Opinión
Ver día anteriorMartes 10 de julio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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¿Largo camino? ¿inestabilidad social?
L

os ganadores lo saben, la percepción de la mayoría de los electores –los votantes de AMLO y los panistas– saben que se les ha escarnecido, se les ha agraviado y dejado en estado de contenida explosión. Porque lo que esperan es que los procesos legales pendientes se resolverán en favor de EPN. El asunto Monex fue denunciado por las izquierdas antes de los comicios, y el IFE ni se inmutó. Un indicio de lo que puede esperarse de los procedimientos legales.

Se ha repetido sin cesar: las últimas reformas al proceso electoral construyeron un mecanismo magnífico para la vigilancia y el recuento de los votos. No obstante, oí a muchos funcionarios de casilla quejarse de que las actas de escrutinio y cómputo no estaban exentas, en algunos rubros, de formulaciones embrolladas sujetas a interpretaciones distintas.

Del mismo modo que quizá las izquierdas no puedan convertir en verdades jurídicas sus miles de reales evidencias, las verdades jurídicas que sean establecidas por las instancias correspondientes están impedidas de convertirse en legitimidad política para Peña.

Se dice que una imagen dice más que mil palabras; las imágenes de actos fraudulentos suman cientos. Bastarían las dos fotografías publicadas por La Jornada: la casa de campaña de AMLO, forrada de tarjetas de Soriana, y la que muestra a EPN y su pareja con la camiseta de esa cadena comercial.

Si no era posible hacer trampas con los votos en las casillas, la astucia delincuente aunada a recursos ilimitados podía hacer chapuzas antes de la emisión del voto: compra masiva de votos, y manipulación propagandística con las encuestas, durante las campañas.

Veo un gráfico elaborado por Alejandro Villagómez. Lo formula con los datos de 10 casas encuestadoras: Buendía y Laredo, Estadística SC-Grupo Fórmula, BGC, GEA-ISA, Mitofsky, Parametría, Covarrubias y Asociados, Reforma, Ipsos-Bimsa y María de las Heras. Compara los últimos datos de sus encuestas con el resultado del conteo rápido.

Sus datos, previos a la elección, hacen dos cosas simultáneamente: inflan la intención de voto para EPN y desinflan esa intención para AMLO. De este modo la diferencia entre EPN y AMLO se amplifica considerablemente. Que los datos de estas casas encuestadoras, cuya confiabilidad y legitimidad ha quedado a la altura del betún, fueron elaborados deliberadamente, lo muestra el hecho que los datos para Josefina resultaron muy cerca del conteo rápido.

Preciso esta información. Ocho de las 10 casas de encuestas tramposas desinflaron los datos de AMLO. Las cuatro que lo hicieron en mayor medida fueron Buendía y Laredo, Estadística SC-Grupo Fórmula, BGC y GEA-ISA. Dos encuestadoras dieron datos por encima del resultado del conteo rápido: María de las Heras e Ipsos-Bimsa.

En el otro extremo, las 10 encuestadoras arrojaron datos superiores o muy superiores al resultado de dicho conteo. Con el cucharón más grande se sirvieron Buendía y Laredo, Estadística SC-Grupo Fórmula, BGC, GEA-ISA, Mitofsky y Parametría. En menor medida, Covarrubias y Asociados, Reforma, Ipsos-Bimsa y María de las Heras.

Ganaron las trampas pagadas –es de suponerse–, con mucho dinero. Esta es la verdad política para la mayoría de los electores.

Es claro que AMLO está obligado a recorrer sistemáticamente todas las instancias jurídicas, porque detrás están 15 millones de electores por quienes hay que hacer todos los esfuerzos posibles de defensa legal de sus decisiones electorales. Pero ya la señora encargada de cuidar el coto de poder de la Fepade anticipó que tendrá su laudo final por lo menos en tres meses, es decir, en fecha posterior en que el TEPJF emitirá su declaratoria de mayoría para EPN.

En el mejor de los escenarios, tendremos por delante seis años más de presidente ilegítimo (62 por ciento del electorado no votó por EPN y una gran proporción de ellos no pueden cerrar los ojos frente a la compra de la elección), y un lapso para que las izquierdas emprendan un camino de análisis sobre cómo contender en condiciones de desventaja y de embaucadores con recursos millonarios, cómo luchar, con apoyo de masas, por una agenda para la nación y para el pueblo, cómo disminuir las intenciones del gobierno que parece se impondrá, de llevar adelante un programa en gran medida neoliberal que mantendrá los privilegios a los que habitan en el decil X, que buscará llevar adelante unas reformas estructurales que están siendo hundidas por la gran crisis económica internacional que está a la vista, excepto para quienes tienen unas anteojeras ennegrecidas que les impide ver lo que ocurre en el mundo desarrollado.

El peor, por ser el más incierto de los escenarios, es la rebelión de los jóvenes, la rebelión de quienes no están dispuestos a tragarse los sapos que nos sirve a la mesa el nuevo PRI. Este es el horror de los comicios ejemplares presidenciales de 2012.