Sociedad y Justicia
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La cirugía implicó reconstruir costado derecho del niño de dos años

Hazaña en La Raza: extirpan enorme tumor por malformación congénita
 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de junio de 2012, p. 49

Jesús Gabriel nació con el tumor. Los médicos que vigilaban el embarazo de su mamá lo identificaron en la semana 29 de gestación y sólo ahora, dos años después, se lo pudieron extirpar en el Servicio de Cirugía Reconstructiva Pediátrica del Centro Médico Nacional La Raza del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en lo que fue una hazaña médica.

Este tipo de malformaciones congénitas son benignas y bien conocidas en medicina: hemolinfangioma se llama; sin embargo, el tamaño de la que tenía este niño nunca se había visto en México. Jesús Gabriel llegó al hospital con 27 kilogramos de peso. Ayer, 12 días después de la cirugía, pesó 13 kilos.

El doctor Fernando Rivera Malpica, jefe del servicio, explicó que el tumor creció conforme lo hacía Jesús Gabriel y se volvió un problema grave, porque al estar compuesto de líquido linfático y vascular (sangre) le provocó anemia. Además, padecía por las limitaciones físicas: no podía bajar su brazo derecho (en esa zona se alojó el tumor) y aunque llevaba una vida normal, porque jugaba y corría como el resto de los niños de su edad, tenía que hacer contrapeso para no irse de lado. Le costaba trabajo pararse o sentarse, explicó el médico.

El procedimiento para extraer el tumor tuvo alto nivel de complejidad. Requirió de una serie de estudios clínicos y de imagen previos, con los cuales el equipo de médicos logró determinar si era viable realizar la cirugía, sobre todo, explicó Rivera Malpica, era fundamental tener la certeza sobre el riesgo para la vida del niño, que lo había por el solo hecho de que gran parte de la sangre del paciente estaba contenida en el tumor. Con la resección nos podíamos llevar su sangre.

Dichos exámenes permitieron determinar que el tumor no afectaba ningún órgano y que estaba pegado a los músculos de tórax y abdomen. Así que, además de lo mencionado, el reto para los cirujanos sería cortar y resecar los cinco vasos sanguíneos más grandes que alimentaban el tumor.

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María Edelia Fernández González, madre de Jesús Gabriel Rodríguez, a quien se practicó la cirujía de alta complejidadFoto Guillermo Sologuren

Durante el procedimiento, se contó con un equipo médico de alta tecnología de recuperación celular, con el cual fue posible que la sangre que perdía Jesús Gabriel pasara a un filtro y luego regresara al cuerpo del paciente. Así y con una serie de transfusiones previas, e incluso en el momento de la cirugía, los especialistas preservaron la vida del menor.

Ayer, los médicos dieron una conferencia de prensa para explicar los pormenores del tratamiento brindado a Jesús Gabriel, quien es originario del ejido El Compás, municipio de Gómez Palacio, Durango. Su mamá, María Edelia Fernández González, comentó que su hijo es un niño normal, nada más es su malformación y la necesidad que teníamos de transportarlo siempre en una carreola, porque estaba muy pesado.

Jesús Gabriel y su mamá llegaron a La Raza el 28 de mayo. El 14 de junio se realizó la cirugía, la cual duró más de cuatro horas y también implicó reconstruir la zona donde se había desarrollado el tumor, en el costado derecho del pequeño, desde el hueco de la axila hasta la cadera. De ese tamaño es la herida quirúrgica, explicó Rivera.

En este punto, el principal reto para los cirujanos es que la cicatriz resultante permita al niño su desarrollo; que no limite su crecimiento ni su movilidad. Rivera también comentó que en el futuro habrá que estar pendiente de que el tumor no vuelva a crecer.

Ayer, Jesús Gabriel lucía muy sano y ya anda corriendo por los pasillos, aseguró Rivera. De cualquier manera, permanecerá en el hospital otra semana. Queremos que regrese a su casa sin los puntos de la cirugía, y ahora sí, a tener una vida normal.