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Escasa atención a la propuesta entre los jefes de corrientes, quienes se disputan cargos

Perredistas plantean construir un partido único de izquierda para enfrentar al PRI

Contienda interna por la elección de secretario general y tres coordinadores parlamentarios

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Votación durante los trabajos del Consejo Nacional perredista, ayer en la ciudad de MéxicoFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Domingo 29 de julio de 2012, p. 6

Un fantasma recorre el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el fantasma de un nuevo partido de izquierda.

Hay días que condensan años, afirmó el viernes Jesús Zambrano, presidente del PRD, parafraseando al viejo Marx, a su vez parafraseado por el viejo Lenin, para referirse al actual dilema de la izquierda mexicana.

Saúl Escobar agarra al vuelo la cita, la pone en su contexto histórico y propone una salida que hay que comenzar a imaginar, a decir, porque si no lo hacemos cómo será posible siquiera hablar de ella. Dice en tribuna el encargado de las relaciones internacionales del PRD que es la hora de comenzar la construcción de un partido único de las izquierdas que haga posible dar la batalla al régimen oligárquico que se pretende imponer.

Escobar habla de propuestas imaginativas, de deseos, de voluntades, del camino para detener la ofensiva del PRI.

No es un tema menor, aunque la atención sea escasa. El fantasma flota sobre los jefes de las corrientes, más ocupados en estos días en la disputa de los cargos que en imaginar rutas para el largo plazo.

La idea de un nuevo partido –no el único que dice Escobar, sino uno distinto al PRD– no es recién llegada en las filas de los lopezobradoristas. Pero tras la elección, algunos, todavía en minoría, han vuelto a acariciarla.

Hablan, por ejemplo, de la posibilidad de que el Partido del Trabajo ponga su registro como en su hora lo hiciese el Partido Mexicano Socialista para abrir la puerta a la creación del PRD.

Eloí Vázquez, de la corriente Foro Nuevo Sol, ve llegada la hora de hacer realidad los esbozos de partido-frente de los que muchas veces se ha hablado en las filas perredistas. Es preferible un solo torrente a que se establezcan distintos partidos de izquierda que compitan entre sí.

Escobar aterriza incluso los cinco afluentes que podrían dar vida a la nueva opción partidista: naturalmente el PRD, sus aliados el PT y el Movimiento Ciudadano, el Movimiento de Regeneración Nacional y el movimiento social, paraguas bajo el cual coloca a quienes hoy toman las calles contra la imposición de Enrique Peña Nieto.

No se trata de que sus liderazgos necesariamente se incorporaran a la nueva opción, sino de que estuvieran representados, explica Escobar.

Otro dirigente perredista, quien prefiere no ser citado por su nombre, expresa que sería el peor error de Andrés Manuel López Obrador llamar a la creación de un nuevo partido. “No sólo entraría en confrontación con los chuchos o los bejaranos, sino con Marcelo Ebrard”.

La idea, con todo y que el fantasma recorre el salón donde se celebra el cónclave perredista, no merece respuesta de los jefes de las principales corrientes. Además del acompañamiento a López Obrador en la batalla legal para lograr que se invalide la elección presidencial, el PRD, para no romper esquemas, se mira el ombligo. A piquete limpio.

Cuando los rusos no juegan

El viejo chiste dice que el entrenador de la selección brasileña de futbol daba instrucciones la víspera de un encuentro contra el combinado ruso. Vinicius se la pasa a Igor, Igor a Joao, y ya está: gol. En eso estaba cuando un jugador a quien todos consideraban un tanto lerdo, alzó la mano y preguntó: ¿y los rusos no juegan?

La chanza viene a cuento luego de escuchar a Camerino Márquez, representante del PRD ante el Instituto Federal Electoral, quien en un pase resuelve el conflicto que traen atorado los dirigentes perredistas en estos días: la elección de tres coordinadores parlamentarios y el relevo en la secretaría general del partido.

Apunta Márquez: Nueva Izquierda (NI) tiene 30 por ciento de los diputados. Nosotros (él pertenece a la corriente Alianza Democrática Nacional, ADN), con IDN (Izquierda Democrática Nacional, de René Bejarano y Dolores Padierna), tenemos 70 por ciento. Entonces, en esa cámara, vamos a poner al coordinador, les guste o no.

Ya encarrerado, como si los rusos no jugaran, añade: en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal la coordinación evidentemente es para Miguel Mancera y la del Senado para Marcelo Ebrard. Les guste o no.

La historia comenzó antes de los brasileños y los rusos, cuando varios dirigentes se enteraron de una reunión entre el jefe de Gobierno del Distrito Federal y las cabezas de Nueva Izquierda, en la cual, presuntamente, se habían repartido las coordinaciones parlamentarias: la de diputados para Miguel Alonso Raya (NI); Manuel Granados para la ALDF y el Senado para Armando Ríos Piter (de la corriente –en serio así le llaman– MEC).

La noticia (es sólo un rumor, aclara Alonso Raya) provocó la inmediata creación de un polo que algunos llaman bloque antichuchista, y otros simplemente una reacción natural frente a la exclusión.

De apachurres y quita-pon

–Los chuchos dicen que no hubo tal pacto con Ebrard.

–Marcelo se va a llevar una sorpresita –advierte Ángel Cedillo, jefe de la ADN y otro de los aspirantes a coordinar a los diputados (la lista la completan Alejandro Sánchez Camacho, de IDN, y Julio César Moreno, de NI, como Raya).

Cedillo, ejemplo vivo de que en el PRD sí hay movilidad social (comenzó encargado de las fotocopias), afirma que los chuchos querían apachurrar a la IDN e ignorar a los demás, y no, esto se va a recomponer con la inclusión de todos.

A la disputa se suma la posición que dejará vacante Dolores Padierna, quien va al Senado. Su corriente sostiene que los cargos directivos del partido fueron electos para tres años y que, por tanto, a ellos les corresponde decidir quién se queda en su lugar. Un acuerdo de quita-pon, le llaman.

–¿Quita-pon? –se pregunta a Jesús Zambrano.

–No, sustitución.

De modo que se trata de cuatro cargos de importancia que, según versiones de las corrientes ahora unificadas contra NI, querían quedarse los chuchos en alianza con el jefe del GDF.

El dedo de los chuchos está en la Cámara de Diputados. Es nuestra prioridad, asevera Alonso Raya, y afirma que su corriente tiene 38 de los 107 diputados perredistas (si se incluye a quienes siendo perredistas contendieron con las siglas del PT o el MC). Según Raya, IDN tiene 28 (si se le suman seis obradoristas) y ADN 17.

La corriente de Bejarano y Padierna tiene otras cuentas: 34 de NI, 35 de IDN, 18 de ADN, y entre dos y cinco para las corrientes pequeñas. En todo caso, si se concretara la alianza IDN-ADN, la expresión de Zambrano podría perder su prioridad.

Hay que acercar aspiraciones. Hace rato me reuní con Bejarano y nos vamos a ver el martes todos para discutir con sensatez y responsabilidad. Con el PT y el MC somos la segunda fuerza en la Cámara, pero no debemos olvidar que el PAN tiene 114 diputados y que si no nos ponemos de acuerdo, pueden desplazarnos, señala Raya, guanajuatense y antiguo cuadro del SNTE.

Cierra la sesión del Consejo Nacional perredista. Mientras los cargos se definen en interminables negociaciones paralelas, crecen los escépticos entre quienes no juegan en esas ligas. Anda por aquí el zacatecano José Narro, quien para nada cree en la posibilidad de un gran partido de la izquierda ni en el plan de juego limpio contra la imposición: No, hombre, los que están aquí son los que ganaron y para nada les interesa la movilización.