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Deben los medios darles atención sicológica y médica
 
Periódico La Jornada
Domingo 17 de junio de 2012, p. 5

Desde hace cinco años, la sicóloga Ana María Zelhuber se ha dedicado a impartir terapias para periodistas con estrés postraumático o estrés agudo debido a su trabajo en zonas de extrema violencia, y su experiencia le indica que no atender los primeros síntomas de este fenómeno puede ser letal.

Atendemos sobre todo a quienes han sido secuestrados o amenazados. La mayoría presenta un cuadro de abuso de sustancias adictivas, permanente mal humor, problemas de sueño y todo tipo de enfermedades. Además, no pueden dejar de hacer o pensar cosas del trabajo; no se permiten tiempos de rélax para pensar en sí mismo, qué sienten y por qué, detalló la especialista en charla con La Jornada.

Su adicción al trabajo –explicó– tiene que ver con los altos niveles de adrenalina y endorfina a que se hacen adictos al cubrir zonas de riesgo, pero también con la sensación de vacío que les provoca enfrentarse de manera cotidiana con la violencia y la muerte, lo cual se contrapone al supuesto deber de no impactarse ante nada ni interrumpir su trabajo en ningún momento.

Lo que viven los reporteros en México es peor que lo que pasan los corresponsales de guerra, porque en los conflictos bélicos hay ciertos convenios internacionales, y además pueden volver a su casa cuando quieran. Aquí, los reporteros viven en la zona de conflicto y son víctimas directas de una lucha por dinero y poder. Por eso recomiendo que los medios asuman su responsabilidad y les den seguro de atención sicológica y médica, subrayó.

Jorge Álvarez Martínez, jefe del programa de intervención en crisis de la Facultad de Sicología de la UNAM, coincide en que los reporteros pueden considerarse víctimas indirectas de los conflictos armados, ya que al estrés propio de su trabajo se suma la sensación de que ellos deben aguantar más que el promedio de la gente, lo cual puede llevarlos al agotamiento extremo.

Lo indicado en estos casos es un desahogo emocional, una válvula de escape que les ayude a equilibrarse con técnicas sicológicas de relajación y escritura autorreflexiva, apuntó.