Cultura
Ver día anteriorViernes 1º de junio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

Está a la vanguardia y no se rige por designios del mercado, dice Luis Lara a La Jornada

La gráfica cubana, pujante; no abandona su vocación social

El Taller Experimental de Gráfica celebra 50 años de labor ininterrumpida

Del mítico recinto fundado en 1962 han surgido obras maestras de Wifredo Lam, Roberto Matta y Oswaldo Guayasamín, indica

Montarán exposición conmemorativa en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca

Foto
Estudiante del Taller Experimental de Gráfica durante su labor creativa, en La HabanaFoto Mónica Mateos
Enviada
Periódico La Jornada
Viernes 1º de junio de 2012, p. 3

La Habana, 31 de mayo. Quien desee tomar el pulso a la producción gráfica cubana, lo primero que debe hacer es acudir al Taller Experimental de Gráfica (TEG), ubicado en el corazón de La Habana vieja.

Se trata de un fantástico espacio, fundado en 1962, del cual han surgido las más bellas obras de arte en grabado del siglo XX, de manos de importantes artistas como el cubano Wifredo Lam (1902-1982), el chileno Roberto Matta (1911-2002) y el ecuatoriano Oswaldo Guayasamín (1919-1999), entre otros grandes maestros.

Para celebrar medio siglo de labor ininterrumpida, el taller presentará una magna exposición en noviembre, en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), en México.

Los festejos de aniversario de ese espacio cultural se iniciaron el pasado 11 de mayo con su participación en la decimoprimera Bienal de La Habana.

Además de exposiciones individuales de sus integrantes, el taller se sumó al encuentro con la muestra colectiva titulada A sangre, en la cual se juega con la doble condición de estampas sin sangría, impresas de borde a borde, y con la reflexión que motiva el título como temática en sí misma.

El poder de la autogestión

El TEG es, ante todo, un colectivo para el intercambio de ideas y experiencias, explica Luis Lara, director del recinto, a La Jornada: El ambiente de trabajo es muy diferente al que se realiza en solitario en el estudio de un artista, aquí compartimos con impresores, con técnicos. En ese sentido, la labor es más social, aunque siempre se respetan las individualidades de la obra.

Sin embargo. no estamos sujetos a las tendencias del arte, mucho menos a los designios del mercado. La galería que tenemos abierta tiene otro carácter: el poder ser autogestivos. Es un poco soñadora la manera en la que funcionamos, porque no cobramos los servicios a los miembros del taller, pero lo que tenemos es de todos.

Abierto tanto a grabadores locales, como también los artistas extranjeros pueden unirse al experto equipo cubano por medio de invitación para realizar obras en litografía, monotipia, serigrafía y grabado en hueco, entre otras técnicas.

El taller, cuyos gastos anuales de mantenimiento y operación giran alrededor de los 9 mil dólares, se ubica en un viejo almacén al final del callejón del Chorro, a unos pasos de la Catedral de la Virgen María de la Concepción Inmaculada. Cuenta con un amplio salón para impresiones y con espacio suficiente para más de 10 prensas en uso.

“El taller tiene la vocación de facilitar la labor de los artistas gráficos, lo cual es una gran tradición en Cuba. Podría decirse que éste es casi el único lugar al que acude el coleccionismo nacional a buscar obra. Sobre todo, es el único espacio en el que los artistas, por las características de gremio que tenemos, se pueden poner de acuerdo en aspectos como precios, o para conseguir el material que necesitan, el cual es muy específico.

Nosotros hacemos las gestiones con galerías europeas para que nos proporcionen, por ejemplo, papel, que es muy caro; o hacemos trueque entre talleres, algo que sería muy difícil para un artista individualmente, indica el director del recinto.

Misterios y maravillas del grabado

En 1962, los fundadores del TEG lo habilitaron a partir del reciclaje de piedras y maquinarias de impresión desechadas por la antigua Compañía Litográfica de La Habana, dedicada a la decoración y divulgación de marquillas y vitolas de tabaco.

En un principio, su finalidad era sólo rescatar las tradiciones litográficas como medio de expresión artística. Sin embargo, pronto los artistas fueron atrapados por los misterios y maravillas del grabado, el grupo de grabadores asiduos al taller creció y se incrementaron las tiradas de ediciones litográficas, cada vez más originales e innovadoras.

En la actualidad, el TEG cuenta con 124 miembros activos, aunque también se nutre de los jóvenes artistas egresados del Instituto Superior de Arte, pues es un taller muy vinculado a la enseñanza, los estudiantes, como invitados, pueden usar las instalaciones. Como miembros es bastante restringido el acceso, porque les pedimos que primero sean parte de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba o, si son autodidactas, que hayan sido reconocidos con premios, que tengan cierta trayectoria, detalla Lara.

Casi todos los artistas que han trabajado en el taller dejan para el acervo de la institución una muestra de su obra, por lo que esa colección suma más de 2 mil piezas, “en la cual confluyen todas las tendencias, desde las más recalcitrantes hasta las transvanguardias del arte.

A pesar de las diferencias que ha habido en la historia del arte en Cuba, aquí se ha convivido con total apertura. Tenemos desde lo más heroico que se hacía en los años 60 y 70, hasta los preocupados por los problemas estéticos contemporáneos, o piezas de artistas nórdicos, todo lo que hizo Matta, así como grabados de Víctor Manuel, uno de los ídolos de la vanguardia cubana en los 40. También trabajó con nosotros el mexicano José Luis Cuevas, en cuyo museo tenemos una colección de nuestros artistas.

Dado el nivel de exquisitez que existe hoy en día en las galerías de todo el mundo, es muy rara la convivencia de estilos que se da en este taller. Además, tenemos relación con otros, hacemos trabajos compartidos, con editoriales, con escuelas, por ejemplo, esta semana tendremos estudiantes de una universidad de Estados Unidos que vendrán a tomar sus asignaturas aquí, continúa el artista.

Gran potencial

La exposición que el TEG presentará en Oaxaca, con lo más selecto de su producción reciente y quizá alguna obra histórica de su archivo, viajará después a Canadá y Gran Bretaña.

Respecto de la obra gráfica que se produce en la actualidad en el taller, Luis Lara concluye: La vanguardia cubana de grabado no es ajena al mundo, está integrada a las tendencias del arte actual y a los modos de hacer. Hay gran potencial, sin dejar de tener un punto de reflejo social, siempre. Pero eso sí, no somos un taller donde la comercialización sea lo determinante, por eso, nuestro reto fundamental para los próximos 50 años es seguir manteniéndonos.