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Felipe Chao es autor de la novela titulada La perfecta de las nalgas frías

Los escritores debemos tener el aguijón preparado para aprender historias

La protagonista de mi libro, una table dancera húngara alentada por la sed de venganza, encuentra justicia al dedicarse a actividades ilícitas en un mundo multidimensional, explica

 
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de junio de 2012, p. 7

Los escritores debemos convertirnos en grandes voyeristas, observar todo y andar por todos lados con los ojos abiertos y el aguijón preparado para tratar de aprender, explicar y narrar historias, manifiesta Felipe Chao Ebergenyi, autor de la novela La perfecta de las nalgas frías.

Publicada por el sello Ediciones Sin Nombre, esa obra mezcla lugares, historias y personajes inspirados en sucesos reales que parten de la teoría del caos, de la complejidad del ser humano y de la incertidumbre.

La trama del libro transita de estas pequeñas perturbaciones en la vida de la protagonista y en el mundo, que pueden generar grandes transformaciones y sobre estos acontecimientos empecé a jugar, a imaginar cómo sería el encuentro entre un obrero polaco y una estudiante húngara. Esta perturbación desencadena una transformación y con ella toda la novela, explica Chao Ebergenyi.

A lo largo de la novela el autor indaga en la condición humana, en los deseos e impulsos de los personajes, juega con los sentimientos, el amor y el desamor.

Los protagonistas viven una teoría del caos en el interior y después hacia afuera, y en esa búsqueda de principios que legitimen la existencia surgen los conflictos como la venganza y la complicidad.

Artesano de la palabra

“Me atrevería a decir que, más que un escritor –señala Felipe Chao–, soy un artesano de la palabra. Agarras las palabras y empiezas a mezclarlas, a jugar con ellas y esto tiene una enorme ventaja: la libertad que puedes darte como artesano no te la das como escritor.”

Un contexto que retrata el autor en el historia es la interminable crisis económica en el mundo, así como el estado permanente de guerra. En la trama todo está a punto de reventar y de repente todo regresa a la normalidad y, otra vez, hay situaciones dramáticas.

A decir del entrevistado, resulta interesante desarrollar a través de la escritura la vida cotidiana, que puede abrumarte y en ocasiones se pierde de vista. La novela, aunque parece llena de ficciones literarias, buena parte está basada en sucesos actuales.

Foto
Felipe Chao durante la entrevistaFoto Luis Humberto González

El entorno para preparar la riqueza literaria del texto fue el contexto mundial, sucesos que han publicado los periódicos y están escondidos en páginas interiores. Y siguiendo el ejemplo de Renato Leduc, Felipe Chao imprimió a su historia tres características: emoción, humor y gracia.

“En la historia trato de mantener la emoción, el humor y la gracia cuando hablo de los personajes.

La realidad es tan fascinante y tan rica que sólo tienes que vivirla, andar por la calle y meterte en cada rincón que parezca atractivo, y sobre eso se tejen las historias ávidas y por haber; luego el trabajo consiste en darle una estructura narrativa que permite al lector tener una lectura agradable, apuntó.

La protagonista de la historia, Tatana, surgió de la lectura atenta de noticias en los medios de comunicación. Se trata de una mujer fascinante que puede trastocar el orden mundial, es un personaje con determinación y objetivos claros en su vida, es una mujer inteligente.

En La perfecta de las nalgas frías, Tatana es una table dancera de Hungría, enigmática, que traslada su cuerpo a través de la pista alentada por la sed de venganza, hacia un mundo que no sólo acabó con su madre, sino que aniquiló los ideales a cambio de las motivaciones más mezquinas del hombre.

“Ella encuentra –asevera el autor– justicia al dedicarse a actividades ilícitas en un mundo multidimensional. En la actualidad todos los días observamos una serie de dimensiones que enriquecen la existencia, pero las hemos hecho parte de la cotidianidad y comienzan a pasar inadvertidas.”

A lo largo de la historia, Felipe Chao hace alusión a los olores que guardan las ciudades, pues considera que a través del olfato el lector puede imaginar los diferentes lugares.

Juego mucho a qué huelen las ciudades para describirlas y narrarlas. Creo que hemos descuidado mucho el sentido del olfato en la vida. Hay ciudades que no huelen a nada y me parece triste, pero, en palabras de uno de los personajes, no son ciudades, sino pueblos aspiracionales.