Política
Ver día anteriorDomingo 24 de junio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Elecciones 2012

Líderes del gremio arropan al aspirante priísta y éste les dice lo que desean escuchar

Peña se deja querer por la elite del SNTE en medio de loas a una ausente Gordillo

“Yo no aplaudí, nomás los charros”, expresa profesor de la sección 10 simpatizante de Morena

 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de junio de 2012, p. 6

En la recta final de las campañas, el grupo hegemónico del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) despliega todos sus recursos –25 mil activistas armados con celulares, por ejemplo– para asegurar sus votos al Senado y la Cámara de Diputados. Gabriel Quadri, su candidato a la Presidencia de la República, busca afanosamente una reunión con la profesora Elba Esther Gordillo, para que le asegure el cargo que quiere en el nuevo gobierno, afirma un operador del Partido Nueva Alianza. Y para completar el cuadro, la cúpula sindical se reúne con Enrique Peña Nieto, quien hasta enero pasado fue su candidato.

La bienvenida es cálida pero lleva el sello de la casa: ¡Elba, Elba, Elba!, gritan la mayoría de los dirigentes asistentes, puestos de pie, apenas se alude a la visión y el liderazgo de la profesora Gordillo Morales. Peña Nieto aprieta los labios, se levanta también de su asiento, mas no aplaude.

Los maliciosos ven a Peña Nieto comprando en esta visita un seguro más para la elección que ya no fue el esperado día de campo. Los dirigentes del magisterio, una prueba de que el SNTE es plural y que los maestros no votan por consigna.

El público –seis centenares de dirigentes– aplaude una y otra vez durante el discurso del candidato de la alianza Compromiso por México. Se pierde la cuenta de los aplausos, pero es curioso que al abordar el tema educativo, eje del encuentro, no hay palmas cuando se refiere a la capacitación de los docentes, a la ampliación de la cobertura o bien a la evaluación. En cambio, truenan los aplausos cuando promete computadoras para todos los niños de quinto y sexto grados de primaria y cuando ofrece apoyar el deporte.

Quadri, el candidato que Mónica Arriola Gordillo –hija de la maestra Gordillo, secretaria general del Panal, coordinadora de campaña y candidata a senadora– quiso tripular sin conseguirlo, estará pronto celoso. Cuando sepa, por ejemplo, que el SNTE –columna vertebral, alma y cuerpo del partido que lo hizo aspirante a la Presidencia– trajo más gente a ver a su adversario que a él. Gustavo Martínez, cabeza del Comité Nacional de Acción Política, el órgano que el SNTE revive para estas pasarelas, admite que se invitó a muchos compañeros que militan en el PRI.

De modo que el SNTE arropa a Peña Nieto y el candidato paga el apapacho. Dice a los líderes lo que quieren escuchar: que habrá respeto absoluto a la autonomía sindical y más recursos para las escuelas, que la reforma laboral será consensuada con las organizaciones gremiales y que la evaluación de docentes será sólo una herramienta informativa.

Los dirigentes dicen y dicen que en 1994 recibieron a todos los candidatos a la Presidencia. Repetimos este ejercicio democrático en los procesos electorales de 2000 y 2006, completa en su discurso Gustavo Martínez. Olvidan mencionar los líderes del SNTE que hace seis años el único aspirante que se reunió con ellos fue Felipe Calderón Hinojosa. No hay que enseñarle el Padre Nuestro al señor cura, les dijo a los líderes, para significar su intención de hacer partícipe al gremio de la transformación educativa (dos subsecretarías y montones de cargos más dieron forma a la promesa). La oferta de Peña Nieto no chorrea agua bendita, pero igual ofrece a los profesores un nuevo modelo educativo que no puede ser ajeno a ustedes, tiene que ser con ustedes.

La ausencia de la líder única

¿Por qué no vino la lideresa vitalicia? Se fue de vacaciones antier, dice un operador del Panal. La versión oficial corre a cargo de Juan Díaz de la Torre, ayer secretario general de Nueva Alianza y hoy secretario ejecutivo del SNTE: No vino por el profundo respeto que tiene a la pluralidad del sindicato. Segundos antes, el jalisciense Díaz había atajado: No es presidenta vitalicia, dice, pese a que hace más de cuatro años fue relecta por el tiempo que sea necesario, según dijo en Rosarito el defenestrado Rafael Ochoa Guzmán. ¿Qué es entonces la profesora Gordillo? Aclara Díaz de la Torre: Es presidenta y líder única.

Los labios apretados de Peña Nieto cuando ovacionan a Gordillo dicen que no vino porque la foto con ella no es, para decirlo con un eufemismo, un activo electoral.

El salón es insuficiente para los invitados. La mayoría son dirigentes sindicales de las secciones del Distrito Federal y del estado de México.

En el vestíbulo del búnker del SNTE –terrenos entregados al gremio en tiempos del regente Manuel Camacho, guaruras que paran el tráfico para la salida de los invitados– se colocan pantallas y más sillas.

La manta que da la bienvenida tampoco estuvo en la comparecencia de Quadri. Ni, claro, los arcos detectores que acompañan siempre al candidato del PRI.

Peña es acompañado por algunos colaboradores que ocupan dos filas al frente y por un montón de guardaespaldas que rodean el lugar. En la mesa de honor ocupa un sitio Luis Videgaray, coordinador de campaña y encargado de la relación con Mónica Arriola, la responsable del enlace con el PRI antes de la ruptura de la alianza electoral, ahora rehecha por otras vías. “Fernando González –yerno de la profesora y candidato a senador por Sinaloa– se ha encargado de restablecerla, ya lleva dos reuniones con el equipo de Peña”, dice el operador neoaliancista.

Hasta donde tope

Los dirigentes magisteriales filopriístas están de plácemes con su candidato. Algunos, pocos, militantes de otros partidos, se delatan cuando no se suman a los aplausos. Y los que han comprado el boleto del Panal parecen aplaudir por cortesía. Peña no se puede quejar. Sólo desde su llegada hasta el momento en que es presentado en el estrado le aplauden siete veces.

A su lado, el senador Gerardo Montenegro representa a los maestros priístas. Es hijo de Liberato Montenegro, el Carlos Jonguitud de Nayarit, que sobrevivió al poder de Elba Esther y quien durante décadas despachó en la oficina contigua a la del secretario general, para que no hubiese duda de quién era el líder único del magisterio nayarita.

En su discurso, Peña hace un rápido paseo por sus temas de campaña: seguridad, pobreza, crecimiento. Y luego va a generalidades sobre la educación, al ejemplo de Sudcorea y a sus compromisos.

Gana aplausos también cuando se refiere al proceso en curso: Estas elecciones se van a definir a través del voto informado de los mexicanos; no a través de marchas y manifestaciones.

Al finalizar su pieza oratoria, acepta tres preguntas que lee un maestro de ceremonias. La primera, sobre el respeto al carácter nacional del sindicato y su autonomía.

Ya sin sus notas, Peña responde cosas como: Todos los espacios de participación de la sociedad civil organizada, a través de distintas formas de asociación, deben dar espacio, precisamente, a los principios democráticos en los que vive la sociedad. No puede haber una disociación entre la realidad que viven las organizaciones civiles y los sindicatos y lo que está pasando en la sociedad en general.

Las salidas se cierran mientras el candidato abandona el lugar. Se arma un pequeño tumulto en el pasillo. Un profesor de la sección 10 (DF) porta un emblema de Morena. “Yo no aplaudí, nomás los charros.” A su lado, una rolliza profesora de la sección 17 (valle de Toluca), dice que, para ella, la reunión no ha cambiado nada: Es hueco, nunca dice cómo. Nosotros vamos con el Panal hasta el final, con todo y hasta donde tope.