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Continuaba esta madrugada el estira y afloja sobre democracia y transparencia sindical

PRI, AN y PVEM aprueban en lo general la reforma a la Ley Federal del Trabajo

Diputado del PT expone que la iniciativa derrumbará conquistas sociales y profundizará la crisis

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Diputados de PRI, PAN y PVEM votan en rechazo a consideraciones de los partidos de oposición, ayer en San LázaroFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Sábado 29 de septiembre de 2012, p. 7

En medio del encono, con la Cámara de Diputados convertida en búnker, los legisladores de PRI, PAN y su apéndice, el Verde Ecologista, aprobaron la reforma a la Ley Federal del Trabajo que contempla un nuevo sistema de pago por hora, contratos temporales, a prueba y de capacitación, legaliza la subcontratación y limita a 12 meses el pago de salarios caídos en caso de huelga.

Al cierre de esta edición y después de aprobada la reforma en lo general por 351 votos a favor, 132 en contra y 10 abstenciones, se esperaba el debate en torno al artículo 37 de la ley, relativo a la democracia y transparencia en los sindicatos, que fue reservado por panistas y perredistas en busca de una alianza que permitiera a esas bancadas ganar contra el PRI, y obligar a la rendición de cuentas, así como al voto universal, directo y secreto de los trabajadores a la hora de elegir a sus dirigentes.

De lograr los votos necesarios en este punto, el dictamen que se enviará a la Cámara de Senadores para su revisión y ratificación podría ser susceptible de cambios para continuar con la protección a los líderes sindicales, garantizándoles las prebendas y privilegios que aún gozan, denunciaron PAN y PRD.

Si en el Senado, donde el PRI es primera minoría, se modificara el contenido de dicho artículo, el dictamen deberá regresar a la Cámara de Diputados para su aceptación o nuevo cambio. De ser así, el proceso en torno a la reforma laboral se vería estancado.

En la discusión de las primeras reservas de artículos en lo particular, el PAN logró suprimir del dictamen las sanciones a empresas que subcontraten servicios para simular el pago de impuestos y de prestaciones sociales a los trabajadores. También se hicieron agregados en materia de género.

Desde las 14 horas se inició una atropellada y extensa sesión ordinaria para discutir el dictamen que la Comisión del Trabajo dio por aprobado en la mañana, una vez que el presidente de esa instancia legislativa, Carlos Aceves del Olmo (PRI), se repuso de la fatiga que lo afectó la noche del jueves.

Toma y rechazo

En el primer capítulo, diputados del PRD tomaron la tribuna al momento que el secretario de la comisión, Ricardo Fidel Pacheco (PRI), defendía el contenido del dictamen. En seguida, la mesa directiva desechó, con el respaldo del pleno, tres mociones suspensivas presentadas individualmente por PRD, PT y Movimiento Ciudadano, lo que propició un intercambio verbal entre legisladoras del sol azteca y el presidente de la Cámara, el priísta Jesús Murillo Karam.

Mientras el panista José González Morfín, vicepresidente de la mesa, permanecía inmutable, Murillo Karam aguantó la presión de las diputadas y ordenó en esas circunstancias que la secretaría diera trámite a las tres mociones suspensivas. El trámite fue inmediato, la mayoría rechazó las peticiones para que el dictamen fuera devuelto a la comisión.

El presidente camaral decidió decretar un receso cuando la diputada del PRD Lourdes Amaya le retiró el micrófono. Al frente, sus compañeros priístas observaban el episodio sin intervenir, porque quienes ocupaban la tribuna eran en su mayoría mujeres, integrantes de las corrientes IDN, ADN, Red de Unidad de Izquierdas (Runi) e Izquierda Social.

Una hora después, los integrantes de la mesa directiva reaparecieron, para sorpresa de todos, en el balcón sur del salón. Murillo, acompañado de González Morfín y Francisco Arroyo Vieyra (PRI), dio por reanudada la sesión. A 15 metros de altura, ahora sí el presidente de la Cámara dominaba el salón.

Así, los diputados que querían intervenir tenían que voltear a verlo. Por primera vez en la historia parlamentaria, tanto Murillo como Arroyo condujeron el debate desde un balcón, hasta que una hora después los diputados decidieron retirar la toma.

Desde aquella posición, Murillo fue desahogando las intervenciones de los partidos en torno a la reforma.

Soberbia y prepotencia

Desde su curul, Ricardo Monreal, coordinador de Movimiento Ciudadano, acusó en su discurso las anomalías e implicaciones políticas de un dictamen como el que se discutía:

“Esto es una farsa. Se están equivocando. Deberían actuar con madurez y tolerancia, pero lo hacen con soberbia y prepotencia… Acusan de violentos los violentos. Reclaman tolerancia los intolerantes. Se quejan de que tocan a su presidente, cuando ustedes afectan a 30 millones de trabajadores”.

El diputado reprochó a PRI y PAN su irresponsabilidad y cuestionó: ¿Dónde están las proclamas de (Enrique) Peña Nieto? ¿No le están partiendo la madre al trabajador? ¿No se les cae la cara de vergüenza con lo que están haciendo?

La postura de Monreal se endureció cuando señaló a las bancadas de PRI y PAN, desde donde recibía una andanada de insultos: “¡Es el Bronx! Es sencillamente el cinismo de aprobar una ley que lastima a la clase trabajadora, que lesiona y vulnera derechos conseguidos a través de la historia… Les duele. ¡Lo que están haciendo no tiene madre!”

En seguida, el coordinador del PT, Alberto Anaya, insistió en que la reforma laboral echará abajo conquistas que costaron sangre a los mexicanos, porque se aprueba un acto grave y se profundiza, con el proyecto neoliberal, la crisis.

El liberalismo, agregó, sólo ha generado una gran fábrica de pobres. La reforma sólo traerá pobreza y desencanto; la alternativa es el cambio de modelo económico, regresar al nacionalismo revolucionario. El PT manifiesta su enérgica protesta contra los poderes fácticos que imponen esta reforma.

Tomás Torres, quien fue senador y diputado del PRD y ahora representa al Verde, fue señalado por sus ex compañeros con gritos de “¡barbero, barbero… traidor!” Torres les replicó: ¡Seguiré barbeando las causas de la gente!

Silvano Aureoles (PRD) confrontó la toma de la tribuna para conciliarse con el resto del pleno: Acudimos a esta sesión a discutir las ideas, defender lo que creemos. Nuestro proyecto se sustenta en eso, no en la intriga ni en la diatriba, sino en cómo construimos el país que queremos.

Antes de concluir los posicionamientos, Juan Bueno Torio (PAN) –el ex director de Pemex Refinación acusado por diputados de presuntos vínculos con los negocios de los hijos de Marta Sahagún– ponderó la propuesta de Felipe Calderón que es una respuesta justa y equilibrada a los problemas laborales.

Por el PRI, Héctor Gutiérrez de la Garza rechazó que la reforma atente contra los derechos de los obreros. Tengan la certeza de que vamos a defender los derechos de los trabajadores. ¡Somos sus amigos! Y respetuosos de nuestros sindicatos. ¡El país cuenta con el PRI!

Se presentaron 93 reservas, que eran discutidas en las primeras horas de hoy.