (Chiapas), los zoques chiapanecos realizaron el Festival de los Pueblos en Nuevo Carmen Tonapac, Chiapas, el pasado primero de abril, para conmemorar la fatídica erupción del volcán Chichonal, que provocó un éxodo masivo de sus pueblos en 1982. En esta ocasión dieron a conocer el pronunciamiento Tzame’ ore’kubgu’y chiapas’nasomobäsñye’, yä’ ne’ tyanuk ips’ko’majk ame’ tzitzungätzäjkis’, que inicia con el siguiente epígrafe: “Desde la casa en que no estoy/escucho el danzar de las olas/y no es el mar quien me habla/es la lluvia que azota el tejado/Ha llegado el ‘norte’/y todos sabemos que se mojarán los pies”. *

Los zoques se pronuncian recordando “con profunda tristeza” la erupción del Chichonal. “Hacía muchos años que la dueña del Volcán, la  Piowa’chuwe, no hacía su fiesta con tanto enojo. treinta años después seguimos recordando a nuestros hijos, hijas, hermanos, hermanas, padres y amigos que se quedaron en el camino, lo mismo que a nuestras casas y nuestras tierras de maíz. Pero los O´ de put (los que hablan idioma, los de la palabra verdadera) estamos aquí de pie con el silencio en que nos han querido tener todos estos años. En memoria de nuestros muertos, hemos tomado fuerza para decir nuestra palabra desde la casa en que no estamos y desde las tierras prestadas.

“A raíz de la erupción del volcán, los que nos quedamos en Chiapas fuimos condenados por las políticas de reacomodo a colonizar la selva Lacandona o vivir en las tierras áridas del centro de Chiapas; otros en la selva del Valle del Uxpanapa en el sur de Veracruz; otros más se fueron a enfrentar la vida difícil de Guadalajara, los campos de Quintana Roo y Campeche, o como jornaleros en las fincas plataneras de Tabasco. En todos estos nuevos lugares de asentamiento forzado nos encontramos con los mismos problemas: pobreza, exclusión, marginación, falta de acceso al trabajo y los programas sociales de los gobiernos, así como graves dificultades para que nuestros hijos recibieran educación. Los problemas cada vez empeoraron.

“El reacomodo de familias en lugares tan lejanos y distintos abonó a que no nos pudiéramos reunir para compartir nuestros saberes, nuestra memoria, y decidir el destino de nuestros pueblos, familias e hijos. Durante todo este tiempo que hemos guardado silencio, claramente podemos decir que la Piowa’chuwe nada tuvo que ver, sino las  políticas gubernamentales dictadas por los señores del poder para que las relaciones de poder siguieran como antes.

“Hoy, como hace treinta años la situación de nuestros pueblos zoques del norte de Chiapas sigue siendo muy triste; cerca del 90 por ciento de la población de ocho municipios se encuentran en situación de pobreza; es decir, más de 68 mil zoques enfrentan falta de acceso a tierra, educación, alimentación y empleo. A nuestros pueblos aún no llegan los beneficios del desarrollo que los gobiernos han prometido durante mucho tiempo. Parece que estamos antes de 1982.

“Peor aún, por las políticas de los señores del poder, nuestros hermanos zoques de Rayón y Chapultenango están enfrentados por la disputa de tierras del Volcán, mientras que los zoques de Nuevo Francisco León en Ocosingo por años lucharon en el Valle de Santo Domingo por un problema agrario que no provocaron. Lo mismo ocurre en Campeche.

“En Oaxaca, las cosas no son muy diferentes, los hermanos zoques de Los Chimalapas enfrentan problemas desde mucho tiempo atrás por defender sus tierras ancestrales. Hoy como ayer, los señores del dinero y el poder quieren enfrentarnos y dividirnos para desaparecernos como pueblos originarios zoques.

“Este año 2012, inicia una nueva era de pensamiento, de solidaridad con nuestros pueblos, del rescate de nuestra memoria y nuestros saberes, pero sobre todo, una nueva forma de ver al mundo para decir lo que pensamos y sentimos. Desde Nuevo Carmen Tonapac queremos mostrar al mundo que danzamos, cantamos y existimos porque nos negamos a desaparecer como pueblos originarios de México y América. Hoy más que nunca, queremos decirles a todos y a todas, que a 30 años, seguimos vivos: Yuskoroya” 

*Desde la casa en que no estoy, de la poeta zoque Mikeas Sánchez Gómez,
Ojarasca, diciembre de 2007