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Pertenecen a un barrio de comerciantes tepanecas y la mayoría son de niños: INAH

Hallan unos 10 entierros y múltiples vestigios prehispánicos en Azcapotzalco
Foto
Un sello de piedra y una figurilla antropomorfa femenina de barro forman parte de los hallazgos que arqueólogos del INAH han hecho durante su labor en Azcapotzalco, donde han encontrado una decena de entierros, como el de una mujer sedente (abajo a la derecha)Foto Héctor Montaño/ INAH
 
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de julio de 2012, p. 6

Unos 10 entierros, así como restos de estructuras arquitectónicas fueron hallados por arqueólogos de Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un predio de la avenida Aquiles Serdán, en la delegación Azcapotzalco.

El descubrimiento ofrece vestigios de un barrio de comerciantes tepanecas que tuvo su esplendor hace 700 años, entre 1200 y 1300 dC, antes de que el dominio del valle de México estuviera en manos de los mexicas.

Alejandra Jasso Peña, directora de las labores de prospección del INAH, informó que la mayoría de los entierros son de niños, lo que permite determinar que hubo una tasa alta de mortalidad en menores de tres años.

Asimismo, aseguró que debido a la posición sedente en la que se encontraban y los objetos con los que fueron enterrados, se trata de personajes importantes.

Todos los entierros tienen ofrendas elaboradas en cerámica, como sahumadores, incensarios, copas, cajetes, platos, representaciones de aves, etcétera. Algunos fueron encontrados bocabajo, como símbolo de lo efímero de la vida.

También se encontró una mujer de aproximadamente 25 años, la cual se cree que murió después del parto, ya que la osamenta estaba sobre los restos de un recién nacido. El esqueleto de ella portaba un ajuar compuesto por orejeras, pulseras y cuentas de obsidiana, estas últimas con forma de gota, símbolo característico en los entierros del gremio de comerciantes pochtecas, sociedad de alto prestigio que se distinguía del resto de sus colegas, entre otras cosas, por ser espías del tlatoani.

A unos metros se desenterraron los restos óseos de otro infante junto con los de un perro, que pudo ser sacrificado para acompañar al niño en su viaje hacia la otra vida.

Respecto de los vestigios arquitectónicos, los investigadores del INAH hallaron un altar de cuatro por seis metros, cercado por cráneos con perforaciones simétricas, por lo que pudieron formar parte de un tzompantli o muro de calaveras probablemente de tipo vertical, ya que los horizontales se utilizaron después del dominio mexica.

Las labores arqueológicas determinaron que el barrio de San Simón Pochtlán fue habitado por familias de comerciantes durante la época precolombina. En la zona se han hallado vestigios de asentamientos prehispánicos, desde 1980, cuando se construyó la línea 6 del Metro.