Opinión
Ver día anteriorJueves 7 de junio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Incertidumbre
E

n muchos frentes hay incertidumbre. En Grecia, por ejemplo, este domingo, por segunda vez en un mes, se decidirá si los ciudadanos aprueban que se mantengan las duras condiciones establecidas por la troika infernal (Banco Central Europeo, Consejo de ministros de Europa y FMI) o se negocian con la prioridad de recuperar el crecimiento y la creación de empleos, no si se mantienen en el euro. En España, por su parte, el castigo de los mercados a la parsimonia del nuevo gobierno y a su pésimo manejo de la crisis de Bankia, parece llevarle al sendero vivido por Irlanda y Portugal: la necesidad de un rescate europeo.

En México se viven tiempos inciertos. La sorpresiva aparición de un movimiento juvenil con características novedosas le dio a la contienda electoral un giro importante. La sensación de que todo estaba perdido y que regresarían los que fueron echados de Los Pinos hace 12 años, confirmando las previsiones de los poderes dominantes, ha desaparecido. Estamos en un momento en el que los propios priístas dudan del resultado final, en el que se vuelve a pensar en la posibilidad de que haya una alternancia real, repitiéndose la consigna del voto útil de 2000.

Esta incertidumbre nacional ha provocado que surjan interpretaciones de quienes son capaces de culpar de cualquier cosa al abanderado de las izquierdas. La continua depreciación del peso, que le ha hecho perder más de 10 puntos porcentuales, achacada oficialmente a las incertidumbres europeas, ahora se pretende explicar por el cambio de las preferencias electorales que han achicado la distancia entre López Obrador y Peña Nieto. Con el peso de su reconocida incompetencia y falta de seriedad, el derrotado Cordero señaló que la inestabilidad cambiaria es culpa del crecimiento de AMLO en las encuestas, ya que sigue siendo una amenaza para las familias y para la construcción del patrimonio.

La certidumbre griega sobre su futuro inmediato está cambiando. Los griegos han empezado a reconocer que su situación no es fatal, colocando en la antesala del gobierno a Syryza, una opción política que plantea que el memorándum que impone las medidas de austeridad se aplica o se anula y nosotros lo anularemos. De esta manera la certidumbre de que cada día sería peor, se ha transformado en la incertidumbre democrática respecto de quién ganará las elecciones y si tendrá un margen suficiente para formar gobierno.

España ha recibido como oxígeno puro la declaración de Olli Rehn, vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de asuntos económicos, señalando que el fondo europeo para la estabilidad financiera, usado para rescatar a Grecia, Irlanda y Portugal, pudiera ser utilizado para recapitalizar bancos. La incertidumbre que ha golpeado la prima de riesgo española cedió al abrirse una rendija que haría posible evitar golpear aún más a su población. Consecuentemente, ha disminuido 30 puntos base la prima de riesgo reconociendo que puede haber esperanza.

En la contienda mexicana ya no está resuelto el desenlace. A 23 días de la jornada electoral la pregunta que parece resumir la situación es ¿alcanzará el tiempo para que haya un resultado distinto al esperado apenas hace un mes? Están por ocurrir acontecimientos que parecían poco relevantes, como el segundo debate, que pudieran reducir la cifra de los indecisos favoreciendo a alguno de los contendientes. Crecerán las campañas negras contra López Obrador tanto del PRI como del PAN, al tiempo que arreciará la difusión de encuestas que colocan a Peña Nieto a distancias inalcanzables para cualquier otro candidato, pretendiendo establecer que no existe ninguna incertidumbre, que el resultado final está dado.

Lo cierto es que existe incertidumbre sobre el resultado electoral. La famosa incertidumbre democrática se ha afirmado en este proceso de elección presidencial. Y hay que decir que frecuentemente es mejor que no sepamos qué es lo que va a pasar, que tener la certidumbre de que lo que va a pasar es negativo para el futuro. Así que, en efecto, será sólo el primero de julio cuando sabremos quién gobernará México. Bienvenida la incertidumbre.