Opinión
Ver día anteriorJueves 9 de agosto de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Soriana, ¿bandera de la IP?

Batallas en la ALDF

La guerra calderonista llegó al DF

A

hora que no nos vengan con que la iniciativa privada se envuelve en la bandera con marca Soriana para defender los derechos de todos los inversores del país, frente a la barbarie de quienes no permiten que una vez más se burle su voluntad política. No, lo que defienden Claudio X. González y los de cuello blanco es la impunidad, es la imposición de sus intereses representados por Enrique Peña Nieto, que empiezan con la idea de vender, barata o cara, eso no importa, la última riqueza en manos de los mexicanos: el petróleo.

Y en medio de todo esto que es la verdadera batalla por México, tal vez a la hora que usted lea Ciudad Perdida ya se habrá anunciado que los asambleístas electos, fuera de las tribus tradicionales del PRD, darán su apoyo a Manuel Granados para que encabece la Comisión de Gobierno del Congreso local.

Será muy interesante ver cómo reaccionan las tribus frente al anuncio que se hará, seguramente en el transcurso del este jueves. Esto (el anuncio) resulta importante no porque se dé a conocer desde ya, sino porque Manuel Granados tiene un proyecto de trabajo –rara avis entre las huestes de las izquierdas– que busca dignificar a los tan desprestigiados diputados locales.

Aunque sin mucha experiencia en las cuestiones del litigio de lo político, Granados tiene en mente realizar una reforma política que promete cambios sustanciales al quehacer de los legisladores, pero además, consciente de que los problemas del DF ya no se quedan en sus límites territoriales, sino que trascienden sus fronteras, habrá de lanzar la idea de construir una parlamento metropolitano que atienda la problemática de la ciudad de México y todos los municipios y entidades que rodean la capital del país.

Granados es el hombre más cercano a Miguel Ángel Mancera en la Asamblea Legislativa, pero también cuenta con el apoyo de Marcelo Ebrard, cosa que se verá en la reunión en la que los marcelistas ofrecerán su apoyo al muy joven diputado por el distrito XV de esta ciudad capital.

Es muy probable que luego del anuncio, quienes buscaban desde las tribus enquistadas en la ALDF quedarse con el poder que da la Comisión de Gobierno, inicien una guerra en contra de Granados, cuando menos para tratar de imponer en esa comisión a alguno de sus serviles, pero parece que no habría mucha negociación, porque allí, en la comisión, sólo podrán participar los mejores, y no los recomendados, cosa que causará varios infartos entre los guerreros de las tribus que ya se hacían dentro del organismo.

Y todo lo que suceda allí en la ALDF será demasiado importante para las luchas que tendrán que librarse en defensa del petróleo. Ningún político que se diga de izquierda, excepción hecha de los chuchos, podrá hacerse a un lado. El asunto reside allí, en la unión de la gente de izquierda, y será cosa de los diputados llamar a quienes votaron por ellos para crear ese frente de lucha que hará mucha falta. Así que no vale que X. González, uno de los enemigos declarados de Andrés Manuel López Obrador, salga hoy tardíamente a defender a quienes sí pudieron desestabilizar al país, con operaciones que siguen siendo cuestionadas.

De pasadita

El Distrito Federal parecía, hasta hace algunos días, vacunado contra la violencia que generó la guerra de Felipe Calderón, pero cada vez hay más datos sangrientos de que la tal guerra nos ha llegado. La procuraduría del DF asegura que de mayo a la fecha se han contabilizado 14 muertes causadas por rivalidad entre pandillas. A principios del sexenio que finaliza se contabilizaban 350 bandas en el Distrito Federal, entonces estaban bajo control. Hoy de ellas no se sabe nada.

Es hora de actuar y hacerlo con inteligencia. Cuidado y la respuesta sea la misma que se ha dado en todo el país, porque las consecuencias son muerte y más muerte.