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Participa Langebio en secuenciación de ADN de la especie

Los osos polares se originaron hace 4 o 5 millones de años, no 600 mil
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Integrantes de Greenpeace protestan en París. Piden que compañías petroleras pongan fin a planes de exploración en el ÁrticoFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Martes 24 de julio de 2012, p. 3

Luego de secuenciar y analizar los genomas de 28 osos de diferentes tipos, un grupo de 13 instituciones de Canadá, Estados Unidos, Europa y México determinó que los polares son una especie que tiene sus orígenes hace 4 o 5 millones de años, y no 600 mil años como se creía.

A partir de este estudio, en el que participaron científicos del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio) del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politénico Nacional, unidad Irapuato, también se descubrió que los osos polares han sobrevivido a cambios climáticos; sin embargo, la investigación advierte que eso no es garantía de su supervivencia a una modificación en el futuro, debido a que a lo largo de la historia han perdido gran parte de su diversidad genética.

En la investigación, los científicos secuenciaron los genomas completos de un oso polar, tres pardos y uno negro, además de una cobertura menor de 23 ejemplares polares adicionales. Una de las muestras, de hace 120 mil años de antigüedad, fue analizada en Laboratorio de Paleogenómica, que dirige Rafael Montiel Duarte, del Cinvestav, unidad Irapuato.

En el Laboratorio de Paleogenómica del Langebio se realizó la reproducción de la extracción de ADN de un oso polar de hace 120 mil años, es decir, en nuestro laboratorio, que cuenta con reconocimiento internacional, se procesó una segunda muestra para corroborar los resultados previos. Esto es muy relevante, pues los estudios de ADN antiguo siempre están sujetos a contaminación, por lo que es importante reproducir los resultados.

Esta investigación también proporcionó importantes indicios acerca de la evolución del oso polar. Indica que el cambio climático y el intercambio de genes con ejemplares pardos hace unos miles de años ayudaron a crear al polar que conocemos hoy día.

Estas relaciones íntimas, indica el estudio, difundido por el Cinvestav en un comunicado, pueden estar vinculadas con cambios en el clima de la Tierra y con el retroceso de los glaciares, y traen como consecuencia mayor contacto entre las dos especies a medida que su ámbito de hogar se superpone.

Los científicos descubrieron evidencia de que el tamaño de la población de osos polares ha fluctuado con los principales eventos climáticos en los pasados millones de años, y se ha incrementado durante los periodos de enfriamiento y reduciendo en los tiempos más cálidos.

Según el estudio, eso significa que los osos polares definitivamente sobrevivieron a periodos cálidos; sin embargo, ahora son probablemente más sensibles a las amenazas climáticas actuales.

Este ejemplo ilustra cómo el cambio climático que ha ocurrido de manera reiterada durante la historia del planeta ha afectado la evolución y diversidad genética no sólo de los animales, sino de todos los organismos vivos, afirmó Luis Herrera Estrella, director del Langebio y miembro de este grupo científico, en el comunicado.

Montiel Duarte comentó que la investigación ayudará a entender mejor la evolución del oso polar, lo que será benéfico para determinar criterios para su protección y conservación, pues, como se deriva del estudio, es una especie en situación crítica debido al cambio climático.

Adicionalmente, dijo, la investigación es un buen modelo para entender la biodiversidad y ecología de la región polar y los efectos que en general el calentamiento global puede producir en esta zona.

Los resultados del estudio internacional son publicados este 23 de julio en la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, y constituyen el análisis más extenso de ADN del oso polar hasta la fecha.

Es la primera vez que hemos podido observar los genes de los osos polares y cómo la historia de la población de esos animales ha seguido la trayectoria de la historia del clima de la Tierra, dijo Charlotte Lindqvist, investigadora de la Universidad de Búfalo y líder del proyecto.