Opinión
Ver día anteriorDomingo 24 de junio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El Despertar

Las encuestas como proyectiles

Bajo la Lupa

Irán debe poseer la bomba, para el equilibrio nuclear en Medio Oriente, según Kenneth Waltz

José Agustín Ortiz Pinchetti
Alfredo Jalife-Rahme
A la mitad del foro

Se acabó la fiesta

Telescopio

El golpe en Paraguay

León García Soler
El Buscón
Desde otras ciudades

Reglas viales inteligentes

Mar de Historias

Domingos familiares

Cristina Pacheco
Puntos sobre las íes

Anecdotario

¿La Fiesta en Paz?

Se solicitan novilleros con referencias

AAB
Leonardo Páez
Detenciones cuestionadas y fracaso sexenal
S

egún puede verse, el gazapo cometido por la Secretaría de Marina el pasado viernes, cuando capturó en Zapopan, Jalisco, a Félix Beltrán León y Kevin Daniel Beltrán Ríos, y presentó al primero como Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo del líder del cártel de Sinaloa Joaquín El Chapo Guzmán, podría tratarse de algo más que un simple error, bochornoso y lamentable por donde se mire. Según declaraciones del abogado defensor de los detenidos, éstos fueron interrogados –en las instalaciones de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada– por elementos de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), quienes les ofrecieron dejarlos libres después de las elecciones a cambio de que reconocieran ser familiares del narcotraficante sinaloense y los presionaron para inculpar a las personas que nosotros te digamos.

El Correo Ilustrado

Repudio al golpe contra Fernando Lugo

E

l Movimiento de Solidaridad Nuestra América denuncia que el 22 de junio de 2012 fue destituido el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, mediante un supuesto juicio político planificado por Monsanto en complicidad con el gremio ganadero, la Asociación Rural de Paraguay y el Partido Colorado, que encabezó una dictadura de más de 60 años, 40 de los cuales con Stroessner a la cabeza.

AMLO: cuidar al Ejército
Foto
Lo que a López Obrador preocupa es el papel que se le ha asignado a las fuerzas armadas en el combate al narcotráfico en el que, de hecho, ha sustituido casi por completo a las corporaciones policiacas Foto Roberto García Ortiz
Educación y proyecto nacional: ¿por qué AMLO?
E

l mayor reto que hoy enfrenta la educación es trascender los estrechos márgenes a los que se ha visto limitada a lo largo de las décadas recientes y lograr su efectiva articulación al proyecto nacional. Las fallidas aspiraciones de modernización evaluadora de la educación de los sucesivos regímenes del priísmo y del panismo, devinieron en este último tramo sexenal en un vacío en la conducción de la educación que alcanzó su mayor expresión en dos cuadros hasta entonces impensables: a) el manoteo y el que nadie se equivoque lanzado por la maestra Gordillo al presidente de la República en Los Pinos (La Jornada, 16 de mayo); y b) la creciente presencia del poder televisivo en materia de educación.

Arnaldo Córdova
Hugo Casanova Cardiel
La corrupción en la agenda de riesgos
L

a corrupción es una de las grandes asignaturas pendientes de nuestro tiempo, la cual representa una amenaza para los derechos y libertades fundamentales, así como para las instituciones democráticas, ya que lesiona la credibilidad y la confianza ciudadana en su propio gobierno. En décadas recientes, algunos organismos internacionales han aportado definiciones propias sobre el concepto de la corrupción: Transparencia Internacional la define como el mal uso del poder encomendado para obtener beneficios privados, mientras que el Banco Mundial la interpreta como el abuso del poder público en beneficio propio.

Paragüay, ¿otro Honduras?
L

a conspiración contra el presidente paraguayo, el ex obispo Fernando Lugo, comenzó el mismo día en que éste triunfó en las elecciones presidenciales, pues sólo pudo asumir su cargo gracias a la movilización popular. Sin partido propio, sin una bancada parlamentaria relativamente importante que lo respaldase, con una base de apoyo vasta en el campesinado, pero dispersa y desorganizada, obligado a enfrentar la oposición de la jerarquía de su propia Iglesia, dependió siempre de su frágil alianza con el partido del vicepresidente Federico Franco, el Liberal Radical, el cual es sumamente conservador y representa a un sector de los terratenientes.

Simón Vargas Aguilar *
Guillermo Almeyra
¿Qué, no es posible otro fraude electoral?
F

uncionarios, incluso del IFE, altos legisladores o líderes del PRI, y otros, insisten en que en el México actual no es posible un fraude electoral. Voy a hacer una lista, una simple muestra, de casos.

El gobierno de Rajoy y el supuesto exilio mexicano
L

eo con verdadera pena la noticia de que España no está permitiendo el ingreso de mexicanos que viajan a ese país y que los devuelven de manera inmediata. El pretexto es que, dada la situación económica española, tienen temor de que se trate de aspirantes a un empleo, que hoy no alcanzan los propios españoles.

Antonio Gershenson
Néstor de Buen
Razonar y votar, para cambiar de verdad
L

a idea del cambio se apoderó de la imaginación política nacional, aunque poco se haya hecho para calificarlo y ofrecer a la ciudadanía un perfil creíble de la transformación propuesta. Sólo desde la izquierda y su candidato presidencial se ha hecho un esfuerzo por darle a la convocatoria un sentido y una estructura concretos y susceptibles de ser evaluados por cualquiera.

Sólo el ejército tiene la victoria garantizada en las elecciones egipcias
E

l fantasma de Mubarak, independientemente de si el ex mandatario sigue vivo o no, presidirá los resultados de la elección presidencial, los cuales serán dados a conocer este domingo. Ahmed Shafik y Mohamed Mursi representan dos caras de la narrativa que usó Mubarak para permanecer en el poder: la estabilidad o la pesadilla islamita. Shafik, último primer ministro de Mubarak, es la estabilidad, y el candidato ya proclamó su victoria. Mursi, de la Hemandad Musulmana, también se proclamó triunfador. Agreguemos a ello la pueril y arrogante afirmación del ejército y su codicioso mariscal, Mohamed Tantawi, quien pretende aferrarse a todos sus privilegios sin importar lo que los egipcios hayan votado, y todas sus promesas se convertirán en uno de esos momentos para inmortalizar en libros que tanto aman los historiadores.

Rolando Cordera Campos
Robert Fisk
La soberbia de la ceguera y la sordera electorales
S

i no quieren ver que no vean. Si no quieren escuchar que no escuchen. Pero es evidente, radicalmente evidente, que la población de México se manifiesta y clama a gritos que son tres básicamente tres sus problemas principales: 1) no hay empleo suficiente y de calidad para los casi 50 millones de personas que conforman la fuerza laboral de este país; 2) no hay educación completa y de mayor calidad para los niños y jóvenes de este país, en el que casi 60 millones de personas (la mitad) tiene menos de 26 años; 3) no hay condiciones de vida seguras para los cerca de 115 millones de habitantes que ocupan 30 millones de viviendas particulares habitadas en México. ¿Realmente cree usted que lo importante es que si no hay medicinas en la seguridad social que le den un vale para que las adquiera? ¿O que lo fundamental es que le den computadoras a los niños de quinto y sexto de primaria para que accedan a Internet e ingresen al mundo global del conocimiento? ¿O que lo prioritario es que le bajen a la población el precio de la gasolina y de la electricidad? ¿O, finalmente y para sólo dar un ejemplo más, cree que una de las demandas fundamentales de la población es que le otorguen crédito para que genere su propio empleo? ¡Por Dios! Y no es que no sea importante cada uno de estos aspectos de nuestra vida cotidiana. No. Pero hay prioridades a atender. Y se desprenden de diagnósticos afinados, muy afinados. ¿Dónde están los asesores de los candidatos? ¿Dónde está la sensibilidad política de partidos políticos? No hay persona a la que se le pregunte cuáles son los tres problemas más importantes y urgentes de México que no responda trabajo remunerado, educación de calidad y seguridad auténtica. ¡Haga la prueba usted mismo! Pregúntese por los tres problemas más sentidos, importantes, delicados que tiene. ¿Acaso la reforma energética? ¿O la producción de alimentos? ¿Incluso, la cultura y la recreación? ¡Y conste que menciono aspectos que tienen –vaya que la tienen– importancia cardinal! La retahíla interminable de supuestos compromisos firmados del candidato del PRI no hace sino demostrar su incapacidad para realizar un diagnóstico preciso de la situación nacional y establecer no sólo prioridades, sino señalar condiciones de posibilidad –riesgos y oportunidades gustan decir hoy– para cumplirlas. Igual se firma el compromiso de un tramo de carretera en una entidad federativa, que el respeto a los derechos de los trabajadores en la supuesta reforma laboral a impulsar. Para este señor todos son supuestos compromisos a cumplir. ¿De veras? Asimismo, el discurso tantas veces hueco de la candidata del PAN –sin duda abandonada a su suerte por el gobierno actual– muestra también su incapacidad para vertebrar y ordenar la infinitud de problemas que aquejan a la población y señalar lineamientos claros de estrategia y líneas inequívocas de política. Y qué decir –pese a mis incuestionables coincidencias con la coalición de izquierda– de las enormes dificultades para presentar y diagnosticar la problemática de nuestro país, poniendo a la par, por ejemplo, las cuestionable y contradictorias medidas de bajar el precio de los combustibles y la electricidad, con la necesidad de hacer cinco refinerías, sin presentar –en ningún caso– la racional de ambas medidas. Voy a votar por la coalición de izquierda. Espero su triunfo. Pero en ese caso –o en algún otro alternativo– insistiré en señalar que lo urgente y lo importante en este país es generar empleos bien remunerados, proporcionar educación de calidad, y resolver la angustia de la inseguridad. No digo nada nuevo. Pero junto con muchas personas creo que a esto –precisamente a esto– hay que dedicar prioritaria, que no únicamente, las fuerzas, el pensamiento, la pasión ciudadana. Sí a eso, antes que nada. Y en ese ejercicio –ciudadano ante todo– ir estableciendo las prioridades de gobierno y orientaciones primordiales del quehacer social y gubernamental. Las elecciones no resuelven. Menos aún con ese cariz mediático aberrante que las caracteriza hoy. Son un ejercicio fundamental. No menos, sin duda, Pero no más. Si algo ha aclarado la vital, fresca y envolvente revuelta juvenil del #YoSoy132 es eso. Ni más ni menos. Tres preguntas son, entonces, esenciales: 1) ¿Cómo generar empleos bien remunerados? 2) ¿Cómo acceder a una educación de calidad? 3) ¿Cómo lograr una seguridad plena para toda la población en todos los lugares de México y en todos los momentos del día? Es cierto –lo dicen muchos mexicanos– atender el primer problema es, sin duda, sentar bases para resolver los otros. También es cierto que con más educación habrá mejor empleo, y que con mejor empleo más seguridad. Pero cada uno de estos tres delicadísimos asuntos de nuestra vida social exige atención específica. Y no es cierto, por favor, que se tendrá más empleo y mejor remunerado con la reforma laboral (ataque a contratos colectivos, a sindicatos y a derecho de huelga) y con la reforma energética (privatización). Y que con más pruebas escritas y generales (Enlace) se logrará mejor educación. O que la seguridad en lo fundamental requiere más y mejores policías. ¡No, desde luego que no! Es preciso superar esos axiomas mediáticos que hasta el cansancio y como loros repiten muchos personeros del gobierno, el candidato del PRI y la candidata del PAN. Las visiones estatalistas y autoritarias implícitas en estas tesis –en ambas– deben ser derrotadas en el debate social. Un primer paso es derrotarlas en las urnas el próximo domingo. Pero como lo muestran muchas experiencias actuales no es el único, ni siquiera el más importante. De veras.

El prietito en el arroz
E

se dicho popular hace evidente la connotación negativa de la palabra prieto, que se suele utilizar en México para referirse a alguien de piel morena. Esa es una de las muchas muestras de discriminación que tenemos en nuestro país y que en general no son asumidas abiertamente.

José Antonio Rojas Nieto
Ángeles González Gamio
Salas de lectura de alas
C

uál es el nombre de la película, sí, que es de Win Wenders, al que después de Pina, y aun cuando lo conociera desde antes de Pina, tengo como un creador al que seguir, y que en la película que digo, de los años 80, crea a personajes ángeles. La posibilidad de que los ángeles existan me recordó la época en la que no lo dudaba y por lo tanto pude crecer con la confianza de que me cuidaban. Pero en esta película que vi, me conmovió que los ángeles protegieran a jóvenes músicos y cirqueros recién salidos de la guerra que Wenders se encarga de hacerles inolvidable. Uno de los ángeles se enamora de la trapecista de un circo y la cuida, otro de los ángeles protege al guitarrista de una banda de rock y el tercer ángel es Columbo, que filma en Berlín dividido y en ruinas un memento a los cadáveres alineados en la acera de una calle blanca y negra. Unos adolescentes ven pasar a Columbo y no pueden creer que sea Columbo, menos creerían que se trataba de un ángel. Unos niños en la calle desierta ven dormido a otro de los ángeles y creen que está borracho. Un ángel deja caer desde un avión el torso de una armadura de cobre contra la cabeza del dormido y se la abre, es la realidad. O en qué sueñan los ángeles. El dormido despierta, y ríe cuando entiende la broma de su colega, tras pasarse la mano entre el pelo sobre la herida ensangrentada y retirarla. Prueba la sangre porque nunca antes había sangrado, como quien prueba la nieve la primera vez que ve nevar. Era la primera vez que el ángel probaba enamorarse, la coraza de cobre lo protegería (de la realidad). Pero él la lleva a una casa de empeño a cambio de un saco grueso a cuadros rojos color sangre, es la primera vez que siente frío y debe abrigarse. Los ángeles de Wenders no han pensado en lavarse el pelo porque Wenders pidió a sus actores elegidos para ángeles que parecieran reales mientras los filmaba. Aunque fueran (in)visibles, tenían el aspecto que debían tener de hombres ordinarios de esa época en Berlín, no el de extraordinarios que tendrían si no fueran los hombres que debían o querían parecer sino los ángeles atemporales que eran. Otra característica suya de ángeles hombres que me atrajo fue la ternura que transmitían al acercarse y posarse detrás o al lado o cerca del joven al que cuidaran, que era el que cuidaban, ¿por elección o en obediencia a un mandato y de quién? También cuidaban a jóvenes lectores, pues hay un episodio en una biblioteca de tres pisos que ascendían como ángeles alrededor de una sala en la planta baja, en la que los que leían tenían los pies en la tierra. Uno de los ángeles recogía al otro en su coche en la mañana para ir juntos a trabajar. Minutos antes de que cada uno tomara su propio rumbo para cumplir puntuales con sus horas de trabajo, sostenían conversaciones filosóficas al estacionarse, pues hablaban de la eternidad, se preguntaban si no llegaba a ser aburrida, ya que era eterna y siempre igual. ¿Tenían elección? ¿Puede un ángel optar por la dimensión contraria, que en apariencia es bella pero a sabiendas de que se acaba? Pelo sucio como hombres de su tiempo, de su lugar y de su momento, sí, ¿y simultáneamente tiernos? Un contraste que a mí me llama la atención. La ternura en la punta de los dedos, en la punta de la lengua, en la mirada, la sensibilidad aquí que pasa invisible allá pero sensible y tangible. Difícil de prever y de imaginar. Pasan los días y no olvido nada de esto. Miro sobre mis hombros en busca de mi ángel. Yo tenía uno que me daba confianza, según recuerdo. Equivalía a creer que el bien ganaba. ¿Mi ángel desertó cuando hice conciencia de que la base de la que mis creencias partían era una referencia por completo equivocada? Mantengo los pies en alto, procuro no ponerlos en la tierra, quiero despegar más pronto en busca del ángel que abandonó la tarea de cuidarme, no dijo la artista del trapecio ni dijo el músico de la guitarra, no dije yo tampoco, porque de pelo limpio un ángel tierno a su modo se me manifiesta. Lo que hace Wenders en Pina. Al salir del cine un desconocido me confiesa que ha llorado de principio a fin al ver Pina. Pina en Pina lo invadió, cada bailarín con su historia hecha movimiento y fuerza. Quién no quiere haber sido bailarín de Pina, no haber querido que el ángel Pina atendiera el raspón de sus rodillas cada vez que de las alturas caía a tierra.

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Foto
Fotograma de la cinta del director israelí Joseph Cedar
Bárbara Jacobs
Carlos Bonfil