Opinión
Ver día anteriorLunes 24 de septiembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Desde el otro lado

La necia realidad

P

arece que los candidatos a la presidencia de Estados Unidos (EU) se han percatado de que en una elección tan apretada, como la de noviembre, es menester usar todo recurso a su alcance para acumular tantos votos como sea posible. Tanto el presidente Obama como Mitt Romney dedicaron espacio de su agenda para dirigirse por televisión a la comunidad latina. Era de esperarse que predominara la reforma migratoria.

En entrevistas, cada candidato sintetizó su visión sobre la población latina, incluyendo una posible reforma migratoria, en forma diametralmente diferente. Romney destacó que la mejor forma de apoyar a los latinos es promoviendo el crecimiento económico, ya que así sus negocios serían los primeros beneficiados y con ellos toda la población de origen latino. Subrayó que Obama no había sido capaz de hacerlo. Respondió evasivamente cuando se le preguntó si promovería la deportación voluntaria de los casi 14 millones de indocumentados y cancelaría la orden ejecutiva de Obama que suspende la deportación de quienes fueron traídos a EU siendo aún niños, diciendo que mejor buscaría una solución permanente al problema de los indocumentados. No dijo cuál.

Al día siguiente, en otro teleprograma, se presentó Obama. Se le reprochó insistentemente por haber incumplido su promesa de promover una reforma migratoria que favoreciera a los indocumentados. Contrario a ello, en su administración se habían incrementado las deportaciones como nunca. Respondió que había sido ingenuo al pensar que contaría con los republicanos para tal modificación. Agregó que la reforma nunca pudo ser discutida debido a la oposición de varios congresistas republicanos que en el pasado estuvieron de acuerdo con ella, pero cambiaron de opinión y por razones políticas se opusieron a ella. La otra razón por haber incumplido su promesa, fue la necesidad de dar prioridad a la crisis económica que heredó de su antecesor y afectó a todos, aun a los indocumentados.

En esencia, lo expresado por ambos candidatos es lo que republicanos y demócratas han sostenido de tiempo atrás sobre los indocumentados. Los primeros exigiendo una política más enérgica y aprobando leyes draconianas contra los indocumentados, como la Ley Arizona. Los segundos, aunque con cierta tibieza, han intentado promover una reforma migratoria integral, que siempre se ha quedado en proyecto, particularmente desde la muerte de Edward Kennedy, uno de los principales impulsores de una reforma que haga justicia a quienes carecen de documentos y no sólo los persiga. La oportunidad para rescatarla pudiera ser esta coyuntura electoral.