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La gente no volverá a ver el deporte ni la discapacidad de la misma manera: Sebastian Coe

Terminan los Paralímpicos de mayor asistencia en la historia

Hubo demanda sin precedente en la compra de entradas, dijo

Coldplay, Rihanna y Jay Z amenizaron la ceremonia de clausura

Se pasó el testigo a Río, próximo organizador de los juegos

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Durante la presentación de la banda británica Coldplay acróbatas, descendieron de lo alto del estadio con juegos pirotécnicosFoto Ap
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La cantante estadunidense Rihanna apareció en un vehículo en forma de barco para entonar Princess of ChinaFoto Reuters
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Los atletas paralímpicos Jonnie Peacock y Ellie Simmonds fueron los encargados de extinguir la llama de Londres 2012Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 10 de septiembre de 2012, p. 2

Londres, 9 de septiembre. La gente no volverá a ver el deporte ni la discapacidad de la misma manera. Esa fue la reflexión con la que Sebastian Coe, responsable del comité organizador de los Juegos de Londres, despidió los Paralímpicos de 2012.

Con colorido y música, el máximo torneo del deporte adaptado concluyó con una ceremonia que pasó el testigo a Río 2016, tras alcanzar un gran nivel en casi todos los aspectos, en particular con destacados desempeños deportivos y mucha asistencia del público.

Ante 80 mil espectadores en el estadio Olímpico, el grupo de pop británico Coldplay y la cantante Rihanna, así como el rapero Jay Z, se encargaron de poner ritmo a la gran fiesta, en la que fueron transportados por las cuatro estaciones del año, rindiendo homenaje a los festivales musicales organizados en Gran Bretaña a lo largo del año.

La fiesta de la llama, como se le nombró, se realizó con la presencia del príncipe Eduardo, nieto menor de la reina Isabel II.

En total participaron 4 mil 200 atletas de 164 países, que agradecieron a los 70 mil voluntarios de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos que apoyaron en las diferentes tareas.

Asimismo, participaron ex soldados que resultaron heridos en recientes conflictos bélicos como en Irak y Afganistán. Uno de ellos, el capitán Luke Sinnott, gravemente herido en el segundo de estos países, fue el encargado de llevar a lo alto de un mástil la Union Jack, la bandera británica.

Estuvo presente la organización Help for Heroes, que apoya a los heridos de guerra. Y el ejército de Reino Unido aportó también un insecto y una ballena gigantes fabricados con desechos de vehículos y aviones militares.

La llama fue alumbrada el pasado 29 de agosto en el estadio de Stratford, y en esta jornada la extinguieron dos atletas británicos paralímpicos: la nadadora Ellie Simmonds y el velocista Jonnie Peacock.

Estos juegos pueden considerarse realmente únicos sin la menor duda. Son los mejores jamás organizados, destacó Philip Craven, presidente del Comité Internacional Paralímpico.

Son considerados así, entre otras cosas, pues se agotaron los casi 2 millones 700 mil boletos que se pusieron a la venta.

Coe agradeció al público que asistió a las competencias para apoyar a los atletas durante la justa: Se hubieran podido vender todavía más entradas. Ha habido una demanda sin precedente.

Según el máximo responsable de la organización, dos tercios de la población británica han seguido por televisión unos juegos que se difundieron en todo el mundo ante un número inusitado de telespectadores en más de 100 países, cifras sin precedentes para Coe.

La llama fue encendida el pasado 28 de agosto en un hospital de Stoke Mandeville, cerca de Londres, lugar donde un neurólogo tuvo la idea de que los heridos de guerra practicaran deportes, luego de organizar una competencia internacional en 1948.

Como ya es una costumbre, el testigo se delegó a la próxima ciudad olímpica y paralímpica, en este caso Río de Janeiro (2016), que tuvo algunos minutos para presentarse con un espectáculo, sobre todo de danza, en el que participaron bailarines con minusvalías y estrellas a nivel mundial originarios del país sudamericano.

“Teníamos el propósito de despertar conciencias. Creo que lo hemos logrado, no solamente en el deporte de alto nivel, sino contribuyendo también a transformar estos talentos extraordinarios en celebridades.

Hemos creado nuevas estrellas, insistió Coe, quien aseguró que la justa “ha ofrecido un trampolín al deporte para los discapacitados.

Eso ha sido alentador. De acuerdo con las primeras encuestas, más de 70 por ciento de la gente ve ahora los Paralímpicos como deporte de alto nivel, concluyó.