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En Colombia se desploma la producción 72% en 10 años, asegura Gil Kerlikowske

Cae el consumo de cocaína en EU, según el zar antidrogas

Reitera el funcionario que la legalización no es opción

México aún es un desafío, dice

El precio de un gramo de coca en las calles es 74% más barato que hace 30 años: experto

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En imagen de archivo, un soldado colombiano en una zona de producción de cocaínaFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 31 de julio de 2012, p. 17

Nueva York, 30 de julio. El zar antidrogas de la Casa Blanca, Gil Kerlikowske, ofreció hoy nuevos datos sobre el desplome de producción de cocaína en Colombia y el consumo en Estados Unidos, como evidencia de que la estrategia antinarcóticos a nivel hemisférico brinda buenos resultados, aunque señaló que la violencia en México aún es un gran desafío y reiteró que la legalización no es una solución al problema.

Sin embargo, analistas y críticos en Estados Unidos y un coro cada vez más amplio en las cúpulas políticas de América Latina tienen sus dudas y, por primera vez en los 41 años de la llamada guerra contra las drogas, el consenso de Washington sobre este asunto se está rompiendo, señalan promotores de alternativas a las políticas de prohibición.

El director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca anunció que, según nuevos cálculos emitidos hoy por su oficina, la producción potencial de cocaína en Colombia en 2011 cayó 25 por ciento respecto de 2010, y 72 por ciento en comparación con 2001; tiene el nivel de producción potencial más bajo desde 1994 y es la primera vez desde 1995 que ese país produce menos cocaína que Perú o Bolivia. Además, informó que desde 2006 el número de consumidores de cocaína se ha reducido 39 por ciento en Estados Unidos.

Al mencionar este logro como prueba de que la estrategia antidrogas de Estados Unidos rinde frutos, subrayó que es resultado de un esfuerzo conjunto con Colombia, y que los resultados son históricos y tienen grandes implicaciones, no sólo para Estados Unidos y el hemisferio occidental, sino para el mundo. Proclamó que la amenaza de seguridad que Colombia y Estados Unidos enfrentaban en 1999 se ha esfumado. Indicó que estas lecciones de Colombia ofrecen un modelo para abordar los desafíos en el mundo, particularmente en Centroamérica.

Pero a pesar de estos avances, Kerlikowske advirtió, en su discurso ante el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) en Washington, que las organizaciones criminales trasnacionales que proveen cocaína son una amenaza para la sociedad civil en todas partes, como hemos visto con nuestro vecino sureño México. Afirmó que el gobierno de Barack Obama “condena la violencia relacionada con las drogas y mantiene su compromiso con el gobierno mexicano para enfrentar los cárteles”.

Kerlikowske dijo que aunque es apropiado examinar las opciones para enfrentar el narco, “las redes criminales trasnacionales no desaparecerían si las drogas fueran legales… Son negocios diversificados, generan ganancias del tráfico humano, el secuestro, la extorsión, robo de propiedad intelectual y otros crímenes”, especificando el caso de México.

Kerlikowske dijo que ante un debate frecuentemente polarizado entre una guerra contra las drogas por un lado y la legalización por otro, el gobierno de Obama promueve una tercera vía: la legalización no es nuestra política, ni encarcelar a cada delincuente, sino proceder con un enfoque de salud pública en torno al consumo y, a la vez, enfrentar el reto de seguridad internacional presentado por las organizaciones criminales trasnacionales.

Aunque mencionó el plan de Uruguay para legalizar la mariguana, Kerlikowske hizo una breve referencia a los cada vez más amplios llamados en América Latina para buscar alternativas a las políticas de prohibición.

Mientras tanto, el New York Times en su primera plana de hoy publicó un amplio reportaje sobre este mismo debate en Sudamérica para ampliar las alternativas a las políticas de prohibición. Sobre todo ha llamado la atención la propuesta uruguaya que, si procede, lo convertiría en el primer Estado en el mundo en vender mariguana directamente a sus ciudadanos.

Ethan Nadelmann, director ejecutivo de la Alianza de Políticas de Drogas (DPA), una de las principales organizaciones en Estados Unidos que aboga por alternativas a las políticas prohibicionistas, afirmó hoy que los presidentes de Uruguay, Guatemala, Costa Rica, Argentina, Ecuador y hasta el de Colombia saben que las estrategias prohibicionistas promovidas por el gobierno de Estados Unidos durante los últimos 40 años han generado devastación en la región y no ofrecen ninguna promesa de éxito en lograr sus objetivos declarados. Elogió la estrategia del presidente Mujica de Uruguay de separar la cannabis de otras drogas y promover un esquema para su regulación legal, y afirmó que este es el modelo a seguir no sólo en otros países latinoamericanos, sino en Estados Unidos. Al ver ésta y otras propuestas de líderes latinoamericanos, Nadelmann concluyó que no hay duda de que el genio se ha escapado de la botella prohibicionista.

De hecho, según un análisis de Eduardo Porter, del New York Times, se necesita una sola cifra para comprobar el fracaso de la estrategia estadunidense: 177.26 dólares, el precio de menudeo de un gramo de cocaína pura en las calles de Estados Unidos. Ese precio es 74 por ciento más barato que hace 30 años, lo que indica que el gasto de miles de millones de dólares y la pérdida de decenas de miles de vidas en la lucha contra las drogas ilícitas por Estados Unidos y México a lo largo de los últimos 40 años ha fracasado , afirma Porter. Argumenta que si el enfoque sobre interdicción y desmantelamiento de cárteles y redes de distribución fuera exitoso, se reflejaría en el precio del producto, el cual sería mucho más caro.

Por cierto, algunos expertos ahora consideran que la peor amenaza de narcóticos para Estados Unidos ya no es la cocaína y otras drogas ilícitas, sino el abuso de drogas legales, o sea recetadas. Las políticas que Estados Unidos ha tenido durante los últimos 41 años se han vuelto irrelevantes. El país se preocupó por cargamentos de cocaína y heroína durante años, pero si estas políticas funcionaron o no, ya ni importa, porque ahora están preocupados por estadunidenses que consumen drogas recetadas, comentó Morris Panner, ex fiscal antinarcóticos en Nueva York y en la embajada de Estados Unidos en Colombia, y ahora asesor en la Escuela Kennedy de Harvard, entrevistado por el Times.

Desde el año pasado, autoridades federales y estatales de salud, e incluso algunas agencias antinarcóticos, alertaron sobre lo que algunos llamaron una epidemia de abuso de drogas recetadas en este país, producidas no por cárteles y laboratorios ilegales, sino por las principales empresas farmacéuticas y muchas vendidas legalmente por médicos y farmacias.