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Ver día anteriorSábado 9 de junio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Condominios, explicando la ley
L

a editorial Porrúa, de tradición en literatura jurídica, acaba de publicar una obra de Lucio Castillo Luna y Juan de Dios Izquierdo con el título Análisis y comentarios a la Ley de Propiedad en Condominio de Inmuebles para el Distrito Federal, que tiene como objetivo el esclarecimiento y explicación de la legislación aplicable a esta generalizada forma de ser propietario en nuestra ciudad.

Dijo Tomás Moro, autor de Utopía, que las leyes deben ser pocas y claras, no hemos logrado ni lo uno ni lo otro, la complejidad de la vida moderna ha multiplicado el número de leyes y diversos fenómenos políticos de los que me ocuparé en otro momento han hecho de nuestras leyes un laberinto de disposiciones, no siempre bien redactadas y frecuentemente confusas e imprecisas; una de ellas es la que requirió la explicación específica de los estudiosos Castillo Luna e Izquierdo.

Para medir la importancia del tema, recordemos que en cálculos aproximados, en el Distrito Federal habitan bajo el régimen condominal, más de tres millones de personas, es decir, alrededor de cuarenta por ciento de los habitantes de la capital y que conforme a la ley, hay condominios formados desde por dos unidades hasta el número que se pueda pensar; los gigantes son a veces de miles de departamentos.

Son conocidos los conjuntos pioneros: Benito Juárez, en la colonia Roma, y Miguel Alemán, en la Del Valle, pero hay otros enormes, como los que integran el conjunto Tlatelolco y para mencionar unos más, verdaderos pueblos compactos, menciono Independencia, El Rosario, Legaria, Tlatilco, Santa Fe y un etcétera interminable.

Como es de suponerse, los conflictos y diferencias en este amplio universo son frecuentes y no siempre fáciles de resolver; hacerlo, se ha intentado desde el Código Civil de 1931, las diversas leyes especializadas a partir de 1954 y hoy, la flamante Ley de Propiedad en Condominio, apenas publicada en la Gaceta Oficial el 3 de abril de este año. El objetivo de la nueva norma es regular la convivencia de quienes comparten un inmueble bajo el régimen de propiedad en condominio, el fin del libro que se comenta es facilitar, a ese inmenso sector de nuestra sociedad, el entendimiento de las normas aplicables.

El libro al que me refiero esta encaminado a que la ley, para cuya interpretación en partes importantes requiere conocimientos jurídicos, esté al alcance de quienes no son peritos en la ciencia jurídica que, según lo dicho antes, es casi la mitad de la población de la metrópoli, eventualmente pueden también requerir de explicaciones sobre los alcances de la legislación, estudiosos y especialistas, abogados, contadores y constructores. Para muchos, será un instrumento para orientarse en la compleja realidad de los condominios y sus múltiples problemas.

El gobierno de la ciudad y la Asamblea Legislativa han hecho esfuerzos encaminados a dar un marco jurídico a la compleja vida de los condóminos, tan llena de dificultades, como se sabe. No faltan morosos que no pagan sus cuotas, desarrolladores abusivos y codiciosos, (algunos que venden cajones de estacionamiento a los que sólo se podría llegar por el aire), vecinos abusivos que se adueñan de áreas comunes, administradores que alquilan las azoteas para anuncios espectaculares y mil casos más, para cuya solución hay que acudir a la ley pero también a la explicación que de ella nos proporcionan los autores del libro.

Para concluir, transcribo un párrafo de Lucio Castillo Luna: Cuando en México se promulguen leyes que se entiendan y se comprendan y éstas se apliquen sin distinciones sin negociaciones, sólo entonces el país entrará al camino del desarrollo.

Es una llamada de atención, para quienes viven en condominio, pero también muy útil, para las autoridades encargadas de atender sus problemas y especialmente para los legisladores que dictan las normas de aplicación general, que con todo respeto, dejan mucho que desear.

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