Política
Ver día anteriorSábado 11 de agosto de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
El futuro de la izquierda
La nueva imposición de la derecha obliga a replantear todo, menos la unidad

El Movimiento Progresista es segunda fuerza política y así actuará en todos los frentes

La lideresa de la corriente Izquierda Democrática Nacional dice que hay de cuidar todos los liderazgos del Movimiento Progresista, principalmente el de López Obrador; sin él no se hubieran logrado muchas de las posiciones legislativas

Foto
Dolores Padierna Luna. Imagen de archivoFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Sábado 11 de agosto de 2012, p. 3

A punto de dejar el segundo cargo jerárquico en el Partido de la Revolución Democrática para convertirse en senadora, Dolores Padierna Luna coincide con otros de sus correligionarios en que el mayor reto de las izquierdas es mantener la unidad, comparte el afán de no jubilar a Andrés Manuel López Obrador y dibuja el futuro inmediato de los legisladores del Movimiento Progresista: ni aislamiento ni colaboracionismo.

Profesora de primaria y economista, Padierna encabeza, con su esposo René Bejarano, la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN), quizá la que mayor crecimiento registró en los pasados comicios, en términos de posiciones legislativas y de gobierno.

A pesar de que podría estar en condiciones de disputar alguna de las tres coordinaciones parlamentarias –especialmente en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal–, la prioridad de IDN es mantener la secretaría general del PRD, que ahora ocupa Padierna.

Aquí, extractos de la entrevista que concedió a este diario en el marco de una serie con líderes de corrientes y partidos, sobre el futuro de las izquierdas.

–¿Mantener la unidad de las izquierdas pasa por la creación de un nuevo partido?

–La nueva imposición de la derecha obliga a las izquierdas a replantear todo. La realidad nos impone mantener la unidad del Movimiento Progresista, tener un proyecto único de izquierda, una sola estrategia, una sola línea de acción, un tipo de organización que nos permita llegar al poder político y conducir los destinos del país sobre nuevas bases que permitan la transformación del sistema económico, político y social.

“Lo anterior precisa de cuidar todos los liderazgos, principalmente el de Andrés Manuel López Obrador, pues sin él, entre otras cosas, no se habrían logrado muchas de las posiciones legislativas. López Obrador y otros son un capital político necesario para alcanzar el triunfo.

“Asimismo, es preciso entrar a fondo a debatir la alianza con el movimiento social y con la intelectualidad democrática y progresista. Y en ese mismo camino es necesario fijar las líneas de actuación de los gobiernos emanados de la izquierda. No podemos darnos el lujo de desperdiciar ningún espacio desde el cual se pueda ir creando un nuevo ‘modelo’ de convivencia social y acción política que identifique con claridad a las izquierdas.

Debemos entender que nuestra unidad debe trascender los momentos electorales. Tiene que ser cotidiana y ajena a las esferas burocráticas de los partidos.

–De resultarles adverso el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ¿habrá que sentarse a dialogar con quien resulte presidente de la República, como sostienen algunos?

–Estamos documentando con suficiencia la compra de millones de votos, el rebase de topes de campaña, el uso de recursos de procedencia ilícita, el uso de dinero público y muchas otras irregularidades. Si a pesar de las pruebas el TEPJF valida a Enrique Peña Nieto como presidente, la izquierda debe construir una conducta de oposición alternativa que no claudique en sus ideales ni en sus objetivos, una alternativa independiente. Ni debemos aislarnos ni caer en el gradualismo pragmático, colaboracionista.

–Es ya lugar común que con las protestas la izquierda dilapida su capital electoral. ¿Es así? ¿Cómo van a conservar ese capital?

–Debemos terminar con el efecto w, es decir, subir en las elecciones presidenciales y caer en las intermedias. Nuestro crecimiento y fortalecimiento deben ser permanentes, y la fuerza conseguida debemos ponerla al servicio de un objetivo central, en lo que toca a lo electoral: ser primera fuerza en la Cámara de Diputados en 2015 y desde ahí estar a la altura de lo que la sociedad demanda para ser gobierno en 2018. Ello pasa por no perder el impulso de esta elección y continuar trabajando para asegurar triunfos contundentes en las elecciones de 2013. También, por recuperar los espacios perdidos en entidades como Zacatecas, Baja California Sur y Michoacán, donde algunos ni siquiera quieren hacer el balance de lo ocurrido y del tipo de gobiernos que tuvimos. Pasa, igualmente, por conservar la unidad frente a las pretendidas reformas estructurales y por impulsar las reformas estratégicas de la izquierda, principalmente en temas como la educación, la tecnología y la democracia en los medios de comunicación. Y esta última es una tarea que compartimos con los movimientos sociales y sobre todo con los jóvenes.

–Algunos sostienen que López Obrador y el PRD sólo se soportan porque se necesitan mutuamente. ¿Cuál es la naturaleza de esa relación?

–Hubo un divorcio de algunos perredistas con López Obrador después del fraude de 2006, que se fue profundizando. Luego, ya cerca de los comicios de 2012, se fijaron reglas para lograr ir unidos y todos antepusimos el interés general a otros factores. A medida que fue avanzando la campaña, la relación de López Obrador con el PRD es de mayor acercamiento y de unidad. En el futuro, seguiremos enfrentando juntos los retos de la izquierda.

–¿Alguna de las llamadas reformas estructurales merecerá el apoyo del PRD?

–La derecha tiene su estrategia neoliberal basada en las llamadas reformas estructurales. Nosotros hablamos de reformas estratégicas, para la gente. Ninguna reforma neoliberal debe aprobarse. La izquierda tiene un papel dual: desarrollar un plan para evitar que se concreten reformas que sólo buscan favorecer a los grupos que apoyaron a Peña Nieto y empujar fuerte, con una estrategia inteligente, para arribar a verdaderas transformaciones democráticas, como la democratización de los medios de comunicación, abolir los monopolios, acabar con los privilegios fiscales, crear un nuevo régimen fiscal para Pemex, incorporar a la ley la política social universal. Una agenda indispensable si realmente se quiere afrontar la profunda desigualdad que priva en el país.

Presidencia autoritaria

–¿Ve un bloque opositor como el que se construyó en 1997?

–Sí, para temas distintos a las reformas estructurales que la derecha pretende imponer unida. En el resto de los temas es factible, para evitar que el PRI se quede en el poder y para evitar que se instaure una Presidencia autoritaria.

“Ahora bien, es preciso ver cómo el PAN resuelve su crisis interna, que es muy profunda. En las filas panistas hay gente valiosa con la que se puede trabajar, siempre y cuando ese partido no selle una nueva alianza con el PRI, como lo hizo con el Fobaproa, con las concertacesiones, el aumento al IVA y muchas otras reformas que dañaron severamente al país. En estos temas de fondo es cuando se necesita de la ideología de izquierda, de la unidad, de priorizar el interés nacional por encima de cualquier otra razón. Afortunadamente no veo a nadie en el PRD pensando en hacerle el juego a la derecha en lo que toca a las llamadas reformas estructurales.”

–¿Cómo evitarán los legisladores del Movimiento Progresista convertirse en la tercera fuerza en la Cámara de Diputados?

–El Movimiento Progresista es la segunda fuerza política en el país y así actuaremos en todos los frentes. En las cámaras habrá unidad y estrategia común; trataremos de fortalecerla con integrantes de otros partidos, con argumentos. No todos en el PRI comparten la fe neoliberal, y esperamos que actúen en consecuencia y que la derecha no tenga la fuerza para imponer la agenda de Peña Nieto.