Opinión
Ver día anteriorDomingo 7 de octubre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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La farsa del congreso del SNTE
E

n la primavera magisterial de 1989 los maestros expulsaron al charrismo sindical de la sección 9 y en otras secciones del país; con ello eliminaron la corrupción, la vejación, el compadrazgo y todo tipo de relación indigna de abuso de poder. El movimiento magisterial inició una gestoría apegada a los derechos, generó una transparencia en el uso de recursos y con la movilización logró beneficios para todos los agremiados. Como práctica sindical democrática consulta a la base para la toma de decisiones, construyendo un referente importante de sindicalismo democrático.

Ante la imposibilidad del charrismo y del gobierno en turno para derrotar al movimiento magisterial, establecieron un desgaste pretendiendo terminar con la dignidad de los trabajadores de la educación del DF, utilizando la estructura oficial de la Administración Federal de los Servicios Educativos, mediante su propio titular, directores operativos, jefes de sector, supervisores de zona y directores de escuela, muchos de los cuales tienen ese puesto gracias a favores sindicales; con sus decorosas excepciones.

Las necesidades de gestión apremian, muchos maestros hacen importantes esfuerzos para evitar la gestión corrupta de los charros, pero en muchos casos son acorralados al grado de exponer su trabajo y salud personal; esto pone a Elba Esther y su camarilla no sólo en la ilegalidad, sino como ejecutores de políticas que lesionan los derechos de los trabajadores.

Durante 14 años Elba Esther se ha negado a convocar a un congreso estatutario que regularice el funcionamiento de la sección 9, pese a resoluciones del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje y a estar previsto en los artículos 9 y 123 de la Constitución, 20 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el Convenio 87 de la OIT e incluso en los propios estatutos del SNTE.

En el contexto del sexto congreso nacional extraordinario del SNTE, que se realizara los días 18, 19 y 20 de octubre en Baja California, se convocó a congresos seccionales en todo el país y un número considerable realiza el relevo de su comité seccional. La sección 9 es nuevamente excluida, negando a los maestros de educación básica del DF el elemental derecho de elegir a sus representantes.

En los congresos seccionales recientes se han repetido las peores prácticas antidemocráticas: imposición de delegados incondicionales, compra de votos, coacción, violencia física sobre delegados críticos, padrones inflados, votaciones a mano alzada o por aclamación, resoluciones previamente dictadas por las cúpulas elbistas, nula discusión de los problemas de los maestros; reuniones a puerta cerrada y con vigilancia de cuerpos policiacos o paramilitares como en la 59 espuria de Oaxaca.

Por el contrario, en la 22 de Oaxaca y después de un ejercicio democrático de base se renovó su dirigencia seccional con un triunfo contundente de la CNTE.

El cártel del SNTE no acepta la democracia sindical, la transparencia y rendición de cuentas, como fue evidente con la posición adoptada por sus diputados del Panal en la aprobación de la reforma laboral. A pesar de sus métodos arcaicos corporativos, su nefasta campaña publicitaria, el despilfarro de las cuotas sindicales, la compra de conciencias y su capacidad destructora, no se arriesgan a sufrir una nueva derrota en la sección 9 que, a pesar de las adversidades, resiste y desafía su proyecto.

Elba Esther es uno de los personajes más nefastos no sólo para la política sindical y educativa, sino en general para la vida política del país. El SNTE se ha convertido en su patrimonio personal y familiar: mensualmente recibe alrededor de 150 millones de pesos en cuotas, de lo cual nunca ha habido un informe. Con el dinero de los maestros creó el Panal, cuyos cargos los ocupan sus familiares: su hija es senadora y su nieto, diputado.

Los trabajadores tenemos la necesidad de librar una lucha intensa para no perder los derechos que nos quedan, recuperar los que nos han arrebatado y preservar las fuentes de empleo. El despojo laboral que el régimen ha impuesto de facto y que está en vías de legalización no hace distingos de ninguna especie, afecta por igual a todos los trabajadores; nadie, aunque quiera, se puede mantener al margen de las consecuencias.

El congreso del SNTE en Baja California se convierte en una farsa, en una simulación. La gran ausente será la democracia sindical; sólo asistirán delegados afines a Elba Esther para aplaudir su prolongación en el mandato vitalicio. Doña Perpetua sueña con un legado sindical que hoy evidencia la venta del futuro de la educación pública y los derechos de los trabajadores de la educación. La derecha empresarial se apresta al gran negocio que significa la educación, con su consentimiento, pese al aparente desencuentro y sus campañas mediáticas que más bien intentan desprestigiar a la CNTE.

Ante la cerrazón del cártel del SNTE es inalienable el derecho que tienen los docentes de educación básica del DF para buscar formas de organización sindical democráticas que les permitan seguir luchando por mejorar sus condiciones de vida y trabajo, que pueden ser, incluso, la creación de un sindicato independiente. Los próximos días serán cruciales para tomar las decisiones del futuro del SNTE.

* Profesor de educación primaria, secretario de organización de la sección 9 democrática, CNTE.