Opinión
Ver día anteriorMiércoles 8 de agosto de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

La economía no levanta

Dudas sobre su fortaleza

Proméxico y la Cristiada

P

or allí anda muy alegre el inquilino de Los Pinos reparte que reparte culpas a todos, menos a los verdaderos causantes del espeluznante tiradero que reporta el país (con él mismo y su genial equipazo de trabajo a la cabeza), y en plena despedida del autoelogio por lo bien que –dice– hizo las cosas. Lo bueno es que sólo él lo celebra y lo proclama, porque en otras áreas no dejan de advertir sobre los peligros que corre la nación por –entre otros elementos– la ingrata circunstancia económica que se vive.

Así, mientras el susodicho se apapacha ante el creciente rechazo en su propio partido, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas subraya que, con base en los más recientes indicadores, se confirman las dudas sobre la capacidad mexicana para resistir al deterioro del entorno global. Hacia adelante, los datos difundidos plantean un escenario poco favorable para el país, pues las exportaciones de junio se contrajeron por vez primera desde octubre de 2009. Adicionalmente, las importaciones también tuvieron su primer retroceso, afectándose en mayor medida las de bienes de consumo y de capital, lo cual evidencia la debilidad de la demanda interna.

De igual forma, el ingreso de los mexicanos sigue cayendo, y sólo en junio pasado el salario se redujo 0.12 por ciento en términos reales, lo que junto con el persistente incremento en los precios, particularmente de la canasta básica de consumo y de los alimentos, son factores que siguen restando capacidad a las familias para incrementar su gasto y apoyar al crecimiento económico de México. La cada día más dependiente economía mexicana sólo se limita a observar los acontecimientos internacionales, sin mayor capacidad de maniobra, y registra el impacto que le provoca la desaceleración en el vecino del norte, cuya economía (obstaculizada por sus problemas estructurales y la incertidumbre en torno a su proceso de consolidación fiscal) apenas si reportó un avance de 1.5 por ciento en el segundo trimestre de 2012, contra 2 por ciento en el primero.

En materia de ingreso en la economía formal, apunta el CEFP, el Instituto Mexicano del Seguro Social dio a conocer que el salario base de cotización promedio de junio fue de 260.44 pesos al día. Comparando con el año previo y descontando el efecto inflacionario, el salario disminuyó en nueve pesos al mes. De esta manera, se observó la primera caída de los últimos 16 meses, con una variación negativa real anual de 0.12 por ciento. Dado lo anterior, el salario base de cotización no ha logrado recuperar el poder de compra que tenía antes de la crisis: de junio de 2008 al mismo mes de 2012 acumula una pérdida real de uno por ciento. Es decir, después de cuatro años de iniciada la crisis, el ingreso mensual de los trabajadores del sector formal se ha reducido en 73 pesos.

En la última década (junio de 2002 al mismo mes de 2012, con dos gobiernos panistas) el salario base de cotización real en el IMSS ha crecido –si así puede calificarse– en promedio únicamente 0.9 por ciento anual. El mercado interno depende del incremento sostenido del ingreso laboral, lo que significa que de mantenerse con tasas de crecimiento negativas, las familias no podrán incrementar su gasto en bienes de consumo, afectando sin duda el crecimiento económico del país.

Por otra parte, en junio la actividad comercial de México resintió el menor dinamismo de la economía global, particularmente de la estadunidense. Si bien el saldo de la balanza fue superavitario por 601.6 millones de dólares, tanto las exportaciones como las importaciones se contrajeron por primera vez desde octubre de 2009. Las exportaciones ascendieron a 30 mil 259.2 millones de dólares en el sexto mes del año, para una caída anual de 0.4 por ciento. Este resultado fue producto de la contracción de 27.8 por ciento en las petroleras y de un incremento de 5 por ciento en las no petroleras. Al interior de las últimas la producción manufacturera avanzó sólo 4.4 por ciento, luego de que en mayo lo hizo en 10.4 por ciento anual. Las exportaciones no petroleras a Estados Unidos crecieron 3.7 por ciento anual impulsadas por las exportaciones automotrices (a pesar de que perdieron dinamismo, se expandieron 13.3 por ciento en junio frente a 14.6 por ciento del mes anterior), ya que el resto de las exportaciones no petroleras a ese país prácticamente se mantuvieron sin cambio (aumentaron 0.1 por ciento luego del 8.5 por ciento de mayo). Por tanto, el repunte de la producción industrial estadunidense de junio no fue suficiente para vigorizar las exportaciones mexicanas.

En cuanto a las importaciones, registraron 29 mil 657.6 millones de dólares en junio, una disminución de 2.1 por ciento anual, determinada por la caída que presentaron los bienes de consumo (-6.9 por ciento), de capital (-2.6) y los intermedios (-1.1). Particularmente, las contracciones en los bienes de consumo y de capital evidencian la debilidad del mercado interno, el cual no logra afianzar su ritmo de recuperación y cada vez se encuentra más expuesto a los efectos adversos que puede ocasionarle la menor actividad económica global.

Así, en términos desestacionalizados, las exportaciones se redujeron por tercer mes consecutivo; en junio cayeron 2.6 por ciento. Sobresale la disminución de uno por ciento en las manufactureras (las exportaciones no automotrices cayeron 4.7 por ciento mientras en mayo aumentaron 1.1 por ciento). Las importaciones se contrajeron 2.9 por ciento, luego del retroceso de 1.9 por ciento en mayo. Los resultados de la balanza comercial acentúan las dudas sobre la capacidad del mercado interno para impulsar al desempeño de la economía mexicana, toda vez que Estados Unidos ha entrado en un proceso de franca desaceleración.

Las rebanadas del pastel

De lo bien que el calderonato hace las cosas da cuenta lo siguiente: Proméxico, organismo dependiente del Ejecutivo y con un presupuesto dedicado a apoyar a las empresas nacionales exportadoras, desvió recursos para financiar una película y, por si fuera poco, extranjera. Así es: un organismo público, dirigido por Carlos Guzmán Bofill, de un gobierno (por ley) laico, inyectó recursos de la nación a ese subproducto llamado Cristiada. crónica de la guerra cristera… Y el sempiternamente impune Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, con Claudio X. González como cabeza visible, se pronuncia a favor del estado de derecho, frase que en boca de los integrantes de ese cártel empresarial no es más que vituperio.