En Cajamarca, las organizaciones
andinas profundizan
su defensa del Abya Yala

Las principales organizaciones indígenas de la región andina determinaron “avanzar hacia la construcción de un nuevo paradigma civilizatorio sustentado en el buen vivir, con pleno ejercicio de nuestros derechos, respeto a los derechos de la madre tierra, y Estados plurinacionales que expresen nuestra diversidad”.

Delegados de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu de Bolivia (Conamaq), Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (Ecuarunari) y Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería (Conacami), asistentes al tercer congreso ordinario de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), en Cajamarca, Perú, resolvieron ejercer desde sus comunidades el derecho a la libre determinación “sobre territorios, bienes naturales, modelo económico y político propio, democracia comunitaria, Derecho Propio o Derecho Mayor y consulta y consentimiento previo, libre e informado de toda medida o proyecto que nos afecte real y potencialmente”.

“Frente al saqueo de los bienes naturales, la depredación y la contaminación de la naturaleza”, anunciaron que persistirán en sus acciones “por el reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra, el pleno ejercicio de los derechos de los pueblos indígenas, el reconocimiento de la deuda histórica con nuestros pueblos y la justicia climática”.

La importante convergencia de organizaciones de Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia, llamó a los gobiernos nacionales a respetar el derecho a la vida, “dado que la fuerza pública sistemáticamente viene asesinando a dirigentes sociales e indígenas”, y exigieron la apertura de “espacios para resolver los conflictos sin derramamiento de sangre”

Las organizaciones mencionadas, todas con importante peso político en sus respectivos países, se comprometieron a “desarrollar acciones conjuntas contra la criminalización del ejercicio de nuestros derechos y la militarización de nuestros territorios, con investigaciones, informes y denuncias ante espacios internacionales, fortaleciendo para ello nuestro Observatorio Jurídico, nuestros procesos de capacitación y formación, la ampliación y consolidación de nuestras alianzas con los movimientos indígenas y sociales”.

Considerando que durante quinientos años los pueblos indígenas del Abya Yala fueron reprimidos, invisibilizados y excluidos por las políticas de exterminio o asimilación implementadas durante la Colonia y luego por los Estados uninacionales y monoculturales “creados sin nosotros y contra nosotros”, hoy “nos visibilizamos, pasamos de la resistencia a la propuesta, nos articulamos, somos actores políticos y ya nada puede hacerse sin tomarnos en cuenta”.

Los delegados reunidos en Cajamarca el 17 de julio coincidieron en que en la región andina y todo el continente los Estados —así sean abiertamente neoliberales, “alternativos” o “progresistas”—“persisten en la aplicación de un modelo neoliberal extractivista, que vulnera los derechos fundamentales de los pueblos indígenas, saquea los bienes naturales y depreda la Madre Tierra, renunciando a la soberanía nacional a través de políticas de promoción de inversiones, tratados de libre comercio, megaproyectos e intervenciones militares directas (bases militares) e indirectas (asesores extranjeros), vulnerando los derechos humanos y colectivos”.

Producto de esa vulneración de derechos por el neoliberalismo extractivista “se multiplican los conflictos sociales en toda la región”, y los gobiernos nacionales responden con la criminalización del ejercicio de derechos, estigmatización de las organizaciones indígenas, persecución policial y judicial a líderes, autoridades y dirigentes”. Ello, mediante “declaratorias de estados de excepción y militarización de nuestros territorios, cooptación de dirigentes y división de nuestras organizaciones a través de la creación de entidades paralelas”.

La región andina y el Abya Yala, “por su diversidad biológica y cultural única en el planeta, se configuran así en el centro de las disputas por los bienes naturales, en el marco de una crisis global —climática, económica, financiera, política, de paradigmas— frente a la cual Estados y organismos internacionales plantean la profundización del neoliberalismo, pretendiendo resolver las crisis profundizando el modelo que las causa”. Los pueblos indígenas proponen cambios a este modelo “inviable para el mundo”.

En su pronunciamiento, que puede ser compartido por los indígenas de todo el continente, los delegados demandaron “legítima representatividad en espacios nacionales, regionales y continentales y globales de discusión (Comunidad Andina, Unasur, oea, onu y otros)”. Para ello proponen reforzar sus acciones de “diplomacia indígena” y exigen “participación en escenarios internacionales con voz propia”.

La importante convergencia de organizaciones de Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia, llamó a los gobiernos nacionales a respetar el derecho a la vida, “dado que la fuerza pública sistemáticamente viene asesinando a dirigentes sociales e indígenas”, y exigieron la apertura de “espacios para resolver los conflictos sin derramamiento de sangre”.