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La escritora da a conocer su libro Las mujeres de la tormenta, publicado por SUMA

Celia del Palacio descubre un linaje de hechiceras sojuzgadas

Fueron condenadas por brujas por rebelarse contra el sistema que las oprimía, explica a La Jornada

La novela está dedicada a todas las activistas asesinadas en México

 
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de agosto de 2012, p. 3

El último aullido de la esclava: ¡que brame la tempestad y que ningún hombre logre detener tu furia! Luego, murió atada al palo de mesana del viejo navío portugués, anclado en el islote de San Juan de Ulúa. Y como un conjuro, se desató el ciclón que arrasó con Veracruz en 1552, cuenta la narradora e historiadora Celia del Palacio.

La autora de la novela Las mujeres de la tormenta (SUMA), descubre un linaje de hechiceras que comienza con las nubes negras desatadas por Mwezi, esclava sin desembarcar, llegada desde África a las tierras recién descubiertas, y desemboca en una activista asesinada en Jalapa, en estos días actuales.

Quise contar las vidas de estas mujeres y de qué manera han sido sobajadas en la historia de México. Cómo han tratado de no ser víctimas, sino más bien retomar la fuerza femenina y encarar a este sistema que las ha sojuzgado durante siglos, dice en entrevista.

La novela está dedicada a todas las activistas muertas en México, empezando por Regina Martínez, periodista de Veracruz. Como una figura de todas las que están luchando por mejorar los derechos de las mujeres y por averiguar las razones de otras desaparecidas, que ni siquiera sabemos cuántas son.

Al rebasar los límites de los archivos históricos y de la imaginación fantástica, Las mujeres de la tormenta inaugura una herramienta digital lanzada por editorial Santillana, una aplicación para dispositivos electrónicos llamada Realidad aumentada, la cual permitirá abrir ligas con archivos que remiten a elementos de la novela, como imágenes, canciones, videos. La aplicación comenzará a funcionar el 27 de agosto, en la página en Internet de la editorial.

En la trama, las brujas del Sotavento, las mulatas de Veracruz aparecieron en libretas azules escritas por la mano de quien dirige un centro de apoyo a migrantes y que fue asesinada. Ahora su hija comienza a perseguir el rastro de los asesinos, al mismo tiempo que esa raíz negra, de brujería, donde se conjuntan estas primeras mujeres que llegaron en los barcos con las que ahora arriban en contenedores.

A decir de la propia autora, el texto narrativo, aunque tiene un contexto histórico documentado, también contiene buena parte de tradiciones y leyendas de Veracruz, así como mucho de novela fantástica.

Foto
Celia del Palacio durante la entrevista con La JornadaFoto Cristina Rodríguez

Las mujeres eran condenadas por brujas si se rebelaban, si trataban de luchar en contra de este sistema que las oprimía. Ahora, cuando yo les comento a los hombres que mi libro se trata de brujas, dicen: ¡ah, yo conozco a muchas!, en un tono despectivo.

Aclara: Yo recupero a las brujas como mujeres de poder, de conocimiento, que saben curar y matar también.

Desde la investigación, hay evidencia histórica de que sí existieron, estas brujas documentadas en los expedientes y que estaban tratando de ayudar a otras mujeres golpeadas por sus maridos, con remedios para sanar las heridas, o con la lectura de las habas. Incluso algunas ayudaban a abortar o a remendar la virginidad.

La rebelión también se manifestaba en la conciencia sensual, “a las mujeres se les ha prohibido gozar. Estas hechiceras también fueron en contra de eso y disfrutaron de su cuerpo, del amor, de una manera mucho más libre de lo que les permitía el sistema represivo. Así se rebelan, diciendo ‘soy dueña de mi cuerpo y puedo hacer con él lo que quiera’”.

Lo oral y tradicional afloran en la novela histórica, como los sones jarochos insertados entre las historias de cinco mujeres. Complementan la inmersión la cocina veracruzana, con guisos de epazote y hormigas chicatanas; los conjuros rescatados de los expedientes de la Inquisición, y relatos que la escritora recabó entre los pueblos.

Me basé mucho en las leyendas de Veracruz. Numerosas escenas provienen de vivencias que me narraron de aventuras con las brujas voladoras del Sotavento, que en los pueblos se convertían en animales.

Y ante la realidad opresiva, un sistema que sigue asesinando a mujeres, Celia del Palacio enfrenta los hechos reales desde la magia, como “un tributo a las activistas que han fallecido en los años recientes, recuperar muchos casos que he visto. Muchas personas que sufren por haber perdido un familiar, se unen y hacen marchas, tratando de obtener información de las autoridades, con la sociedad civil fuertemente unida.

Es a través de la magia como finalmente se llegará a algo, dice como conclusión.