Sociedad y Justicia
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Afecta el padecimiento a casi 4 mil mujeres cada año, asevera oncóloga

Llaman a incluir prueba para detectar el cáncer de ovario en exámenes de rutina

En la mayoría de los casos el diagnóstico se da en etapas muy avanzadas, señala

 
Periódico La Jornada
Viernes 28 de septiembre de 2012, p. 40

El ultrasonido transvaginal debería ser una prueba clínica de rutina anual, en las mujeres mayores de 40 años de edad, para detectar en forma temprana el cáncer de ovario, enfermedad de la que cada año se registran 3 mil 900 nuevos casos, aseguró Patricia Cortés Esteban, oncóloga del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del Issste.

La especialista comentó que la mayoría de las afectadas llega a los hospitales cuando el padecimiento se encuentra en etapas muy avanzadas y las células malignas ya se han diseminado a la cavidad abdominal. Y esto ocurre después que las mujeres han visto a seis o siete médicos que no supieron identificar la presencia del tumor o lo confundieron con otro padecimiento, indicó.

Lo anterior sucede a pesar de que el cáncer de ovario es el sexto más frecuente en la población femenina y el tercero entre los ginecológicos.

En conferencia de prensa, Patricia Cortés comentó que existen tres clases de neoplasias de ovario, de las cuales, 96 por ciento son de tipo epitelial, el cual afecta a mujeres mayores de 40 años y es el que provoca prácticamente la totalidad de las muertes.

Por eso, el cáncer de ovario epitelial es el que debe ser incluido en la cobertura del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos del Seguro Popular, afirmó Mayra Galindo, directora de la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer.

Debido a que el secretario de Salud, Salomón Chertorivski, ha informado varias veces que la inclusión del tumor ovárico es una de las siguientes metas del fondo, debe estar muy claro que el causante de muertes y gastos catastróficos es el tumor epitelial, apuntó.

También advirtió sobre la necesidad de que la Secretaría de Salud (Ssa) se ocupe de eliminar los obstáculos administrativos que enfrentan los afiliados cuando solicitan atención médica para uno de los males incluidos en el fondo de gastos catastróficos. Detalló que la ruta que sigue el dinero es lenta y pueden pasar varios meses antes de que los enfermos puedan iniciar sus tratamientos.

En el caso del cáncer, se trata de la vida o la muerte de los afectados, subrayó. Tal como está la organización administrativa, los recursos salen del fondo y se envían a los estados, en particular a las oficinas de Hacienda, las cuales a su vez lo deben transferir a la secretaría de salud del estado y de ésta a los centros oncológicos. Es la única forma; el problema es que por falta de recursos económicos, las unidades médicas están imposibilitadas de hacer compras anticipadas por su cuenta.

Cuando el cáncer de ovario se incorpore a la cobertura del fondo de gastos catastróficos, el beneficio será para las mil 900 enfermas que al año recurren a los hospitales dependientes de la Secretaría de Salud y cuyas terapias tienen un costo equivalente a 0.23 por ciento del presupuesto del Seguro Popular, pero también tendría un impacto positivo en el resto de las mujeres, para las que sería más fácil el acceso a la prueba de detección.

Con relación a los otros dos tipos de neoplasias de ovario, Cortés Esteban comentó que uno, conocido como germinal, se presenta en menores de edad, es poco frecuente y altamente curable. El otro, del estroma, se presenta en muy raras ocasiones.

Uno de los principales retos que plantea el cáncer epitelial es su detección temprana, pues los médicos casi nunca piensan en un tumor ovárico y a sus pacientes les prescriben la prueba de Papanicolau para la detección del cáncer cérvico uterino y la mastografía para el tumor de mama, pero nada más.