Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 29 de julio de 2012 Num: 908

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Entre el indio muerto
y el indio vivo

Ana Paula Pintado

Noticias desde Gutenberg
José María Espinasa

Una poeta que no
platica con el diablo

Yendi Ramos entrevista con
Dolores Castro

De Ruanda a Palestina
y viceversa

Ana Valdés

Conciencia personal
y colectiva

Ingrid Suckaer

Ramón Pérez de Ayala: literatura, oficio y experimento
Xabier F. Coronado

El Quijote,
las armas y las letras

Leandro Arellano

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
Orlando Ortiz

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
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Conciencia personal y colectiva

Ingrid Suckaer

La conciencia en el contexto de un México herido

Los ideales son la columna que estructura a los individuos y a la sociedad. El grado de compromiso hacia esos ideales se determina por medio del tiempo y la profundidad con que éstos se manifiestan. En el contexto de un México herido por la violencia y la injusticia social que prevalecen, urge reconstituir al país bajo los parámetros de una nueva conciencia individual y colectiva que permita que aflore lo más digno y noble del pueblo mexicano, el cual atraviesa hoy por circunstancias brutales.

Preocupada por el desgobierno y la atroz crueldad que golpea a México, redacté este preproyecto cuyo fin primordial es convocar a los interesados en impulsar talleres, ciclos de conferencias y sencillas publicaciones sobre conciencia (entendida como la capacidad de la mente para percatarse de sí misma y de lo que la rodea), ética, estética, espiritualidad, lógica, arte y cultura, sexualidad y erotismo, entre otros tópicos que contribuyan al conocimiento del ser y su rol social, por medio de la transdisciplinariedad, con miras a propiciar un encuentro de las más diversas disciplinas artísticas, sociales, humanistas, científicas y tecnológicas.

La educación constituye el cimiento que permite ampliar nuestros horizontes y alcanzar una mejor calidad de vida, pues sólo cuando se sabe lo que se quiere se descubre quién se es. Retomando la raíz latina de la palabra educare (educar), que significa “sacar de adentro”, y aplicando el principio universal de que todos los seres humanos, sin distinción alguna, tienen derecho a la educación y a un futuro digno, se buscaría concientizar a niños, jóvenes y adultos sobre la importancia fundamental que implican los siguientes cuestionamientos: ¿quién soy?, ¿dónde estoy?, ¿qué quiero?, ¿qué puedo?, ¿qué tengo?

Nada es insignificante

Toda persona vive y actúa en concordancia con su nivel de conciencia, de acuerdo con el conocimiento de sí misma y de la percepción de su entorno. La conciencia es la matriz de los signos; nada es insignificante, todo depende del sentido que se le otorga a las experiencias vividas. De ahí se deriva la precisión de las decisiones y, en consecuencia, cómo se es. Asida del tiempo, la conciencia siempre está en movimiento: evoluciona o involuciona; a partir de ello se define el proyecto de vida de cada individuo. Al rebasar el mero ámbito de la intrahistoria, los sofisticados mecanismos de la conciencia también trascienden a la sociedad. Alimentada por la experiencia, mientras la conciencia no comprende algo tiende a propiciarlo, de ahí que haya personas y pueblos con mayor o menor conciencia.

Que no haya lugar a dudas

Considerando que la actividad de artistas, científicos, técnicos y humanistas es reflejo y referente de la sociedad de su tiempo, se propone que el tema de la conciencia y lo que de ella se deriva sea explorado y difundido por dichos especialistas a nivel nacional, con el fin de divulgar la importancia medular que ésta tiene en el desarrollo de la civilización.

La humanidad no es pancrónica (cualidad de algunas especies que les permite adaptarse y persistir por muy largo tiempo con muy pocas modificaciones); así pues, investiga el pasado, observa atentamente el momento histórico que transita y proyecta su futuro. La conciencia, universo donde subyacen infinidad de procesos que estructuran al ser, tiene un papel definitivo en el desarrollo humano. No obstante, prevalece el desconocimiento de cómo opera, lo que da pie para subrayar que la falta de conciencia autorreflexiva estanca el avance de individuos y sociedades.

Entrecruzar lo individual y lo social

El proyecto a desarrollar sería complejo y de largo aliento. Por ello, aquí sólo se esboza un programa nacional en torno al papel de la conciencia, que englobaría el potencial humano: racional, emocional, espiritual, sexual, instintivo y motriz. Como ejes centrales del programa propongo: 1. Considerar que la humanidad es la conciencia máxima de la vida y, por ende, de la historia. 2. Que la conciencia se transforma a través de las experiencias, así como de la conclusión de ciclos, y 3. Que la conciencia es multidimensional, sutil e íntima; en ella se procesan la resonancia ética y la percepción estética.

Metodológicamente, el plan de trabajo estaría supervisado por expertos en cada tema. Con un enfoque abierto a crear analogías, a entrecruzar lo individual y lo social, e integrar estructuras que permitan llegar a todos los sectores de la sociedad, el logro mayor del proyecto La conciencia personal y colectiva: vía para cimentar un nuevo México será transmitir a la sociedad que el nivel de conciencia más alto es la creatividad luminosa desplegada en cualquier ámbito y circunstancia, incluso al enfrentarse a la tragedia. Como ejemplo de esto último cabe mencionar las distintas manifestaciones que buscan justicia, realizadas por los familiares de las víctimas de feminicidio en Ciudad Juárez y Chihuahua, así como por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.

Las nuevas generaciones

Como se mencionó antes, los humanistas, artistas, técnicos y científicos son guías que revelan su propio tiempo; con su obra muestran a la sociedad cómo la conciencia se manifiesta en forma meramente particular, pero también en hechos históricos. Por esto, los programas transdisciplinarios serían la vía para realizar proyectos dedicados a identificar los tipos de conciencia que en la actualidad modelan el comportamiento personal y colectivo del pueblo mexicano. Esto llevaría a vislumbrar la clase de conciencia que se está transmitiendo a las nuevas generaciones, con las cuales tenemos un alto compromiso ético.