Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 13 de mayo de 2012 Num: 897

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Bitácora bifronte
RicardoVenegas

Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova

Los luchadores y el cine
Jaimeduardo García entrevista con José Xavier Návar y Raúl Criollo

Eduardo Lizalde, tigre mayor
Marco Antonio Campos

Lizalde narrador
Rosario Sanmiguel

El tigre en la chamba
Rafael Vargas

Lizalde o la poesía del resentimiento
Mario Bojórquez

Rilke y Lizalde: la guerra de las rosas
Evodio Escalante

El Cinema Rif de Tánger
Alessandra Galimberti

Leer

Columnas:
Galería
Rodolfo Alonso

Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

Retratos
Alejandro Michelena

Mentiras Transparentes
Felipe Garrido

Al Vuelo
Rogelio Guedea

La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
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Luis Tovar
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Cine para leer (III Y ÚLTIMA)

“Un acercamiento a la historia reciente del cine mexicano para empezar a organizar algunos elementos que nos permitan entender las razones por las cuales una industria que ha rendido enormes frutos y, en alguna época, grandes dividendos, sigue apareciendo como un proyecto siempre inacabado”:  con tales palabras define José Rodríguez López, el muy estimado Rolo, este libro concebido, gestionado y coordinado por él mismo.

Cine México 1970-2011 es el título de esta obra colectiva, en la que –de nuevo citando al Rolo– participa “más de una veintena de autores, todos ellos cercanos a la experiencia cinematográfica”. Entre ellos, cuéntese al cineasta y actual director del CUEC Armando Casas; al también cineasta, funcionario y denodado defensor del cine nacional Víctor Ugalde; a los realizadores Alberto Cortés, Juan N. López y Nicolás Pereda; al también director, profesor y extitular de imcine Alfredo Joskowicz;  a los muy experimentados productores Gerardo Barrera, Carlos Taibo y Jorge Sánchez Sosa; así como al historiador, investigador y docente Eduardo de la Vega Alfaro. Veintidós autores, para ser exactos, que –como es evidente en la porción citada– pisan o han pisado más de un área del amplísimo territorio conocido bajo el nombre de “cine” y, en particular, del mexicano: cineastas, productores, guionistas, académicos, investigadores, cinefotógrafos, cineclubistas, programadores y directores –o ex– de festivales cinematográficos, críticos… que ostentan diversas licenciaturas, maestrías, doctorados y especializaciones, amén de trayectorias profesionales desarrolladas durante años o décadas. Consígnase lo anterior para dar cuenta del alto grado de calificación con el que cuentan los autores convocados pero, más que eso, del conocimiento de causa, la oportunidad y la pertinencia de los conceptos vertidos por cada uno de ellos.

Inevitablemente hay ausencias notables, y se echan de menos varias plumas. Por mencionar sólo algunas, pónganse las de Jorge Ayala Blanco, Paula Astorga, Carlos Bonfil, David Maciel, Ana Cruz, Magdalena Acosta, Carlos Mendoza, Gustavo García, Ernesto Diezmartínez, Rafael Aviña… pero termínese la lista con la suposición de que fue por causas técnico-editoriales exclusivamente que el volumen llegó a donde llegó, y manifiéstese aquí el deseo de que, más pronto que tarde, un segundo tomo complemente y enriquezca este magnífico esfuerzo.

En materia

Consecuente con la diversidad de profesiones, puntos de vista y experiencias de los autores, los temas que éstos abordan son igualmente diversos:  agrupados bajo los rubros Nuestro cine, La producción, Formación, Distribución y exhibición, Pensamientos en la oscuridad en la sala y La esperanza tangible, se leen ensayos como “Reencuadrando lo obsceno. Tres miradas a la violencia en el cine mexicano contemporáneo”,  “Algunas reflexiones acerca de la difusión y distribución del cine documental en México”,  “Exhibición y difusión del cine mexicano. Las razones de un mercado sin razón”,  “La aportación de las escuelas de cine a la nueva cultura fílmica mexicana”,  “El cine de Nuevo León, Nuevos paradigmas en el desierto que crece”, “La producción del cine mexicano. Una radiografía actualizada”,  “Un sistema de producción alternativo”,  “La educación cinematográfica en México” y  “¿A quién pertenece el cine mexicano?”, entre otros.

El resultado son más de doscientos cincuenta folios tamaño carta en los que se informa, se reflexiona, se analiza, se cuestiona, se denuncia y se propone una larga lista de situaciones, problemáticas, inercias, tendencias, distorsiones, equívocos y verdades a medias, pero también virtudes, ventajas, oportunidades, posibilidades y ejercicios novedosos que permitan dar respuesta –necesariamente múltiple, cambiante y adaptable– a eso que el Rolo plantea desde la Introducción: por qué nuestro cine sigue pareciendo, desde que concluyera nuestra ya polvosa época dorada cinematográfica, una suerte de proyecto inconcluso o, vale decir más, una contradicción monumental con cabeza de hidra, si se coteja el relativo buen estado de salud de muchos de sus componentes con el pésimo semblante que luce cuando se le mira en conjunto.

Aquí siempre se insistirá en la necesidad de la reflexión –sobre todo la colectiva– en torno a nuestra cinematografía, entendida en su doble naturaleza: la de actividad económica y la de expresión cultural. Gracias, en tal sentido, al Rolo y a Gran Númeronce Producciones, la empresa editorial, por aportar este buen grano de arena.