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Mal manejo de desechos en 22 municipios

Basura contamina cuerpos de agua de la Tarahumara

La infraestructura consta de tiraderos a cielo abierto sin membranas para evitar filtraciones

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Basurero a cielo abierto en el municipio de Guachochi, Chihuahua NorawaFoto periódico
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 16 de julio de 2012, p. 32

Chihuahua, Chih., 15 de julio. La contaminación de aguajes, arroyos y ríos que bajan de las cumbres a los valles de Chihuahua, Sonora y Sinaloa, causada por el mal manejo de la basura, se ha convertido en el principal problema ambiental de la sierra Tarahumara y ha empezado a tener repercusiones en la salud de los habitantes de comunidades serranas y entre el resto de la población en general, advirtieron legisladores y especialistas.

En los 22 municipios de la zona serrana de Chihuahua no existe un adecuado manejo de los desechos sólidos. En la mayoría sólo existen tiraderos a cielo abierto sin geomembranas o capas de plástico que eviten la infiltración de lixiviados.

Otro factor de riesgo es el cambio de hábitos de alimentación y consumo de los indígenas, lo que ha llevado hasta lo más recóndito de las barrancas envases de refresco, bolsas de frituras y de supermercado y pañales desechables, entre otros desperdicios que se tiran en cualquier lugar.

La contaminación de las cuencas hidrológicas de la sierra Tarahumara es grave y no la estamos atendiendo. Aquí nacen los arroyos y afluentes de los ríos más importantes de tres estados. Se requiere atención urgente de los tres niveles de gobierno, sostuvo Guadalupe Rodríguez, diputada local del Partido Revolucionario Institucional, nativa del municipio de Bocoyna, en la Tarahumara, quien lamentó el acelerado deterioro ambiental de la región, relacionado con el inexistente procesamiento de la basura.

Cada familia genera al menos un kilo de desperdicios al día

En el municipio de Guachochi, en el corazón de la sierra Tarahumara, habitan 45 mil 881 personas, 9 mil en la cabecera municipal y el poblado de Rocheachi, y el resto –entre ellos unos 31 mil 500 indígenas–, están dispersas en barrancas y comunidades pequeñas.

El Censo de Población y Vivienda de 2010 contabilizó 10 mil hogares, cada uno de los cuales produce al menos un kilo de basura al día. Solamente la cabecera municipal, Guachochi y Rocheachi cuentan con servicio de recolección, pero los desechos de más de 12 mil habitantes se depositan en un basurero a cielo abierto, donde cada día se realizan quemas para ahorrar espacio.

Ubicado a uno cinco kilómetros del poblado principal, el basurero es un foco de contaminación. En otoño e invierno el aire dispersa bolsas, plásticos y papeles hacia los bosques y terminan en arroyos y ríos.

Tenemos un grave problema de contaminación en todas las cuencas de la sierra. Nos falta cultura para manejar los desechos, reconoció el director de la Junta Central de Agua y Saneamiento de Chihuahua, Raúl Javalera.

Organizaciones sociales que trabajan con comunidades indígenas en la Tarahumara, han propuesto que las empresas refresqueras, cerveceras y fabricantes de frituras agreguen un sobreprecio a sus productos para ofrecer recompensas por el reciclaje de envases de tereftalato de polietileno (PET) vidrio y cartón, como se hace en Canadá y Estados Unidos.

Estela Ángeles, abogada y asesora de la organización Bowerasa AC, que trabaja en proyectos comunitarios en Carichic, sostiene que si la gente puede recuperar un pequeño porcentaje del valor que pagó por un refresco o unas papas fritas –muy comunes en la dieta de los indígenas– devolverán el envase o el empaque. Los botes de cerveza no se ven tirados, porque la gente vende el aluminio. Es un ejemplo claro de que puede funcionar, manifestó la abogada.