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Confirma ministra ibérica que la paraestatal invertirá en la zona en los próximos 35 años

Critican sindicatos españoles los proyectos de Pemex en Galicia

El presidente Núñez convirtió el asunto en la base de su campaña de relección

El acuerdo, exagerado en cifras y oscurantista: dirigentes

Sobredimensión mediática electoralista: candidato

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Negocios cerrados en el centro de MadridFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 25 de septiembre de 2012, p. 24

Madrid, 24 de septiembre. El presidente de la Xunta de Galicia, el conservador Alberto Núñez Feijóo, ha convertido las inversiones de Pemex en el sector naval de la región en su principal argumento electoral, de cara a las elecciones autonómicas del 21 de octubre. Su mensaje es que gracias a Pemex se saldrá de la crisis, se volverá a crear empleo y se regresará a la senda del crecimiento. Pero los sindicatos y la oposición política son cautos y en ocasiones críticos con un acuerdo que, según ellos, está exagerado en las cifras y tiene un alto nivel de oscurantismo, al exigirles a los trabajadores de los astilleros contratados que firmen una cláusula de confidencialidad en la que se comprometen a no dar ni un detalle del contrato.

Hasta ahora Pemex ha firmado un contrato con dos astilleros gallegos, Barreras y Navantia, para construir dos hoteles flotantes por valor de 380 millones de dólares. Además, la paraestatal mexicana recibirá el primero de octubre la concesión de la explotación de la parte exterior del puerto de Langosteira, en A Coruña, que Pemex convertirá en su base de operaciones para los próximos 35 años. También se está a la espera de que se confirme el compromiso de Pemex de contratar empresas gallegas para la construcción de 14 remolcadores.

El presidente gallego participó en las negociaciones y ha sido uno de los principales impulsores, de la mano del presidente español Mariano Rajoy, y de Olegario Vázquez Raña, empresario gallego afincado en México.

Núñez Feijóo, que vio en peligro la relección por la pésima situación económica de la región y por los severos recortes impulsados desde Madrid por su partido, ha convertido a Pemex en su principal lema electoral. De hecho, sostiene que gracias a Pemex Galicia volverá a crecer y se garantizarán puestos de trabajo a 3 mil operarios durante al menos 30 meses. Y eso sólo por el primer contrato de los hoteles flotantes.

Pero los principales sindicatos del sector, Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General del Trabajo (UGT), advierten que el problema estructural no se resuelve con estos contratos, e insisten en que se han perdido más de mil 700 empleos en el último año y no se han firmado contratos importantes en los últimos cinco años.

Un contrato ahora es un salvavidas que te llega cuando estás con el agua al cuello, pero es una riqueza enorme para la comarca y una garantía de futuro a mediano y largo plazos, argumenta Agustín Naveiras, vocero del comité de empresa de Navantia Ferrol.

De hecho, esta misma organización sindical matizó que las cifras del presidente gallego son exageradas, pues los contratos con Pemex únicamente crearán 353 empleos en Ferrol, al tiempo que denunciaron que, por primera vez en su historia, el contrato con Pemex cuenta con una cláusula de confidencialidad que les impide ofrecer detalles a la plantilla.

Mientras, el candidato socialista a la Xunta, Pachi Vázquez, arremetió contra Feijóo por utilizar de forma electorera el contrato de Pemex con los astilleros, al asumir una estrategia de cálculo electoralista bastante patética. Me parece que hay una sobredimensión mediática electoralista que es un escándalo. Es un insulto a la inteligencia de los gallegos que se diga que comenzó la etapa de crecimiento por la firma de estos contratos. Incluso los socialistas hablaron de barquito chiquitito y llamaron mariachi a Núñez Feijóo.

En términos similares se expresó el dirigente del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), Francisco Jorquera, quien advirtió sobre el tufo electoral de los contratos, que supondrán dar una aspirina a un enfermo que está en la unidad de cuidados intensivos y en extrema gravedad.

El asunto se ha crispado tanto que el PSdeG acudió a la Junta Electoral para denunciar que el acuerdo de Pemex con los astilleros se presentó como un logro de la administración autonómica y con una utilización mediática que podría ser contraria a la legislación.

Olegario Vázquez Raña, el negociador en la sombra

La ministra de Fomento del gobierno español, Ana Pastor, confirmó que Petróleos Mexicanos se asentará en el puerto exterior de Punta Langosteira, en A Coruña, los próximos 35 años, con una inversión inicial de 70 millones de dólares, lo cual se anunciará de forma oficial el primero de octubre. Este proyecto forma parte de una alianza estratégica impulsada por los gobiernos de los conservadores Mariano Rajoy y Felipe Calderón, en la que la paraestatal mexicana invertirá ingentes cantidades de dinero en el sector naval gallego, al borde de la quiebra.

La noticia de Pemex es una gran noticia, declaró la política española, una de las ministras más próximas al actual presidente.

Rajoy, originario de Galicia, impulsó en su última visita a México, el pasado abril, la inversión de Pemex en su tierra natal, donde además se celebrarán elecciones regionales en octubre.

A pesar del oscurantismo en la paraestatal mexicana, poco a poco se van conociendo más detalles de la llamada alianza estratégica, anunciada con bombo y platillo el pasado mayo por el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo. Y lo que anunció en su día se ha ido cumpliendo: la contratación de dos astilleros gallegos al borde de la quiebra, que no firmaban un contrato desde hace cinco años, para la construcción de dos hoteles flotantes, con un costo cada uno de 190 millones de dólares. Las embarcaciones, que suelen utilizarse para hospedar a la tripulación que trabajó en los pozos petroleros de alta mar, tendrán 131 metros de eslora, 27 de manga y podrán alcanzar los 12 nudos de velocidad, con capacidad para 600 personas cada una. El acuerdo dará trabajo a 3 mil españoles durante los próximos 30 meses.

El segundo paso de Pemex en Galicia será el asentamiento como base de operaciones en el puerto exterior de Punta Langosteira, donde la paraestatal mexicana aspira a almacenar y transportar la mayoría de los productos que comercializa en esta zona del mundo. En la fase inicial el proyecto supondrá una inversión de 70 millones de dólares, además del compromiso por escrito de mantener la infraestructura y la inversión para los próximos 35 años.

Este compromiso arrancó de forma oficial el pasado 30 de agosto, cuando el Boletín Oficial del Estado publicó con el número 29661, que se ha acordado iniciar el trámite de competencia de proyectos, en base a la solicitud presentada por PMI Holdings Petróleos España SL (la filial de Pemex en España), para la construcción y explotación de una terminal para almacenamiento, mezcla, carga y descarga de graneles líquidos en el Puerto Exterior de A Coruña. El plazo para conceder la explotación vence el 30 de septiembre, con lo que el formalismo obliga a anunciar oficialmente el acuerdo hasta el primero de octubre.

Para el gobierno español, con la ministra Ana Pastor a la cabeza, la concesión y el establecimiento de Pemex en Galicia para los próximos 35 años es un hecho, y sólo hay que esperar que lo anuncie el organismo competente, que en este caso es la Autoridad Portuaria de A Coruña. Así lo afirmó Pastor durante su visita de hoy delante de las nuevas infraestructuras: Tanto el gobierno de España como de la Xunta apostamos por punta Langosteira, puerto en el que hubo una inversión muy importante, y en el presupuesto de este ejercicio, de 2013, se va a seguir invirtiendo para que se haga el contradique. Lo que hacemos es abrir mercados y la noticia de Pemex es una gran noticia, porque es la cuarta petrolera del mundo.

Por último, la tercera fase de la citada alianza estratégica es la construcción de 14 remolcadores petroleros, de los cuales siete se harán íntegramente en Galicia y por astilleros gallegos, y los otros siete en México, pero con participación de empresas gallegas. Aunque el monto de la operación se desconoce, podría superar los 300 millones de euros.

La dirección operativa de la paraestatal mexicana ya tiene sobre la mesa los presupuestos entregados por las constructoras gallegas, que están a la espera de la firma del contrato, que se da por hecho en las altas instancias públicas, con el presidente de Galicia a la cabeza, quien está basando su campaña electoral en el contrato y la inversión de Pemex, la única buena noticia en meses en una región deprimida por la crisis, el desempleo y la corrupción política y empresarial.

Vázquez Raña, hombre clave

Según varias fuentes consultadas por La Jornada, en las reuniones a puerta cerrada para impulsar las inversiones de Pemex en Galicia hay un hombre clave: el empresario gallego afincado en México Olegario Vázquez Raña, quien abrió las puertas de importantes personajes de la política y el dinero mexicano a Núñez Feijóo cuando acompañó al presidente Rajoy a México, el pasado abril. En ese viaje se cerró el grueso de operación, al conseguir la delegación española el beneplácito de Calderón.

Vázquez Raña, gallego que procede de una familia humilde –su padre trabajaba en el rastro de su pueblo, Avion, en Ourens–, viaja cada año a su casa de Galicia, especie de fortín inexpugnable desde donde funciona al estilo de los caciques. Suele viajar en su avión privado con médicos, cocineros, guardaespaldas y toda su familia, que para moverse por las maltrechas carreteras gallegas utilizan la flota vehicular que guardan en la mansión: Ferraris, Mercedes Benz, Porsches y hasta un Roll Royce.

Vázquez Raña ha sido el negociador en la sombra de una serie de acuerdos comerciales de Pemex con Galicia avalados por el director de la paraestatal, Juan José Suárez Coppel, y ejecutados por su consejero delegado de Pemex Internacional, José Manuel Carrera.