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Tlalpan: importante rescate
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n la página 39 de la edición del pasado 4 de mayo, Arturo Jiménez da cuenta de la apertura al público de la llamada Casa del Virrey Mendoza, con sede en el Centro Historico de Tlalpan (Juárez 15, esquina con Victoria).

Gracias a Rebeca Gómez Chiu y a Ilse Gradwhol, conozco extractos del texto que da cuenta del inmueble a partir de documentación reunida y redactada por Consuelo Sánchez y Marina Flores en el expediente denominado El patrimonio cultural.

Como es sabido, el centro de Tlalpan desde la Colonia fue cabecera política y administrativa de un extenso territorio de lo que es hoy dicha delegación. La iglesia de San Agustín de las Cuevas contiene o contenía en columbarios, restos de antiguas familias que habitaron en Tlalpan la iglesia y su plaza son ampliamente visitadas por el turismo local, nacional y extranjero.

El pintor alemán Max Kaminsky hizo de la cantina vecina su centro de operación social durante el tiempo en el que preparó y exhibió su muesta individual en el Museo de Arte Moderno. Cantantes, músicos, filósofos y poetas han solido congregarse allí en múltiples ocasiones estableciendo algo que ya casi no existe en nuestra capital: las tertulias de carácter literario-artístico.

El lugar fue declarado Centro Histórico en 1986 y en el espacio que comprende hay cerca de 100 fincas catalogadas como monumentos históricos.

La llamada Casa del Virrey de Mendoza (que fue el primer virrey novohispano, por tanto, personaje del siglo XVI), es monumento histórico desde 1956, pero la congregación que lo poseía: Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús (no confundir con la orden femenina que rige el colegio del Sagrado Corazón en Bulevar de la Luz), lo vendió a una empresa inmobiliaria, misma que, en vista de la enjundia del lugar, proyectó construir allí un condominio horizontal con 15 casas, cada una con sus respectivos estacionamientos, sobre la que fue una huerta al siglo XVIII.

El primer mal síntoma fue la demolición de la capilla, que tuvo lugar en 1942, implicando también el cercenamiento de árboles de varias especies. Las primeras protestas de los habitantes de Tlalpan tuvieron lugar entonces y se encuentran documentadas a partir de material que generosamente proporcionaron los descendientes de la famila Larque, cuyos bisabuelos o tarabuelos, una joven pareja, fue objeto de un retrato doble realizado por Julio Ruelas. Los descendientes fueron propietarios de la villa antes de que pasara a convertirse en la residencia monacal mencionada.

En febrero de 2007 algunas integrantes del grupo de vecinos que encabezan el movimiento en defensa del patrimonio historico, arquitectónico y ecológico de Tlalpan, que ya habían participado en acciones anteriores formaron el grupo Tequio, exigiendo la cancelación del proyecto inmobiliario para lo cual dirigieron un pormenorizado documento al jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), en el que solicitaron su intervención para detener el hecho y expropiar o comprar el predio.

El fundador de este periódico, Carlos Payán Velver, fue clave al igual que otras personas en esta acción de salvaguarda. Se estableció lo que se considera algo inédito en el país, respecto de este tipo de conflictos. Una mesa de trabajo en la que participaron el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Secreataría de Desarrollo Urbano y Vivienda del GDF y la propia delegación Tlalpan, además de expertos.

Lo que parecía casi imposible se logró. Marcelo Ebrard anunció en octubre de 2007 la decisión de adquirir la Casa del Virrey de Mendoza.

El inmueble se encuentra en su primera fase de rehabilitación, con énfasis puesto en la huerta, que abarca 8 mil metros cuadrados.

Desde el principio el grupo Tequio avanzó un proyecto expresando la intención de convertir la finca en un espacio público de estudio dedicado a la promoción y difusión del patrimonio cultural y del medio ambiente.

Por lo pronto, la parte rescatada y habilitada de la construcción presenta el aspecto de una casa pompeyana, con patio al centro y recintos separados en torno al mismo; tal rehabilitación estuvo a cargo del arquitecto Juan Álvarez del Castillo, el mismo que restauró el Centro Cultural Estación Indianilla. Tras esos espacios compartimentados, aptos para exhibir conjuntos de obra de un mismo autor, se accede a la huerta.

Se inauguró con la muestra colectiva Obra en construcción en la que participan sólo artistas residentes en Tlalpan. Son 17 e incluye pintura, escultura y grabado: Ernesto Álvarez, Luis Argudín, Eric Bachtold, Alberto, José y Francisco Castro Leñero, Ilse Gradwhol (integrante muy activa del Grupo Tequio), Rubén Maya, Maho Maeda, Yolanda Mora, Kyoto Ota, Irma Palacios, Maribel Portela, Sergio Ricaño (promotor del taller TACO, tambien con sede en Tlalpan) y Teresa Zimbrón.

Las obras están en venta y parte de lo recaudado se asignará al proyecto de rehabilitación que con esta muestra da su primer paso. Enhorabuena.