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El supremacista sonrió al oír el fallo; se disculpó “por no haber ejecutado a más gente”

Dan 21 años de cárcel al ultraderechista noruego Breivik por asesinar a 77 personas
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Tras escuchar su sentencia a 21 años de prisión, el multiasesino Anders Behring Breivik (centro) gesticula y se retira de la corte de Oslo, ayerFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Sábado 25 de agosto de 2012, p. 20

Oslo, 24 de agosto. El ultraderechista Anders Behring Breivik fue condenado este viernes a la pena máxima de 21 años de cárcel por considerarlo penalmente responsable del atentado con bomba y un tiroteo que acabaron con la vida de 77 personas en julio de 2011 en Noruega. Breivik, autoproclamado guerrero contra el Islam y el multiculturalismo, recibió con una sonrisa el veredicto y ofreció disculpas a los nacionalistas que comparten su ideología “por no haber ejecutado a más personas”.

El tribunal de Oslo consideró a Breivik por unanimidad responsable de sus actos y rechazó uno de los dos exámenes siquiátricos que consideraba que Breivik padecía esquizofrenia paranoica. La pena podrá ser prolongada de forma indefinida mientras el sujeto de 33 años sea considerado peligroso.

Tanto Breivik como la fiscalía anunciaron que no apelarían el veredicto, por lo que la sentencia es definitiva.

El acusado precisó que no quería legitimar a un tribunal al que no reconocía con competencias para juzgarlo. La fiscalía, que había solicitado su internamiento siquiátrico, evitó la celebración de un nuevo juicio que hubiera sido doloroso para las víctimas.

El acusado hizo su saludo de extrema derecha al entrar en el tribunal de Oslo. El veredicto fue pronunciado por la juez Wenche Elizabeth Arntzen, que corresponde a su deseo de no ser considerado demente, por temor a que esto desacredite su ideología racista y xenófoba.

El acusado está condenado a 21 años de cárcel, con un mínimo de 10 años, dijo la juez, por lo que Breivik no podrá presentar demanda de liberación condicional durante este periodo.

Después de siete horas y media de juicio se le concedió la palabra a Breivik, quien aprovechó para presentar “excusas a los militantes nacionalistas por no haber ejecutado a más personas”.

Entonces le cortaron el micrófono y la juez, visiblemente enfadada, le interrumpió por considerar que sus palabras estaban fuera de lugar.

El 22 de julio de 2011, Breivik mató a 77 personas, ocho de ellas en un atentado con bomba contra la sede del gobierno en Oslo, y 69, principalmente adolescentes, en un tiroteo contra el campamento de verano de las Juventudes Laboristas en la isla de Utoya, disfrazado de policía.

Los ataques revelaron la falta de preparación de su policía y de sus servicios de seguridad.

La cuestión más polémica del juicio, celebrado del 16 de abril al 22 de junio, era la salud mental de Breivik. Un primer examen siquiátrico concluyó que padecía esquizofrenia paranoica y era, por tanto, irresponsable penalmente, pero un segundo lo consideró mentalmente sano.

A diferencia de los primeros expertos, el tribunal consideró que Breivik no presentaba signos de sicosis y siguió las conclusiones del segundo examen que reveló trastornos de personalidad como rasgos antisociales y narcisistas.

Breivik reconoció ser el autor de los asesinatos, pero se declaró inocente: dice haber perpetrado actos atroces pero necesarios para salvar a Noruega del multiculturalismo. Algunos sobrevivientes acogieron la sentencia con satisfacción.

Al final se acabó esta mierda. La vida ahora puede empezar, declaró Ingrid Nymoen en su cuenta de Twitter. Fue un año infernal. Espero que con lo que pasó hoy todo haya acabado, dijo Caroline Svendsen.

El futuro de Breivik se encuentra ahora en la cárcel de Ila, a 12 kilómetros al noroeste de Oslo, donde permanecerá aislado de otros presos. Breivik se declara escritor y afirma estar preparando varios libros, incluida una autobiografía.