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Está en la zona prehispánica de Plan de Ayutla, ahí se presentaban obras políticas

Descubren teatro maya usado para legitimar a gobernantes

Debió ser de acceso restringido y para uso de personajes del grupo en el poder, señala el arqueólogo Luis Alberto Martos López, director del proyecto de investigación

Tenía un aforo para 120 personas y una gradería de tres escalones anchos delimitados por alfardas, dice

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Aspecto del antiguo foro prehispánico, el cual se ubica a 128 kilómetros al sureste de Palenque y es un punto intermedio entre Bonampak, Lacanjá y YaxchilánFoto INAH
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Era un teatro exclusivo, porque se halla en una acrópolis, a 42 metros de altura, con respecto a las demás plazas del sitio, señala el arquitecto Martos LópezFoto INAH
 
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de agosto de 2012, p. 4

Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron un espacio teatral maya que funcionó hace mil 200 años en la zona prehispánica de Plan de Ayutla, enclavada en Ocosingo, Chiapas.

El antiguo foro sirvió para legitimar a la elite en el poder, fue de uso exclusivo y de capacidad reducida a 120 personas, explicó el arqueólogo Luis Alberto Martos López, director del proyecto de investigación en Plan de Ayutla.

Este espacio teatral maya, dijo el investigador del INAH, probablemente fue sitio de encuentro de personajes del grupo en el poder y sirvió para legitimar a la elite mediante obras de tipo político.

La zona prehispánica de Plan de Ayutla se ubica a 128 kilómetros al sureste de Palenque y es un punto intermedio entre Bonampak, Lacanjá y Yaxchilán.

También existen otros teatros en las urbes mayas –aunque más grandes– de Tikal, Guatemala; Chinkultic, Chiapas, y Edzná, en Campeche.

De manera específica, dijo, en Edzná destaca la gran gradería del Nohochná o La Casa Grande en contraste con la del Plan de Ayutla, que debió ser de acceso restringido y para uso de sectores selectos.

Este nuevo foro prehispánico, detalló Martos López, fue consolidado recientemente y se ubica en la acrópolis norte de Plan de Ayutla, donde se han realizado temporadas de campo con miras a la apertura del sitio.

Connotaciones simbólicas

Entre las características de este teatro destacan que tenía un aforo para 120 personas y una gradería de tres escalones anchos delimitados por alfardas.

Sin duda, era un teatro exclusivo, porque se halla en una acrópolis, a 42 metros de altura, con respecto a las demás plazas del sitio.

Incluso, añadió, el espacio escénico quedó al interior de un palacio, lo cual lo hace distinto de otros que generalmente se encuentran en plazas y estaban destinados a las multitudes.

Según el especialista, las características arquitectónicas del teatro suponen la exclusividad de los actos, y refirió que hacia el 800-850 dC, una nueva dinastía gobernaba en Plan de Ayutla y trataba de legitimarse por medio del teatro político, pero, únicamente ante minorías destacadas de esa región.

De hecho, describió Martos López, en las gradas se apostaba la gente y se representaban escenas no sólo de carácter artístico, sino también de connotaciones religiosas y simbólicas.

Por esta razón, prosiguió el experto, “las sociedades mayas han sido definidas como ‘estados teatrales’, porque en esos espacios los gobernantes ejercían públicamente su poder de forma histriónica, ya fuera en recepciones de embajadas o negociaciones”.

En las inmediaciones del teatro maya, dijo el arqueólogo, también se localizaron ocarinas y silbatos, así como esculturas de estuco con las representaciones de un cautivo, así como deidades del maíz, del sol y del murciélago, las cuales –seguramente– decoraban el friso debajo del edificio.

Posiblemente esa escena aludía a un señor en la ceremonia de humillación de prisioneros, agregó.

Además, con el hallazgo de las esculturas de estuco se infiere que se efectuaban ceremonias, las cuales consistían en despojar al cautivo de sus ropas, quitarle las orejeras y atavíos, arrancarle las uñas, tomarle sangre; es decir, doblegarlo públicamente, pues era el señor derrotado y su sometimiento significaba la exaltación del vencedor.

La segunda posibilidad para explicar la existencia de este foro, manifestó el investigador de la Dirección de Estudios Arqueológicos, “es que al igual que casos de gobernantes como Luis XIV, de Francia, o Federico El Grande, de Prusia, nos encontremos este sitio con las pretensiones de un señor maya afecto a las artes, lo cual jamás lo podremos asegurar”.

La zona de Plan de Ayutla, hacia el 850 dC, fue gobernada mediante un multepal o gobierno compartido, como sucedió en otras ciudades mayas de la época, como Uxmal, Mayapán y Piedras Negras.

“La etapa tardía de Plan de Ayutla, alrededor de 800-850 dC, empezó con cambios de gobierno, de una dinastía a un multepal y, después de una época intensa, todo parece indicar que la ciudad se abandonó de manera violenta entre 1000 y 1100 dC.”

Lo cierto, sintetizó Luis Alberto Martos, es que Plan de Ayutla –en el corazón del Alto Usumacinta– fue un asentamiento de larga ocupación y el estudio de los testimonios arquitectónicos y de las evidencias en cerámica se ha determinado que este lugar tiene de mínimo un milenio de historia.

Los trabajos de investigación arqueológica realizados en el sitio han derivado en dos hipótesis sobre su identidad original, según las cuales pudo ser la antigua ciudad de Sak T’zi’ –que entre 600 y 800 dC mantuvo conflictos bélicos con otras urbes mayas, como Toniná, Piedras Negras y Yaxchilán– o ‘Ak’e’, centro político del que partió el linaje fundador de Bonampak.

Existen diversas investigaciones enfocadas a estos espacios teatrales que se han realizado desde 1985, por arqueólogos como Armando García Gutiérrez, de la Universidad Nacional Autónoma de México, y recientemente por el investigador Takeshi Inomata, de la Universidad de Arizona.

Incluso, hay referencias sobre estos foros, los cuales se pueden rastrear desde el siglo XVI, como es el caso de Diego de Landa, obispo de Mérida, quien dejó asentado que frente a la gradería norte de El Castillo, en Chichén Itzá, había dos a modo de teatrillos de cal y canto.

El fraile también anotó que en ellos se hacían comedias y farsas para solaz de la gente, y que también la Plataforma de Venus y de Los Jaguares –en Chichén Itzá– se utilizaban para hacer este tipo de representaciones, finalizó Martos López.